Para profundizar el entendimiento de la composición de la
diversidad en México, su dispersión y distribución
en un contexto histórico y cultural, integrantes del Laboratorio
de Antropología Genética del Instituto de Investigaciones
Antropológicas (IIA) de la UNAM estudian poblaciones como
los coras, huicholes y nahuas.
Dados los numerosos y continuos movimientos de estas comunidades
en territorio nacional después del contacto español,
“es difícil suponer que los grupos actuales correspondan
exactamente al pasado de esas lenguas o localizaciones, pero si
se toma en cuenta el tiempo y el espacio en que han estado relativamente
aislados, se les puede considerar como nuevas colectividades, en
el plano cultural y genético”, afirmó Blanca
Zoila González Sobrino, investigadora del IIA.
Nuestro interés, explicó la también encargada
del proyecto “De genes y símbolos, un estudio sobre
huicholes, coras y nahuas” (PAPIIT IN402507), es considerar
cómo aspectos de la cultura tan trascendentes como la cosmovisión,
pueden influir en la conformación genética.
Aunque las poblaciones mexicanas tienen una herencia en común,
hay cierta diversidad entre etnias. A lo largo de la historia, la
distribución genética ha dependido de crecimientos
y contracciones demográficas desde que se establecieron los
primeros grupos; esa dispersión no es uniforme, como no lo
es la geografía de México, su historia o sus necesidades,
abundó.
Además, prosiguió, el abordaje de la diversidad biológica
poblacional se ha basado, en general, en las lenguas como punto
de partida para diseñar las estrategias de muestreo, y para
acceder al conocimiento sobre la distribución de las frecuencias
genéticas que comparten los mexicanos como un gran grupo.
Sin embargo, aclaró, los diversos procesos, sean lingüísticos,
culturales, tecnológicos o biológicos, tienen distintos
ritmos y no evolucionan forzosamente de modo paralelo, “por
lo que pueden conservarse unos y cambiar otros. Esto significa que
los hablantes de una lengua determinada no necesariamente comparten
el mismo conjunto de genes”.
La variación genética y su distribución en
las poblaciones actuales es resultado de acontecimientos y cambios
a lo largo del tiempo, aunque no se puede saber exactamente cuáles
han sido, en qué medida y en qué momento ocurrieron
en cada grupo, abundó.
En la antigua Mesoamérica, antecedente cultural de coras,
huicholes y nahuas, parte fundamental de la cosmovisión fue
la ingesta de sustancias psicoactivas, así como el comportamiento
social y ritual respecto a ellas.
Entonces, resultaba de gran interés el parentesco mítico
que fungía como principal elemento de cohesión entre
la vida, el individuo y la sociedad. El cuerpo quedaba comprometido
con la ingesta de alucinógenos y con la reproducción
de sí mismo en función de símbolos que restringen
el flujo génico respecto a otras poblaciones, dijo.
“Los actuales coras y huicholes comparten el tronco lingüístico
yutoazteca con los nahuas (en el caso de este estudio, de Necoxtla
e Ixhuatlancillo, en Veracruz), pero difieren de ellos en cuanto
a su localización geográfica, procesos históricos
y estilo de vida en general”, aclaró.
De genes y símbolos, un estudio sobre huicholes, coras y
nahuas
La investigación de los universitarios se relaciona con
la interpretación que pueda darse respecto a las distancias
genéticas observadas; ellos se preguntaron si las distancias
entre los grupos se originaron en tiempos prehispánicos,
o fueron resultado de eventos acumulados de esos orígenes,
de movimientos poblacionales en el periodo colonial, o de un relativo
aislamiento que han mantenido hasta la fecha, vinculado a la influencia
y obligaciones comunitarias a partir de sus creencias, entre otras
causas.
A la fecha, detalló González Sobrino, se ha calculado
la distancia genética entre coras, huicholes, nahuas y otros
dos grupos de mestizos (en una muestra total de 272 personas), a
partir de polimorfismos de genes empleados en el laboratorio como
marcadores (5HT2A, 5HTT-LPR, MAOA [VNTR y EcoRV], APOE y haplogrupos
del ADN mitocondrial).
Los resultados muestran diferencias entre los coras-huicholes,
los grupos nahuas de Veracruz (Nexcoxtla e Ixhuatlancillo), y los
mestizos. Al parecer, ha habido menos flujo genético entre
los nahuas, finalizó.