• Se debe diagnosticar la
enfermedad a la madre en el embarazo para dar tratamiento integral
a ambos, señaló Noris Pavía, académica
de la UNAM
• Si los pacientes con VIH/SIDA reciben atención
desde pequeños, la esperanza de vida aumenta al menos a
la etapa de adulto joven, destacó
Una de las estrategias más importantes a nivel
mundial para disminuir el número de niños que
nacen con VIH/SIDA, es detectar que existe la posibilidad de
contagio cuando sus madres están embarazadas, afirmó
Noris Pavía Ruz, jefa de la Clínica para niños
con VIH/SIDA, de la UNAM-Hospital General de México.
Por ello, a las mujeres en etapa de gestación
se les debe ofrecer realizarse esta prueba, o ellas mismas deben
solicitarla; si se les diagnostica y reciben tratamiento, junto
con su bebé, la posibilidad de que el pequeño
nazca con el padecimiento disminuye a menos de uno por ciento,
destacó.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención
y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA), hasta noviembre de 2009
había 135 mil casos reportados, acumulados desde el primero
que se presentó en México; de ellos, tres mil
196 corresponden a niños menores de 15 años, indicó.
Posiblemente, abundó, el número sea mayor,
pero muchas veces fallecen por procesos infecciosos, y como
no se detecta la enfermedad, no se reportan como casos de Síndrome
de Inmunodeficiencia Adquirida.
Cuando no reciben tratamiento antirretroviral, la historia
natural de la enfermedad se caracteriza por cuadros infecciosos
de repetición, principalmente a nivel pulmonar y enteral,
abundó.
Son pacientes que presentan diarrea crónica,
pérdida de peso o afecciones en vías aéreas
superiores, que se complican con neumonía o requieren
hospitalización, mencionó la infectóloga
pediatra.
Una vez establecido el diagnóstico, enfatizó,
es importante que además de administrar los antirretrovirales,
los enfermos reciban atención médica multidisciplinaria,
incluyendo la psicológica, que ayudaría no sólo
al niño o adolescente, sino a la familia.
Al principio, explicó, la revelación
del diagnóstico se hace de manera parcial; años
más adelante, se les dice con mayor detalle la causa
del padecimiento.
En este proceso, el papel de los familiares más
cercanos es crucial, porque al ser pequeños requieren
de apoyo, no sólo para tomar los medicamentos, sino para
ayudarlos a tener una mejor calidad de vida, consideró
la académica de la UNAM.
Asimismo, se les explica qué es la enfermedad
y cuáles son las formas de transmisión, porque
en buena medida, el origen de la discriminación hacia
estas personas es la ignorancia, por lo que se requiere educación
para la salud, subrayó.
La Clínica
Pavía Ruz mencionó que el objetivo principal
de la Clínica es proporcionar una atención integral
a los menores infectados por VIH/SIDA.
El servicio que se proporciona no sólo es la
atención médica, sino psicológica y de
valoración por diversos especialistas; también,
se les otorga el tratamiento antirretroviral y se le da un seguimiento
al paciente.
Las personas que tienen acceso a estos servicios son
no derechohabientes, desde recién nacidos hasta los 18
años de edad, que son canalizados de hospitales, por
médicos privados, o que por iniciativa propia, acuden
a pedir ayuda, precisó.
Actualmente, en este espacio se da seguimiento a, aproximadamente,
115 menores que viven con VIH/SIDA, y en la mayoría,
la vía de transmisión fue perinatal, subrayó.
El tratamiento antirretroviral que se otorga en la
Clínica es gratuito, lo proporciona CENSIDA, a través
de fondos federales, apuntó.
También, se proporciona capacitación
a médicos o personal paramédico que lo solicite,
tanto del Distrito Federal como de otros estados del país,
así como a estudiantes de medicina; además, se
organizan talleres para este grupo de pacientes.
Tenemos diversas líneas de investigación
relacionadas con depresión y apego. Recientemente iniciamos
un proyecto en el que participan varios nosocomios que manejan
a este grupo poblacional, en aspectos relacionados con la resistencia
a los antirretrovirales, ocasionada principalmente porque los
pacientes no toman el tratamiento de forma adecuada, entre otras
causas, refirió.
Uno de los logros más importantes de la Clínica
es haber podido trabajar en conjunto con los pacientes en proyectos
de vida, porque algunos están iniciado la etapa de adulto
joven y tienen planes para estudiar o trabajar, afirmó.
Esto es importante porque cuando no había la
disponibilidad de tratamiento antirretroviral altamente activo,
la esperanza de vida de los niños era de cinco a siete
años de edad, y hoy los jóvenes ya pueden pensar
en un futuro.
Sin embargo, aunque han habido avances, aún es necesario
continuar trabajando, tanto en la capacitación del personal
del sector salud, como en la educación de la sociedad,
en general.
Hoy, sabemos que si se les diagnostica la enfermedad
de manera más temprana, el tratamiento integral aumenta
su esperanza de vida, y pueden llegar a ser adultos jóvenes;
algunos de ellos han llegado ya a los 23 años, aseveró
la integrante del Comité Nacional de Atención
de VIH/SIDA, concluyó.
Para donaciones o comentarios comunicarse al teléfono
de la clínica para niños con VIH/SIDA: 5623-2659,
o al correo electrónico: clinica_unam@yahoo.com.mx
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