• Este mercado sigue casi la misma ruta que
la actividad turística en general, destacó Álvaro
López López, del Instituto de Geografía
de la UNAM
• Los “consumidores” son generalmente nacionales,
y a nivel internacional, básicamente se trata de estadounidenses
Por ser destino turístico primordial en el orbe,
México tiene un papel relevante en materia de turismo sexual,
afirmó Álvaro López López, investigador
del Departamento de Geografía Económica del Instituto
de Geografía (IG) de la UNAM.
Este mercado sigue casi la misma ruta que la actividad
turística en general; así, en primera instancia,
los consumidores son mexicanos, y del total de extranjeros, los
estadounidenses representan, en promedio, el 80 por ciento, y
el resto son canadienses, europeos y sudamericanos, resaltó.
Al hablar sobre la investigación Dimensión
territorial del turismo sexual masculino en México, indicó
que este tema es nuevo y coloca al IG a la vanguardia en los estudios
de sexualidad y turismo, a la par de instituciones europeas, estadounidenses
y australianas, que en la década de los 90 empezaron con
este tipo de análisis, aunque ello no significa que esta
práctica no haya existido previamente.
En el país, acotó, prácticamente
no se había abordado este tema, hasta ahora, que se cuenta
con el proyecto, del que se publicará el primer libro en
los primeros meses del 2010.
Este tipo de turismo, explicó, es el fenómeno
resultante de la interacción entre viajantes a distintos
destinos y los lugareños, y una de sus intenciones es el
consumo de servicios sexuales.
Se puede clasificar en adulto e infantil. En el primer
caso, existe por lo general un consenso entre quienes ofertan
y consumen; en el segundo, se trata de una práctica ilegal,
porque los paseantes buscan tener sexo con menores de edad, señaló.
Para esta investigación, detalló, se analizó
el turismo sexual entre hombres que interactúan con individuos
del mismo sexo, independientemente de las identidades, porque
algunos, en esta práctica, se reconocen como heterosexuales
o bisexuales (o utilizan identidades locales), pero por necesidad
ofertan sus servicios a otros varones.
El estudio fue elaborado por investigadores, becarios
y tesistas que realizaron más de 100 entrevistas a sexo
servidores que, en mayor o menor medida, se vinculan con turistas.
Muchos de ellos tienen una situación marginal;
el Estado mexicano no les brinda las condiciones mínimas
para tener un estándar aceptable de vida y, sin embargo,
hay una percepción negativa de este fenómeno por
parte de la sociedad.
Esta actividad les proporciona un ingreso suficiente
para cubrir sus necesidades y lograr un buen nivel de consumo;
se estima que los sexoservidores perciben un ingreso que va de
los cinco mil a los quince mil pesos semanales, subrayó.
También, en el otro extremo están quienes
se sienten satisfechos con su trabajo y no consideran que al hacerlo
merme su dignidad, “su actitud es más bien reivindicativa”,
aclaró.
Puede ser gente de la misma localidad, de zonas rurales
o municipios cercanos. Desde el punto de vista turístico,
las regiones más importantes para esta práctica
son los litorales y las costas, las áreas fronterizas y
algunas ciudades del interior del país.
Por ello, precisó, la investigación se
aplicó en Veracruz, Cancún, Puerto Vallarta, Acapulco,
Zipolite, Tijuana, Distrito Federal, Guadalajara y Puebla, entre
otros.
Los sexoservidores, personas jóvenes
Con los resultados del estudio, se constató que
el nivel socioeconómico de los sexoservidores es bajo,
y en cuanto al perfil educativo, difícilmente rebasan los
estudios de secundaria, comentó el geógrafo.
Por lo regular, se trata de gente joven, pero no se dedican
a esta actividad por largo tiempo; de hecho, rara vez se puede
encontrar a alguien que lleve más de un año. El
objetivo de muchos es, en primera instancia, lograr solvencia
económica que les permita buscar otra actividad, enfatizó.
En la frontera norte, principalmente, una parte importante
se dedica a la prostitución para conseguir dinero y comprar
drogas e incluso, en algunas ocasiones, para distribuirla, agregó.
En torno a esta problemática, se ha detectado
una doble moral, tanto en la sociedad como en el Estado, acotó;
se crítica fuertemente la situación, hasta ahora
irresoluble, porque no se han dado las condiciones para que la
población marginada deje de serlo, y una válvula
de escape es la prostitución, el ambulantaje, o cualquier
otro empleo informal.
También debería analizarse el rol de autoridades
como la policía, integrantes de la misma sociedad, que
en muchas ocasiones extorsionan tanto a los sexoservidores como
a los “clientes”, y aprovechan el desconocimiento
de los ciudadanos.
Aunado a esto, refirió, está el nulo impulso
a la salud sexual, reflejado en la poca promoción de campañas
para prevenir enfermedades relacionadas.
En el proyecto sobre turismo sexual masculino, coordinado
por Álvaro López, colaboran El Colegio de la Frontera
Norte, las universidades Veracruzana, de Guadalajara; las autónomas
Metropolitana, de la Ciudad de México, del Estado de México
y del estado de Morelos; la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla, y para realizar la metodología de estudio, se
estableció colaboración con la Universidad de Lovaina,
en Bélgica.
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