La crisis en Grecia puede causar un efecto dominó
sobre Portugal, España e Irlanda, en principio, y luego
afectar a toda la zona euro. Incluso, advirtió Santiaga
Ánima Puentes, un fenómeno de este tipo sería
la antesala de una nueva crisis financiera global con consecuencias
impredecibles para México y América Latina.
La coordinadora académica del Centro de Estudios
Académicos de la Unión Europea-México de
la Facultad de Economía de la UNAM, explicó que
Grecia quedó acosada por deudas y sin dinero para enfrentarlas,
lo que ha derrumbado los mercados bursátiles. En su opinión,
los inversionistas apuestan más a que el país caiga
en cesación de pagos a que se recupere.
Esto significa, explicó, que el mercado está
asignando una probabilidad de moratoria del 53 por ciento a la
deuda griega, por encima de la que otorgan a Venezuela, de 44
por ciento.
Al hablar sobre el futuro del euro, Ánima Puentes
reconoció la necesidad de blindar la crisis en Grecia para
evitar una suspensión de pagos y evitar así las
consecuencias desastrosas para todos los países que comparten
la misma moneda.
La insolvencia, dijo, parece próxima “hará
falta un esfuerzo hercúleo, suerte y apoyo” de la
Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI)
para reducir la probabilidad de una quiebra y la salida de la
zona euro.
“Cualquier anuncio para abandonar el euro desencadenará
desastrosas carreras en los bancos. Cualquier sugerencia de los
jugadores fuera, equivaldría a invocar un ataque especulativo
contra los bancos griegos; Grecia ya está pareciéndose
a la Argentina del 2001”.
La especialista de la Universidad Nacional consideró
que una reestructuración de la deuda griega no ayudará
del todo a su economía; la única manera de reducir
el efecto, es limitar los costos de austeridad fiscal.
Se refirió a la posición inflexible que
tiene Alemania para brindar ayuda de tipo estratégico,
sobre todo porque esta nación tiene la llave para resolver
el problema o cerrar definitivamente toda posibilidad de solución.
Una crisis agravada por los especuladores
En tanto, Carlo Panico, director del programa de doctorado
de la Universidad Federico II de Nápoles, la crisis en
Grecia responde “a una muy fuerte burbuja especulativa que
sólo podrá ser reventada si las naciones europeas
toman medidas rápidas y eficaces”.
Invitado a impartir la conferencia La crisis Europea:
respuesta de política económica en el seminario
que organizó la Facultad de Economía de la UNAM,
el que académico señaló que los especuladores
han aprovechado que Alemania ha bloqueado cualquier paquete de
ayuda a la nación helénica debido a que actualmente
se encuentra en elecciones regionales; “sin embargo, este
proceso está por terminar y la siguiente semana se podrían
ver otro tipo de medidas”.
¿Pero cómo se beneficia alguien de una
crisis que está afectando a las bolsas del mundo entero?
“¡Fácil!”, respondió Panico, “estas
personas se benefician de la inestabilidad porque los precios
de los activos financieros se mueven y ellos intentan ganar al
anticipar el precio de dichos activos. Mientras más se
mueven, más volatibilidad tienen estos precios y más
ganancias obtienen”.
El problema es que los efectos reales no sólo
afectan lo económico, sino también lo social, como
se ve en las movilizaciones de descontento que se empiezan a observar
en la Hélade y que incluso ya han comenzado a cobrar víctimas
humanas.
“Usualmente los especuladores lanzan sus ataques
contra países que no tienen unión monetaria, y si
se trata de países del Tercer Mundo, como los latinoamericanos,
el embate es contra su tasa de cambio; sin embargo, cuando se
trata de naciones como Grecia, que está en la zona del
euro, no les queda de otra que arremeter contra la deuda pública
nacional”.
Ante aquellos que creen que esa crisis prefigura el fin
del euro, el académico respondió que “eso
sería muy difícil, porque hablamos de una economía
muy fuerte y tiene constituciones muy bien organizadas…
Todo puede pasar en este mundo, pero la probabilidad es bastante
baja”.
Sobre el papel que podría jugar el Fondo Monetario
Internacional, Panico señaló que su intervención
debería darse dentro del campo de lo urgente, pero no a
largo plazo.
“El FMI es la única institución que
tiene dinero a la mano, pero nuestra esperanza está puesta
en la unión monetaria europea; el problema es que, para
que esta haga acto de presencia y otorgue un préstamo,
los parlamentos nacionales deben sesionar y llegar a un acuerdo,
y quizá podamos empezar a dar pasos en esta dirección
a partir de la próxima semana, porque de lo contrario las
cosas podrían agravarse en el futuro”.
Para finalizar, el profesor descartó la posibilidad
de que Grecia declare una moratoria, “porque luego se debe
empezar de nuevo y pedir más préstamos, y ese es
un lujo que la Hélade no se puede dar”, concluyó.