Boletín
UNAM-DGCS-434
Ciudad Universitaria
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REVELAN ESTUDIOS DE
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Sergio de Jesús Apodaca, técnico académico, afirmó que en el Instituto de
Ciencias del Mar y Limnología se realizó un análisis con apoyo de un robot
submarino
·
Las zonas más
vulneradas son las cercanas a las costas, por redes camaroneras y de arrastre,
dijo
·
La
sobreexplotación, niveles de contaminación y cambio en la propiedad del agua
afecta a productores primarios y secundarios, advirtió
Estudios realizados por académicos del
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de
El Laboratorio de Ecología de Pesquerías del ICMyL,
encabezado por Carlos Robinson, ha trabajado en esa
zona con apoyo de hidroacústica y un robot submarino,
para conocer la abundancia y distribución de especies pelágicas que habitan en
este entorno, uno de los más productivos y con mayor biodiversidad en el
planeta, a fin de planificar la explotación de los recursos pesqueros.
Al respecto, Sergio de Jesús Apodaca Mendieta, técnico académico por el proyecto
Pelágicos menores, comentó que si bien aún es necesario analizar muchos
de los datos obtenidos, es sorprendente la poca presencia de variedades
identificadas.
Subrayó que las zonas más vulneradas son las cercanas a las costas,
principalmente por redes camaroneras y de arrastre. Como acarrean desde el
lecho marino se llevan a los productos primarios.
Destacó que Carlos Robinson prepara un
análisis para determinar qué tan grande ha sido la depredación, para lo cual es
necesario concluir las estimaciones de la biomasa total, de la presencia de
organismos en el Golfo. Pero los datos previos revelan un momento de peligro,
una llamada para mejorar la dinámica de conservación.
Apodaca Mendieta mencionó que algunas de las
especies que han disminuido en comparación con dos décadas atrás, son la
sardina y las anchovetas. Empero, todas las de importancia económica han
descendido, “aún no se puede hablar de si es grave o no porque se necesita
conocer con exactitud qué dinámica poblacional hay”.
Esta situación también puede apreciarse en los datos de esfuerzo de
pesca, que ha aumentado paulatinamente a lo largo de los últimos años, y en la
actualidad, para obtener la misma cantidad, se requiere el doble o triple de
empeño. Ello trae como consecuencia problemas para la pesca rural o común del
Golfo, pues los equipos para adentrarse en altamar
son propiedad de grandes industrias, indicó.
El especialista explicó que la sobreexplotación, los niveles de
contaminación y el cambio en la propiedad del agua afectan a productores
primarios y secundarios, y, en general, a todas las comunidades que dependen
del mar.
Señaló que el Golfo de California es un ecosistema ampliamente
estudiado; ya se habían realizado trabajos de hidroacústica
y video submarino; sin embargo, la innovación de esta investigación es que se
trata de una de las indagatorias más completas.
Los instrumentos permitieron tomar una muestra cada tres segundos, o
sea cada
Apodaca Mendieta mencionó que lo más valioso fue que
se realizó un barrido completo de la región, lo que permite hacer evaluaciones
más precisas en cuanto a abundancia y tomar decisiones de pesquería y
conservación. “No es lo mismo estimar la masa total de agua del Golfo de
California a partir de cinco, diez o 40 muestras, que de 24 millones”.
Detalló que el estudio ha permitido analizar especies pelágicas menores
en el Golfo de California, en específico anchovetas, sardina y macarela. Lo que
más se encontró en el último crucero a bordo de El Puma fue sardina, una zona
de crianza en el alto Golfo, con ejemplares pequeños. Ya se tenían
observaciones sobre esta zona, pero no confirmadas, y gracias al muestreo de
redes y con la hidroacústica se detectaron.
Sostuvo que fue interesante encontrar agrupaciones juveniles porque son
sitios idóneos para
De determinarse que el daño ocasionado ha sido grave, una de las
medidas a tomar, a través de las instituciones gubernamentales, sería
establecer zonas de recuperación de ecosistemas. Quizá a través de las llamadas
“especies paraguas”, mediante un análisis a fondo de la vaquita marina, y al
proteger el área se salvaguarda la cadena trófica, la zona de crianza y
reproducción de muchas especies.
Cabe recordar que el robot adquirido por el Laboratorio de Ecología de
Pesquerías, un ROV (Remote Operated Vehicle), es un aparato controlado desde el barco, con un
cordón o cable. En la embarcación se instala una pantalla que permite ver la
imagen tomada, saber su posición geográfica y profundidad.
Cuenta con un par de cámaras de alta resolución, una en blanco y negro
y otra a color. Lo importante es que desde la nave se le puede manipular. El
límite de profundidad para este sistema es de
Otra ventaja es que puede permanecer bajo el mar el tiempo necesario;
además, todo queda registrado en DVD o casetes para su posterior análisis. La
idea es auxiliar a otros sistemas. Es parte de diversos equipos que se
adquirieren para hacer investigación, sobre todo en el Golfo de California. Se
utiliza el buque oceanográfico El Puma para hacer estas tareas.
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FOTO 01
Integrantes del ICMyL de
FOTO 02.
Sardina y
anchovetas han disminuido en el Golfo de California en comparación con dos
décadas atrás, revelan estudios realizados por expertos de