“Cuando Barack Obama llegó a la Casa
Blanca el mundo se llenó de esperanza, pero a unos
meses de que asumió el poder la pregunta es, ¿dónde
está el cambio?”, señaló Serge
Halimi, presidente y director general de las ediciones de
Le Monde diplomatique al ofrecer una conferencia
magistral en la sala Miguel Covarrubias del Centro
Cultural Universitario de la UNAM.
Ante un auditorio lleno de estudiantes, el escritor
francés dio respuesta a la cuestión formulada
por él mismo al decir, “aún es muy pronto
para saberlo, pero lo que nadie podrá negar es que
las cosas ahora son muy diferentes a lo que se observaba
durante el mandato de George W. Bush. Tampoco podemos pretender
que todo sigue como antes”.
El intelectual señaló que el personaje
de Obama es por sí mismo un asunto muy interesante
de analizar, porque él que “un hombre negro
y progresista llegara a liderar a un país tan poderoso
y conservador como Estados Unidos sólo podría
describirse como un feliz accidente de la historia política
de EU”.
Al contrario de lo que pasó en el resto
del mundo, que con la crisis se inclinó por la derecha
y el conservadurismo (como se aprecia en Europa o Latinoamérica),
en Estados Unidos la recesión económica se
tradujo en una multitud de ciudadanos ávidos de políticas
progresistas, acotó Halimi.
Si Estados Unidos no hubiera estado en una de sus
peores crisis financieras, con dos guerras simultáneas
y con un desprestigio mundial inédito, difícilmente
Obama hubiera podido derrotar a políticos mucho más
convencionales como John McCain o Hillary Clinton, y lo
más importante: no hubiera logrado el asombroso fenómeno
de “la repolitización de la juventud estadounidense”,
cuyo apoyo fue fundamental para que llegara a la presidencia.
“Obama debe su triunfo a la caída
de Wall Street y a la quiebra intelectual de los defensores
de las políticas financieras; sin embargo, hay que
hacer notar algo, aunque Obama es un hombre inteligente,
cultivado y prometió un cambio, no deja de ser el
presidente de los Estados Unidos, es decir, el defensor
de Wal-Mart y Exxon, ni el jefe del país que tiene
más bases militares en el mundo”, expuso Halimi.
Por esta razón, el ex senador por Illinois
desde un principio se propuso reestructurar el complejo
andamiaje estadounidense, tan dañado por la desastrosa
administración Bush, y lograr lo que parecía
imposible hace apenas un año, “hacer que la
Unión Americana sea líder de nuevo”,
como declaró el mismo Obama.
“Por esta razón, el mandatario le
ha apostado más a la persuasión que a la cohersión,
y a la negociación que a las guerras, algo que es
mal visto por los sectores conservadores del país
del norte, y que ha hecho que Barack deba enfrentar obstáculos
casi omnipresentes cuando intenta impulsar reformas”.
Para Serge Halimi, el error del primer presidente
negro de EU es que no ha sabido aprovechar su primer año
de mandato para establecer la plataforma con la que trabajará
el resto de su periodo presidencial, ello porque ante los
ataques de sus adversarios siempre se muestra caballeroso
y cordial. “El primer año de mandato debe caracterizarse
por la velocidad y no por la negociación”
Al respecto, Halimi recordó que tanto Bush
como Reagan impusieron en apenas 12 meses una serie de cambios
que los llevaron a cimentar la línea que habría
de seguir Estados Unidos durante ocho años. “Ellos
demostraron que quien quiere puede. Ahora la pregunta que
nosotros debemos hacernos es, ¿realmente Obama desea
lo que quiere?”, concluyó.
A la conferencia magistral también acudió
el director de Le Monde diplomatique México, Centroamérica
y Estados Unidos, Jean François Boyer, quien destacó
que Halimi es un personaje de distinción porque a
diferencia de quienes habitualmente dirigen los medios,
“que son especialistas en mercadotecnia y publicidad,
él es simplemente un periodista”.
“Además, es un periodista que al mismo
tiempo es universitario, como demuestran sus múltiples
títulos y su trayectoria como académico, así
que por ello, es sus disertaciones siempre nos ofrece algo
diferente”.
Para agradecer la presencia del doctor Halimi,
el rector de la Universidad, José Narro Robles, destacó
la generosidad del escritor a la hora de compartir con la
comunidad universitaria y celebró que los jóvenes
tuvieran la oportunidad de estar con intelectuales de esta
talla.
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