El color de la piel se determina por la cantidad de melanina
que tiene una persona en la epidermis, pero los albinos carecen
de este pigmento, que protege al cuerpo de las radiaciones ultravioletas
provenientes del Sol. En consecuencia, son más vulnerables
a padecer cáncer, aseveró el académico de la
Facultad de Medicina (FM), Gildardo Espinosa de Luna.
Los seres humanos con esta condición tienen melanocitos
(células que producen melanina) en la dermis, aunque son
incapaces de sintetizar o producir el pigmento, debido a una mutación
genética, que ocasiona que su cabello, piel, cejas y pestañas
sean completamente blancos y, en ocasiones, con ojos rojos.
Al no contar con protección natural son propensos
a sufrir quemaduras de segundo y tercer grado cuando se exponen
a los rayos solares; pueden padecer hiperqueratosis, es decir, endurecimiento
en la piel, que ocasiona graves lesiones que pueden derivar en cáncer
y, además, presentan envejecimiento prematuro.
También, sufren defectos de la vista como nistagmus
(espasmos de los músculos del ojo que producen movimientos
oculares rápidos e involuntarios), estrabismo (desviación
de uno de los ojos de su dirección normal) y fotofobia (sensibilidad
anormal a la luz); en consecuencia, disminuye la agudeza visual
y, con el paso del tiempo, pueden quedar ciegos.
“El color de los ojos se encuentra en una cámara
oscura que se llama capa pigmentaria, pero cuando no se posee, las
pupilas se ven rojizas y los rayos solares entran directamente,
lo que provoca ceguera.
Existen 30 tipos diferentes de albinismo
El albinismo es una enfermedad hereditaria, y existen 30
tipos diferentes; la más frecuente es la tipo II, o albinismo
tiroxinasa positivo, donde toda la piel, las pestañas, pelo
y cabello carecen de pigmentación y los ojos suelen ser rojos.
La prevalencia en la población es de uno por cada 36 mil
nacimientos, y es más abundante entre habitantes de raza
negra.
En tanto, el parcial, que se denomina piebaldismo, se manifiesta
a través de un mechón blanco en el cabello o manchas
claras en el cutis, y las pupilas suelen ser de color negro. También
existe el albinismo ocular, que afecta a los ojos.
Tanto hombres como mujeres pueden padecer esta enfermedad,
condicionada por un gen que tiene un carácter autosómico
recesivo (deben estar presentes dos copias de un gen anormal para
que se desarrolle la determinada enfermedad o rasgo), es decir,
no aparece en todas las generaciones de una familia.
Si en la pareja uno tiene el gen recesivo del albinismo,
existe la probabilidad de transmisión de un 25 por ciento
en cada embarazo, es decir, en uno de cada cuatro hijos.
Aunque los niños no lo hereden, la mitad de ellos
tienen la posibilidad de ser portadores del gen y, por tanto, procrear
descendencia con albinismo. “Para que nazca un albino, ambos
padres deben ser portadores del gen, pero frecuentemente no lo saben”,
señaló.
Prejuicios y discriminación
El albinismo no es propio de los humanos, también
puede presentarse en animales como tigres, ratas, conejos y cerdos
que, por esta condición, suelen ser altamente cotizados.
No obstante, en las personas es motivo de exclusión
o supersticiones. De acuerdo con la Federación Internacional
de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), en el 2009 los albinos
de Tanzania y Burundi tuvieron que refugiarse en escuelas para discapacitados,
donde se encuentran en condiciones de pobreza extrema.
En algunos países de África son considerados
de “buena suerte”, por lo que son asesinados para poseer
sus extremidades y crear pócimas mágicas. Por el contrario,
en otras naciones son discriminados o aniquilados por creer que
representan un mal augurio.