Boletín
UNAM-DGCS-453
Ciudad Universitaria
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SUBSISTEN BAJO
·
Afirmó
·
Aunque hoy sólo se advierten
estructuras que muestran cómo fue el centro religioso y administrativo de la
capital, toda la metrópoli está oculta
·
El Laboratorio de Prospección
Arqueológica de esa entidad ofrece por primera vez una idea clara de la
distribución de los asentamientos prehispánicos
Cerca
de 200 sitios arqueológicos subsisten aún bajo el suelo de
Por
primera vez se ofrece una idea clara de la distribución de los asentamientos
prehispánicos que, a la luz de la información proporcionada por la aplicación
de técnicas geofísicas recientes, coincide en muchos casos con los desniveles
encontrados en los barrios y colonias tradicionales de la capital, añadió.
Se trata, detalló, de un grupo de
procedimientos encaminados a observar lo que hay debajo, oculto a los ojos, y
con base en fenómenos físicos recuperar esa información y dar una idea, cada
vez más exacta, de lo enterrado: a qué profundidad, qué características y forma
tiene; todo ello sin excavación.
El
integrante del Laboratorio de Prospección Arqueológica de esa entidad explicó que
en este espacio se hace el estudio sistemático de estas edificaciones, el cual
tiene como propósito generar un inventario para planear acciones dentro de una
urbe en donde múltiples aspectos son
difíciles de observar.
Indicó que el establecimiento
de novedosas metodologías ayuda a revelar la ubicación exacta de las
disposiciones que formaron parte de la traza citadina a la llegada de los
españoles y, a la postre, proporcionan elementos de evaluación para detectar
construcciones en el subsuelo y, en consecuencia, evitar su pérdida.
Este
tipo de información debe ser valorada, toda vez que los planes de desarrollo
deben contemplar la presencia de estos restos. “Toda ciudad debe disponer de un
mapa que señale la localización de estructuras arqueológicas, porque en el
momento de introducir drenaje o Metro puede afectarse algún vestigio”, apuntó.
Debe entenderse que muchas de
las intervenciones, por efecto del comportamiento del terreno y las
edificaciones en superficie, en el mejor de los casos serán un paliativo
temporal, pero distarán de ofrecer una solución a largo plazo, sostuvo.
Con
base en un estudio documental los especialistas registraron los desniveles en
las calles de la ciudad, para producir mapas que destacaran aquellas
elevaciones que, presumiblemente, representarían islotes antiguos, dijo.
Su concentración verifica la
existencia de asientos prehispánicos. Sin embargo, la clasificación, junto con
los resultados geofísicos, facilita la identificación de los conjuntos
principales. Próximamente iniciará la segunda etapa del proyecto en donde
estudiarán, con técnicas geofísicas, las características de cada localización,
adelantó.
En
esta parte, informó Barba Pingaron, se hará uso de equipos topográficos,
magnéticos, eléctricos y de radar que determinan la presencia de elevaciones,
así como las características de los restos constructivos. Las perforaciones de
sondeo y las excavaciones, representan otras posibilidades para confirmar
hipótesis planteadas a partir de los resultados de las primeras etapas.
El antropólogo universitario
recordó que en la zona de Coyoacán se llevaron a cabo experimentos, encaminados
a demostrar que las técnicas geofísicas de alta resolución son apropiadas para
identificar sitios arqueológicos en contextos urbanos. Se hicieron mapas
topográficos para registrar cuidadosamente el relieve de la zona.
En la superficie de
El experto en geología
arqueológica aseguró que otra técnica con buenos resultados es la de
resistencia electrostática, la cual, sin necesidad de contacto con la tierra,
permite tomar lecturas sobre el pavimento, expresó.
Esto facilitó el análisis de
la mayor parte de las calles que rodean la plaza, al producirse una estrecha
correspondencia entre los altos valores identificados y los cúmulos de
presuntas edificaciones, manifestó Barba Pingaron.
Las derivaciones preliminares
permiten asegurar que la mayor parte de las elevaciones topográficas
registradas, son producidas por la presencia de materiales que modifican las
propiedades magnéticas y eléctricas del terreno, y generan también claras
reflexiones de las ondas electromagnéticas del radar.
En esta acción el georradar
ha permitido conocer la profundidad y forma aproximada de las acumulaciones de
materiales derrumbados, que producen claras reflexiones, y confirman sin lugar
a dudas la existencia de restos arquitectónicos enterrados, concluyó.
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FOTO 01
FOTO 02.
El investigador
del IIA de