Boletín
UNAM-DGCS-452
Ciudad Universitaria
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SIGUE EN AUMENTO
EL COMERCIO AMBULANTE EN
·
Señaló
·
En términos de población ocupada,
se estima que en la capital de
·
Recomendó impulsar una acción
coordinada entre los gobiernos Federal y locales, para hacer valer una política
económica que provea espacios y facilidades al capital privado
El comercio ambulante en
En
términos de población ocupada, se estima que en la capital de
A
los negocios en regla, precisó, los perjudica en cuanto a reducción de ventas,
lo que a su vez repercute en las ganancias para los inversionistas y en la
retribución tributaria.
Aunque
con ello pareciera que gana el consumidor al obtener precios más bajos, existen
serias desventajas, ya que los productos adquiridos no tienen garantía. Por
otra parte, señaló, cuando los informales pagan por la expedición de licencias
y permisos, los únicos que se benefician son sus líderes.
Si
bien es cierto que este problema radica en la necesidad de generar más fuentes
de empleo, también lo es en la comparación de ingreso entre la actividad formal
e informal; por ejemplo, en las calles trabajando dos o tres horas se gana el
doble de lo que se obtendría en cualquier establecimiento, durante la jornada
laboral, subrayó.
Explicó
que la definición de comercio ambulante ha cambiado con el tiempo.
Originalmente se entendía como aquel vendedor o comerciante trashumante que
andaba por la calle ofreciendo sus mercancías o servicios; sin embargo, en la
actualidad es aquella persona que expende en la vía pública.
Si
bien se consideraba un fenómeno espontáneo, no sujeto a reglamentación –lo que
está permitido constitucionalmente en el sentido de que posibilita dedicarse a
cualquier actividad económica, siempre y cuando no afecte a terceros–,
hoy ya no es así, sostuvo.
Cuando
este hecho crece adquiere otras dimensiones, que conjugan cuestiones de
carácter cultural, económico, político y social, apuntó. Hoy día, donde hay
población se encontrarán comerciantes: en estaciones del Metro; terminales de
autobuses urbanos, suburbanos y foráneos, o en iglesias y centros culturales,
lugares desatendidos por la política de no construir nuevos mercados públicos.
Son
sitios donde no existe infraestructura suficiente para que la gente se
abastezca y entre los más representativos se pueden mencionar
Entendido
así, aseveró, el comercio ambulante es de tipo callejero no regulado, y permite
casi todo, desde actividades lícitas que le posibilitan aprovisionarse al
consumidor, hasta ilícitas, como vender artículos de contrabando, fomentar la
“piratería” o el tráfico de drogas.
Por
otra parte, abundó, se encuentra la ocupación ilegal de vía pública y terrenos
baldíos, lo cual acarrea conflictos de carácter legal y social; resta espacios
de circulación a la ciudadanía; a los residentes no se les permite el acceso
libre a sus viviendas, y con los comerciantes establecidos se propicia una
competencia desleal, porque mientras a ellos el gobierno sí les cobra impuestos
para operar, quienes invaden las calles no pagan nada.
El
economista consideró que para dar solución a este problema se requiere impulsar
una acción coordinada entre los gobiernos Federal y locales, con el fin de
hacer valer una política económica realista que provea espacios generales y
facilidades al capital privado.
En
ese sentido, indicó, es necesario dejar atrás medidas como formalizar a los
ambulantes dejándolos pagar una cuota mensual a cambio de vender en vía
pública, pues con ello se les da un derecho que no les corresponde.
A
través de la regulación se puede ofrecer una actividad sana en términos
económicos, capaz de crear la obligación de rendir cuentas al fisco, lo cual
repercutiría en ingresos a los gobiernos para revertirlos en servicios,
sentenció.
El
experto propuso aprovechar espacios públicos que están totalmente
desaprovechados; establecer días y horarios para ocuparlos; y que por las
concesiones a los comerciantes se les obligue al pago de impuestos, recalcó.
A
más largo plazo, agregó, los gobiernos deben retomar nuevamente su obligación
de construir mercados públicos, porque sin éstos, obviamente la población
seguirá buscando los sitios en donde tenga un empleo o pueda adquirir
mercancías.
Estas
medidas son un compromiso que no solamente le competen a la las autoridades
sino a la ciudadanía, porque los habitantes del país también se verán
beneficiados con su implementación, concluyó.
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FOTO 01
El comercio
ambulante en
FOTO 02.
Se estima que en la capital de