- La inflación cerrará en 4.2 por
ciento y el déficit en cuenta corriente, sumará
10 mil millones de dólares
- El Producto Interno Bruto en 2010 apenas crecerá
0.3 por ciento porque el consumo privado seguirá con
una tendencia a la baja
Al cierre de este año, la caída del Producto
Interno Bruto se ubicará en 7.8 por ciento, el consumo
privado disminuirá 8.5 y la tasa de inflación anualizada
enero-diciembre terminará en 4.2 por ciento, advirtieron
especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas
de la UNAM, y estimaron una pérdida de empleos formales
de 650 mil durante 2009.
Los investigadores del Departamento de Análisis
Macroeconómicos, Prospectivos y de Coyuntura, encabezado
por José Luis Calva, precisaron también que, al
finalizar este año, el consumo privado registrará
una contracción de 8.5 por ciento, mientras que la inversión
privada tendrá una caída de 15.4 por ciento.
Al presentar su reporte sobre la economía mexicana
este año, anticiparon que el déficit en cuenta corriente
ascenderá a 10 mil millones de dólares.
Para 2010, y en un escenario inercial, sin cambios en
el paquete económico aprobado por el Congreso de la Unión,
precisaron, el PIB sólo crecerá 0.3 por ciento porque
el consumo privado mostrará una contracción de 0.2
por ciento, debido al incremento de impuestos aprobado por el
Congreso, que reducirá el ingreso neto disponible de las
familias y su poder de compra.
Además, explicaron, el incremento de los salarios
nominales a tasas inferiores al ajuste de los precios de la canasta
básica, sumado a la persistente caída del crédito,
comprimirán también el consumo privado.
La inversión privada, en el mejor de los casos,
sólo se incrementará marginalmente en 2010, por
la contracción del consumo privado y el escaso efecto de
arrastre de las exportaciones, así como la persistente
restricción de liquidez y la aversión al riesgo
asociado al nulo crecimiento.
El efecto de arrastre de las exportaciones no será
significativo; su aportación al crecimiento del PIB mexicano
será de apenas 0.02 por ciento en 2010, y el balance de
cuenta corriente presentará un déficit de 12 mil
millones de dólares, destacaron los investigadores.
Por el casi nulo crecimiento del PIB, explicaron, en
ese año no habrá incremento del empleo registrado
en el IMSS.
Nuestro pronóstico de inflación, considerando
el efecto del alza de impuestos al consumo, así como los
probables aumentos de precios y tarifas del sector público,
es de cinco por ciento en 2010, agregaron.
Frente a esta perspectiva, propusieron un escenario alternativo,
con políticas macroeconómicas contracíclicas
para estimular el crecimiento. En este escenario, el Estado debiera
fomentar la demanda interna agregada a través de la inversión
pública, del gasto social y del gasto promocional del desarrollo,
que tiene un efecto más que proporcional sobre el PIB,
ya que impacta positivamente el consumo y la inversión
privados.
Por ello, recomendaron que durante 2010 la inversión pública
se incremente, en términos reales, a una tasa de 38 por
ciento, respecto a 2009 (lo que significaría una expansión
fiscal de dos por ciento del PIB), y que se registre un incremento
del gasto público social y promocional de desarrollo, equivalente
a 0.5 por cuento del PIB. La expansión fiscal agregada
sería así de 2.5 por ciento del Producto.
Este escenario alternativo también contempla una
política monetaria más laxa, donde el Banco de México
reduciría su tasa objetivo al cuatro por ciento anual al
cierre del 2010.
Bajo este escenario, el PIB se incrementaría a
una tasa de 5.1 por ciento anual durante 2010. El consumo privado
comenzaría a recuperarse a una tasa de 2.4 por ciento;
se observaría un incremento de la inversión privada
en 2.7 por ciento, y habría una creación de 500
mil puestos de trabajo inscritos en el IMSS.
Un deslizamiento mayor del tipo de cambio permitiría
que el saldo de las exportaciones netas aportara una contribución
positiva al crecimiento económico (de 0.38 puntos porcentuales
del PIB), y el déficit de cuenta corriente no se incrementaría
de forma significativa, puesto que en este escenario ocurriría
un efecto sustitución de importaciones al observarse un
tipo de cambio menos sobrevaluado respecto a su nivel de equilibrio
de largo plazo, precisaron.
De esta manera, resumieron, el déficit público
no crecería a una magnitud igual a la expansión
fiscal, puesto que a mayor crecimiento económico corresponde
una mayor recaudación, de manera que el déficit
fiscal se ubicaría alrededor del 4.3 por ciento del PIB,
y la inflación se mantendría a una tasa de cinco
por ciento anual.
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