Boletín UNAM-DGCS-427
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 18 de julio de 2010

Alejandro Molina López


AUMENTA HASTA 32 POR CIENTO INCIDENCIA DE AUTISMO

 

• Se ha considerado que algunos factores ambientales están desencadenando el incremento, como la intoxicación por mercurio, dijo Alejandro Molina López, de la FM de la UNAM
• México cuenta con un grupo importante de especialistas que atienden a los pacientes, pero hace falta más infraestructura, financiamiento, difusión y sensibilización de la población

Algunos especialistas consideran que en las últimas décadas se ha incrementado, hasta en 32 por ciento, la incidencia de autismo; sin embargo, no se sabe si la cifra aumentó por un número adicional de casos, o porque haya crecido la cantidad de sujetos diagnosticados, señaló Alejandro Molina López, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

De acuerdo con un estudio norteamericano, se determinó que en 1970 se reportaban seis afectados por cada 100 mil habitantes, y en 2009, hasta 44 por cada 100 mil.

“A nivel mundial, la prevalencia del autismo es de cuatro por cada 10 mil, y es mayor en el sexo masculino, con una proporción de hasta cuatro por uno” puntualizó el especialista.

En la actualidad, no se tienen claras las causas que dan origen a esta enfermedad. Se han formulado hipótesis donde se piensa que algunos factores ambientales desencadenan la incidencia, como la intoxicación por mercurio.

En este sentido, puntualizó, se trata de un padecimiento aún “joven”, porque a diferencia de otras afecciones psiquiátricas, fue descrito en 1943 por algunos especialistas que lo asociaron como parte de los trastornos del desarrollo.

La palabra autismo proviene del griego auto (de autós, "propio o uno mismo"), y se distingue por ser una entidad donde el niño o adulto está “encerrado en sí mismo”, lo que implica dificultad para interrelacionarse con los demás.

Molina López explicó que más que una enfermedad es un conjunto de condiciones, conductas y situaciones neurobiológicas que conllevan a un comportamiento observable, caracterizado por anormalidades en las relaciones sociales, la comunicación y la presencia de conductas repetitivas o estereotipadas.

Al vivir encerrado en sí mismo, el sujeto tiene dificultad para convivir con los demás, pues presenta alteraciones de comunicación, tanto verbal como escrita; Asimismo, no puede desarrollar adecuadamente la comunicación no verbal, como comúnmente lo hacen las personas “normales”, también llamadas “neurotípicas”.

Las conductas estereotipadas consisten en movimientos o vocalizaciones repetitivas, que realizan una y otra vez sin un objetivo aparente; los más frecuentes son el de manos, cara, o la vocalización de ruidos o gruñidos extraños.

Generalmente, indicó, se confunde con retraso mental, pero son diferentes; en este último existe una disparidad o inconsistencia entre la edad real y la edad mental, y el individuo mantiene su capacidad de relacionarse y comunicarse. En cambio, en el autismo se tienen problemas para relacionarse con el medio externo, pudiendo haber o no discapacidad mental.

Afecciones neurobiológicas

El autismo forma parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, entidades que se presentan cuando ciertas funciones de comunicación y relación se manifiestan en forma anormal. Algunos aspectos que caracterizan a este padecimiento es el incremento de peso en algunas zonas del cerebro, indicó Molina López.

Asimismo, expuso, se presenta un aumento de la sustancia blanca, que contiene a los axones –prolongaciones de neuronas que conducen el impulso nervioso de una célula a otra–, así como una disminución en los cuerpos o somas neuronales, que en conjunto forman lo que se conoce como sustancia gris.

También se ha visto que en el cerebelo existe un número reducido de células de purkinje, lo que resulta en una afectación no sólo de la función motora, sino también a nivel cognoscitivo y de relación.

Además, se manifiesta una elevación de la densidad celular en el sistema límbico (cerebro primitivo), que está dentro del lóbulo temporal y tiene que ver con la reactividad ante los estímulos internos, como las emociones y el miedo, lo que explica que las personas con autismo sean más sensibles y vulnerables al estrés.

El investigador especificó que una parte de este padecimiento es hereditario, aunque también influye la interacción con el ambiente. Se sabe que el factor genético interviene porque en los gemelos idénticos la concordancia del desarrollo del autismo llega a ser superior al 90 por ciento, y también su presencia es mayor en personas que tienen antecedentes familiares.

Características de los autistas

De acuerdo con estudios, se ha determinado que los autistas no siempre se dan cuenta que sufren estigmatización de parte de la sociedad, porque su capacidad de relación está disminuida; en cambio, su familia sí puede percatarse del rechazo, señaló.

De acuerdo a su capacidad de desenvolvimiento social, se clasifica en dos grupos: autismo de bajo o alto funcionamiento.

En el primer caso, se caracterizan por estar más aislados o con menor posibilidad de comunicarse; en el segundo, mantienen un mayor contacto y pueden funcionar mejor dentro de la colectividad, pero son más reactivos a la sensibilidad a causa de la estigmatización y falta de aceptación.

Esa situación puede desencadenar en otras entidades psiquiátricas, como los trastornos depresivos o ansiosos.

Un aspecto contradictorio del autismo, es que a pesar de las dificultades para relacionarse y comunicarse, en algunos casos se llegan a desarrollar capacidades superiores a la normal, especialmente en el campo de las matemáticas o aritmética.

Por ejemplo, mientras que 0.5 por ciento de la población neurotípica es capaz de efectuar labores extraordinarias en esas áreas, los autistas pueden hacerlo hasta en un 10 por ciento. Incluso, se piensa que debido a sus conocimientos extraordinarios, probablemente genios como Albert Einstein e Isaac Newton fueron autistas de alto funcionamiento.

Terapias y tratamientos

Para incrementar la socialización de niños autistas, es necesario que los familiares los lleven a terapias de juego, pues de esta manera pueden lograr un mayor acercamiento con las personas, aseveró.

Asimismo, es recomendable que las personas allegadas comprendan que el paciente requiere cuidados especiales, y no intentar verlo como alguien “normal”, para evitar frustraciones.

En ocasiones, es necesario recurrir a un tratamiento farmacológico para un mejor control conductual, pues llegan a tener comportamientos disruptivos que afectan más su relación con la sociedad, por lo que es frecuente que les receten antipsicóticos para disminuir la agitación y los comportamientos estereotipados.

El objetivo de la rehabilitación es que se optimice su capacidad de comunicación e interrelación con los demás; así, uno de bajo funcionamiento podría llegar a mejorar sustancialmente, o los de alto funcionamiento, impulsar alguna capacidad extraordinaria, impactando positivamente en los terrenos individual y social.

Una familia con un integrante autista sufre estrés y desgaste emocional o físico; por ello, se debe aceptar el problema y acudir a terapia de salud mental.

En México se necesita mayor infraestructura y difusión

México cuenta con un grupo importante de especialistas y clínicas que tratan a personas autistas; su objetivo es incorporarlos a la sociedad en la medida de lo posible, expuso.

Aunque existen herramientas que permiten su detección temprana, aún falta investigación que ayude a comprender por completo las causas y el tratamiento.

Sin embargo, dijo, la atención está centralizada en las urbes, por lo que muchos niños en los medios no urbanos son mal diagnosticados con retraso mental, o como normales con alteraciones en la conducta.

“Hace falta infraestructura, financiamiento y difusión para el dictamen y tratamiento y, sobre todo, se necesita sensibilización de la población acerca de este trastorno”, concluyó.

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Fotos

Hace falta infraestructura, financiamiento y difusión para el diagnóstico y tratamiento de niños autistas, señaló Alejandro Molina López.