En los últimos años, en México se
ha luchado por tener legislaciones que realmente privilegien espacios
100 por ciento libres de humo de tabaco, y también se han
implementado medidas que van desde la prohibición de fumar
en lugares públicos, incluidos bares y restaurantes, hasta
incrementar el costo de los cigarros o retirar la publicidad en
ciertos medios de comunicación; sin embargo, todo esto
no ha funcionado como se esperaba, afirmó Guadalupe Ponciano
Rodríguez, profesora de la Facultad de Medicina (FM) de
la UNAM.
Ello se debe, desafortunadamente, a la forma en la que
se han aplicado acciones, de manera gradual y sin la participación
de la sociedad y, de este modo, no se habla de un impacto real,
señaló.
Por ejemplo, refirió, se han retirado los anuncios publicitarios
de la televisión, pero éstos se han incrementado
en muchas revistas de circulación nacional, incluso las
tabacaleras envían publicidad a la población en
general, y a los jóvenes en particular, a través
del correo. Asimismo, de manera indiscriminada se utilizan sitios
como los parabuses para colocar llamativos promocionales de diferentes
marcas de cigarros.
También, abundó, cuando se prohibió
fumar en bares y restaurantes, en la ley no se especificó
adecuadamente el concepto de terraza, lo que dio pie para que
en esos lugares sólo se adaptaran espacios dentro del mismo
negocio, y con eso se siguió permitiendo el consumo.
De hecho, se supone que en septiembre deben salir a la
venta las cajetillas de cigarros con pictogramas, donde se muestren
los daños que ocasiona este hábito. Lo interesante
sería que para un mejor impacto salieran del mercado las
marcas que no cumplan con esta disposición, indicó.
La responsable de la Clínica contra el Tabaquismo
de la FM consideró: “Para que estas medidas funcionen
es necesario que, por ejemplo, si sube el precio de los cigarros,
sea un incremento considerable. La nicotina es tan adictiva que
las personas no dejan de comprar si sólo les cuestan un
poco más”.
En nuestro país, estos aumentos se han dado de
forma tan gradual, que incluso las mismas tabacaleras los han
absorbido para que no se refleje en el precio a los consumidores.
La experiencia revela que en otros países hubo
un impacto importante en la disminución del consumo, sólo
cuando el costo subió en más de 50 por ciento.
Por eso, acotó, la nueva propuesta que se hizo
a las cámaras fue que, mínimo, subieran 10 pesos
por cajetilla a manera de impuesto, para que impacte en el consumo,
y que estos recursos se canalicen de manera positiva, precisó.
En México, en casi todos los estados de la República
hay leyes estatales para que haya espacios 100 por ciento libres
de humo de tabaco; sin embargo, no todos les han dado la importancia
debida.
La prevención
Respecto de la prevención, aseveró que
se ha dejado un poco de lado porque “no veo campañas
que realmente sean consistentes y, en general, percibo que cuando
se acerca el 31 de mayo, se ve mucho interés de las autoridades,
pero es sólo por resaltar el festejo, porque desafortunadamente,
después el entusiasmo se apaga”.
Para que este tipo de campañas tengan realmente
impacto, deben ser constantes y no sólo realizarse durante
unos días. Adicciones como el tabaquismo deben ser abordadas
como un problema de salud pública, porque si bien el tabaco
es una droga legal, también es puerta para el consumo de
otras sustancias como el alcohol y las drogas ilegales, alertó.
En el caso de los adolescentes, resaltó, se ha
demostrado que quienes fuman, tienen 13 veces más posibilidad
de empezar a consumir bebidas embriagantes y marihuana. En ese
sentido, podemos asegurar que estas “drogas legales”
no son tan inocentes.
Enfermedades asociadas al tabaquismo
Hoy, no sólo es necesario que la gente deje de
fumar, sino prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo.
“Se sabe que un fumador que empieza en la adolescencia y
continúa en la vida adulta, pierde 20 años de vida
saludable”.
Ponciano Rodríguez recordó que, con el
consumo de tabaco, están asociados varios tipos de cáncer
(lengua, garganta, laringe, pulmón, vejiga, páncreas),
así como enfisema, bronquitis crónica, infartos
al corazón y embolias.
Si bien es cierto que estos padecimientos finalmente llevan a
la muerte, también lo es que son considerados crónico
degenerativos, es decir, existen tratamientos que los controlan,
pero el paciente cada vez pierde calidad de vida y requiere de
cuidados por parte de la familia, así como recursos económicos
del sector salud para su tratamiento.
Por ejemplo, en México cada año se gastan
45 mil millones de pesos en el tratamiento de tres de las 25 enfermedades
asociadas con el consumo de tabaco: cáncer pulmonar, EPOC
(Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y padecimientos
cardio y cerebrovasculares.
Según la última Encuesta Nacional de Adicciones,
en el país hay alrededor de 17 millones de fumadores y
diariamente mueren 165 personas como consecuencia de enfermedades
asociadas al tabaquismo, precisó.
No obstante, apuntó, no todos van a requerir cuidado,
pero sabemos que ésta es una de las adicciones más
difíciles de tratar. Por eso reviste especial importancia
que en la UNAM contemos con una Clínica para el Tratamiento,
que cumple nueve años de labores ininterrumpidas.
Entonces, es vital que establezcamos buenos sistemas
de tratamiento, que tengan control de calidad en la atención.
De hecho, los únicos medicamentos que ayudan a dejar de
fumar son los parches, la goma de mascar y el inhalador bucal,
y dentro de los tratamientos que no son nicotina, están
el bupropion y la vareniclina. En cuanto al enjuague bucal, la
hipnosis y los talleres aversivos, no está demostrada su
eficacia, aclaró.
Día mundial sin fumar
Desde 1987, la Organización Mundial de la Salud
decidió establecer el 31 de mayo como el Día Mundial
sin Fumar, lo que implica que todos los países miembros
del organismo lo dedicarán a campañas de prevención,
tratamiento y difusión entre su población.
Para esta conmemoración, anualmente se elige un
lema de lucha, y el de este año es “Mujeres libres
de humo de tabaco”; esto es importante porque se ha visto,
a nivel mundial, que cada vez hay mayor número de fumadoras,
y no sólo adultas, también jóvenes, porque
en este momento la edad promedio de inicio es de 12 años”,
acotó.
Si se calcula que la madurez del aparato respiratorio
del ser humano es después de los 14 años, el daño
va a ser mucho mayor y, además, la adicción será
más rápida, porque el sistema nervioso central madura
alrededor de los 21 años. Por ello, tenemos que hacer un
llamado a las mujeres, y un buen inicio es darles información,
concluyó.
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