La ley que criminaliza a los indocumentados en Arizona
obligará al presidente Barack Obama a retomar en su agenda
el tema migratorio, que parecía soslayado por el asunto económico
y su interés por la discusión global del cambio climático,
consideró Silvia Núñez García, directora
del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN)
de la UNAM.
La denominada Ley Arizona traerá implicaciones hacia
el interior de Estados Unidos, explicó la académica,
porque la sensibilidad del asunto obliga a las fuerzas políticas
a tomar posiciones al respecto.
Núñez García auguró que los
partidos Republicano y Demócrata centrarán sus estrategias
en propuestas que garanticen mantener sus bases electorales pero,
sobre todo, disputar el voto de los electores independientes.
En el caso de los republicanos, quienes apuntalan la nueva
legislación en Arizona, esta apuesta es decisiva para reposicionarse
en el Congreso con miras a fortalecer sus aspiraciones para contender
en el 2012 por la presidencia. Sin embargo, aclaró la directora
del CISAN, de nueva cuenta, el sufragio latino en estas elecciones,
será determinante.
El debate sobre la reforma migratoria, admitió,
se retoma, paradójicamente, a raíz de esta polémica
ley, pero la discusión a nivel bilateral “podremos
avizorarla durante la próxima visita presidencial mexicana
a Washington”.
El contenido de la reforma migratoria será esencialmente
resultado de un debate interno entre las fuerzas políticas
de Estados Unidos, los sectores organizados de su sociedad y los
medios de comunicación, tratando de incidir en la opinión
pública, agregó.
Al referirse a los argumentos en los que se basa la ley
antiinmigrante, explicó que éstos tienen que ver con
el derecho soberano de los estados que integran la Unión
Americana para determinar medidas que salvaguarden su integridad
con el del federalismo como principio rector.
La propia Constitución de EUA señala en su
artículo 4o. (Sección Cuarta) que: "Los Estados
Unidos garantizarán a todo estado comprendido en esta Unión
una forma republicana de gobierno y protegerán a cada uno
en contra de invasiones..."
El artículo segundo, dijo, es derivado del anterior y está
vinculado con el endurecimiento que, a raíz de los sucesos
del 11 de septiembre de 2001, han registrado las políticas
federales, estatales e incluso locales para resguardar a ese país
del terrorismo.
Si bien los mexicanos que se dirigen a EU en busca de trabajo no
caen en la categoría de terroristas, precisó, para
los sectores de la derecha estadounidense sí constituyen
una amenaza por distintas razones: “porque son infractores
de la ley, porque vienen a desplazar a los estadounidenses de oportunidades
y porque sus costumbres no corresponden a las tradiciones del país”.
Las circunstancias que se viven en Arizona, recordó,
no deben sorprendernos, pues la ley SB 1070, es la manifestación
visible de un proceso que involucra nuevas estrategias para el resguardo
de la frontera México-Estados Unidos y en el que se despliegan
distintos sistemas de seguridad, que incluyen el uso de nuevas tecnologías,
mayor capacitación y atribuciones para la patrulla fronteriza
y los cuerpos policíacos.
Sobre el impacto que tendrá esta Ley Arizona a nivel internacional,
reconoció que México, indudablemente, es el mayor
foco de descontento, pero lo interesante será observar el
tipo de alianzas de los distintos grupos de inmigrantes latinos,
o no latinos, al interior de Estados Unidos.
“Debemos estar atentos a las movilizaciones en Estados
Unidos de grupos en defensa de los migrantes y sus derechos humanos,
pero también de los que pueden no sólo apoyar la nueva
ley (el fenómeno de los Tea Parties), sino de otros tantos
que, aunque moderados, consideren que la medida es necesaria”,
anticipó.
Por ello, concluyó, los gobiernos extranjeros que, como el
caso de México, quieran incidir, deberán buscar espacios
para llevar a cabo un cabildeo efectivo al interior de la Unión
americana, sin dañar su relación con la administración
Obama.