• El programa de Monitoreo Electrónico
a Distancia podría ser una alternativa para prevenir
la reincidencia de presos de baja peligrosidad, informó
la especialista de la FD de la UNAM, Juana Feria Pascual
• Con un brazalete electrónico con módem,
se detecta la presencia o ausencia del reo
La reclusión domiciliaria aplicada a través
del programa de Monitoreo Electrónico a Distancia podría
ser una opción para prevenir la reincidencia de presos
de baja peligrosidad, ayudaría a la reducción de
la población penitenciaria y, en consecuencia, de vicios
en los centros penitenciarios, detalló la académica
de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, Juana Feria Pascual.
Conforme a la Ley de Ejecución de Sanciones Penales
del Distrito Federal, esta opción fue diseñada para
internos primodelincuentes, cuya pena privativa de libertad no
sea menor de siete años, ni mayor de 10, con una o máximo
dos reincidencias, y que tengan la voluntad de cumplir con las
exigencias que prevé la ley y el reglamento respectivo,
apuntó.
La norma, publicada el 17 de septiembre de 1999, regula
los beneficios de libertad anticipada, precisándolos como
aquellos otorgados por la autoridad ejecutora, cuando el sentenciado
reúna los requisitos establecidos para cada una de las
modalidades.
Los beneficios de libertad anticipada son: el tratamiento
preliberacional, la libertad preparatoria, y la remisión
parcial de la pena, recordó.
La reclusión domiciliaria, agregó, es aplicada
con el uso de un brazalete electrónico con módem;
esta modalidad fue adicionada a la Ley de Ejecución de
Sanciones en 2006, y consiste en un medio de realizar la penalización
hasta que el sentenciado alcance el beneficio de tratamiento preliberacional.
Asimismo, indicó, la tecnología del monitoreo
electrónico (brazalete) consiste en detectar la presencia
o ausencia del sujeto, por la señal que emite un transmisor,
a través de las líneas telefónicas, a una
computadora previamente programada.
El transmisor es como un reloj de pulsera que debe portar
el reo; la computadora está programada para avisar en el
momento en que deja de recibir la señal, lo que indica
que el sujeto se apartó del lugar de arraigo, o para hacer
cotejos al azar.
Por ello, expuso, uno de los requisitos es que cuenten
con una línea telefónica fija y activa en el domicilio
en el que se hará el monitoreo, con antigüedad no
menor de un año, y no tener pendiente ningún proceso
o sentencia del fuero común o federal.
La libertad vigilada tiene antecedentes en la década
de los 60, en la Universidad de Harvard, con Ralph Schwitzgebel,
quien sugirió aplicar medidas electrónicas para
controlar a delincuentes y enfermos mentales, relató.
Para 1983, prosiguió, Estados Unidos la aplicó
como medida penitenciaria, y para el 2000 tenían cerca
de 70 mil internos sujetos a este control.
La especialista detalló que puede ser anulado
cuando la persona no se encuentre en el radio de monitoreo en
el tiempo indicado en el cronograma; si se retira el dispositivo
personal; por pérdida o suspensión temporal del
servicio telefónico.
Por cambio de domicilio sin autorización del jefe
de la unidad; por alterar o modificar cualquier componente del
sistema de monitoreo; por incumplir injustificadamente y de manera
reiterada con el cronograma, o conducirse con falsedad al momento
de solicitar un permiso para salir del domicilio, entre otras
razones.
El programa de Monitoreo Electrónico a Distancia
integra tres etapas: readaptación familiar con duración
de uno a quince días; cumplimiento laboral, estará
obligado a incorporarse al empleo propuesto, a más tardar
el día 16 en que obtuvo su reincorporación, y cumplimiento
de cronograma de entradas y salidas.
Finalmente, la académica de la FD informó
que en el Distrito Federal se cuenta con 300 brazaletes, y actualmente,
del total de la población penitenciaria local, sólo
51 sentenciados están bajo esta modalidad; de ellos, 47
son varones y el resto mujeres. El tiempo mínimo que pueden
utilizar el dispositivo es de 15 días, y máximo
dos años.
Asimismo, de noviembre de 2006 a la fecha, se ha revocado
a 10 personas, principalmente por intoxicación, por no
emplearse, incumplir con el cronograma, y sólo un caso
por fuga.
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