Boletín
UNAM-DGCS-461
Ciudad Universitaria
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Para las personas con trastornos en esta
capacidad –que rige la conducta en rangos de minutos y segundos–,
el tiempo tiene una dimensión distinta a la normal, explicó
·
No tiene un solo “reloj”, por lo que se
estima que hay varios sistemas de neurotransmisión
involucrados, detalló
Científicos
de
En
este sentido,
Se
trata hasta de un tema de investigación que en general ha sido poco abordado,
pero en
Ejemplificó
que una persona con patología impulsiva no es capaz de regular su conducta en
el tiempo, es decir presenta respuestas apresuradas y espontáneas.
Definió que la memoria temporal tiene impacto
en la vida cotidiana del individuo, que se rige por segundos y minutos, por lo
que debe tener mecanismos para evaluar el entorno, “porque de no hacerlo, puede
tener un problema conductual”.
“La
impulsividad, inatención o los trastornos del pensamiento pueden tener una base
biológica importante”, pero muchas veces no se le da relevancia y tan sólo se
piensa que la persona es distraída, dijo.
En
este caso, si el individuo no es capaz de tomar decisiones acertadas en su
diario acontecer, seguramente se aislará, tendrá inestabilidad en su entorno
social y familiar, y presentará otras patologías asociadas, expuso.
Al
detallar la relación de las adicciones a la memoria temporal, expuso que si
para una persona normal ha transcurrido un minuto, “para un adicto a la cocaína
y las anfetaminas, han pasado cinco”, lo que coloca a la sociedad y al
individuo en grave riesgo de accidentes, sobre todo de tipo vehicular, sostuvo.
Recordó
que el Laboratorio de Farmacología Conductual de
Asimismo,
abundó, esta área realiza un estudio sobre la génesis de la temporalidad en los
niños para saber en qué momento son capaces de tener una regulación adecuada,
ya que hasta cierta edad son impulsivos.
Asimismo,
se abrirán trabajos orientados a menores con Transtorno
de Déficit de Atención y con consumidores de canabinoides,
como la mariguana,
precisó.
El
científico aclaró que si el abuso de drogas de una persona es constante, puede
dañar la memoria temporal o de intervalo, ya que se provoca un desajuste
del “reloj”.
“Cuando
se consumen sustancias adictivas, hay también un proceso de degeneración de
células nerviosas. Se matan neuronas, se aceleran los mecanismos y se hace que
el sistema trabaje en condiciones distintas a las normales. Evidentemente hay
degeneración de las funciones temporales”, expresó.
Por
eso, recalcó, es que muchos consumidores regulares de estupefacientes tienen reflejos lentos y son
incapaces de tener una regulación en el entorno, en término de segundos y
minutos.
Concluyó
que no existe una cultura psicológica en México para entender que la salud
mental es un asunto de primer orden, y por eso los esfuerzos de los
universitarios en ese sentido.
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FOTO F 02
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Si para una
persona normal ha transcurrido un minuto, “para un adicto a la cocaína y las
anfetaminas, han pasado cinco”, explicó sobre la memoria temporal el
especialista de