• Una hormona sintética reemplaza una
función natural, pero genera efectos colaterales indeseables,
dijo Juan José Mandoki, de la Facultad de Medicina de la
UNAM
• El farmacólogo desarrolló una teoría
donde ubica a esas sustancias como multiseñales químicas,
con un abanico de respuestas que explica sus variadas funciones
Las hormonas no son mensajeros químicos, como se
ha dicho por más de 80 años, son “multiseñales”
que responden a receptores específicos para accionar alguna
de sus variadas funciones en el organismo, sostuvo Juan José
Mandoki Weitzner, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Desentrañar cada una de esas funciones y los mecanismos
que ocurren entre una hormona y un tejido o célula para producir
selectivamente una determinada actividad química, es fundamental
para profundizar en la ciencia básica, pero también
para desarrollar nuevos medicamentos más específicos,
planteó el profesor e investigador del Departamento de Farmacología
de la FM.
En la conferencia “Un nuevo paradigma del sistema
endócrino”, en el auditorio A de la Facultad de Química
(FQ), como parte del ciclo “La ciencia más allá
de las aulas”, Mandoki destacó que estudiar a las hormonas
desde la multifuncionalidad es fundamental para avanzar en farmacología.
“Actualmente existen varias hormonas sintéticas
que sustituyen con bastante eficiencia la escasa o nula producción
de una natural, pero son medicamentos que causan efectos colaterales
en los pacientes”, reconoció.
Para reducir esas consecuencias es indispensable conocer
los mecanismos naturales que propician una función hormonal
específica, pues solamente así se podrán diseñar
fármacos que copien actividades selectivas.
De mensajeros a multiseñales
“Por mucho tiempo, se ha dicho que las hormonas tienen
una tarea específica y que operan como mensajeros químicos
de esa función, pero se ha demostrado que cada una de ellas
tiene responsabilidades variadas y precisas. Mi teoría es
que son multiseñales químicas que ejercen una determinada
labor según el receptor que las active”, explicó
Mandoki.
Como ejemplo citó a la adrenalina, una hormona que
disminuye la fatiga y el dolor, pero también participa en
la vasoconstricción cardiaca y tiene actividad en el hígado
y el bazo.
La secretina tiene una misión digestiva, pero también
estimula la inmunidad; tiene funciones en el cerebelo y su deficiencia
altera la conducta social, agregó el responsable del Laboratorio
de Farmacología Celular y Molecular de la FM.
¿Cómo sabe un tejido o una célula
cuándo responder al pulso de una hormona para generar una
de sus múltiples tareas? La respuesta llevó al especialista
a desarrollar, desde hace algunos años, una teoría
sobre su multifuncionalidad.
En esa teoría, que fue distinguida con una Mención
Especial del Premio Canifarma 2004, Mandoki sostuvo que en un organismo
humano existe una rica interacción hormonal que podría
tener implicaciones prácticas en el desarrollo de mejores
terapias, más fundamentales, porque plantea estrategias para
terapias farmacológicas más selectivas.
Mandoki Weitzner ha trabajado especialmente con hormonas
sexuales femeninas, pues está convencido que dan origen a
otras que podrían ayudar en la cura de varias enfermedades.
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