Boletín
UNAM-DGCS-430
Ciudad Universitaria
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MEJORAN EN
·
Explicó
·
Falta comenzar la colaboración con
hospitales, pruebas en humanos y el financiamiento para el desarrollo de
medicamentos, expuso
·
En especial se han estudiado vegetales
como el cuachalalate, el guayule y el zapote; se ha iniciado también el análisis de cactáceas
Un equipo de investigación del Instituto de Química (IQ) de
Ya se cuenta con estudios pre-clínicos de
efectividad in vitro, dosis letal y exámenes en
animales de esas sustancias, con buenos resultados. Faltaría ahora iniciar la
colaboración con hospitales, las pruebas en humanos y contar con financiamiento
para el desarrollo de medicamentos.
El científico explicó que en su laboratorio se analizan aquellas plantas
para las cuales la tradición indica acciones farmacológicas o terapéuticas. A
partir de ellas se identifican los posibles principios activos, se caracterizan
y aíslan.
Una vez que se sabe cuáles son los componentes responsables, se
modifican a escala molecular, químicamente. "Nos hemos abocado a tres
efectos: anti-inflamatorios, citotóxicos y sobre el
sistema nervioso central, en padecimientos como ansiedad y epilepsia”, resaltó.
Los resultados demuestran que muchas especies vegetales utilizadas de
manera tradicional sí poseen efectos anti-inflamatorios,
aunque la correlación no es del cien por ciento, reveló.
"Además, refirió, se ha encontrado un aspecto interesante: varios
de estos principios anti-inflamatorios son
citotóxicos a células de cáncer humano. Eso ha llevado a estudiar la relación
que existe entre la inflamación crónica y el desarrollo de esa
enfermedad".
Al parecer hay vías que vinculan a ambos padecimientos. Por ejemplo,
unas sustancias aisladas de las plantas, los llamados "triterpenos”,
inhiben elementos transcriptores involucrados tanto en inflamación como en
cáncer, aclaró.
Ello ha abierto una amplia ventana de investigación, abundó el experto.
Se sabe "que sí hay cierta modificación de factores de transcripción;
lo que se hace es transformar las sustancias de origen natural para encontrar
un mayor efecto de inhibición".
También se ha encontrado que las denominadas flavonas
tienen acción ansiolítica, como calmantes de la ansiedad, o bien, ansiogénica, cuando la producen, detalló.
En especial,
Incluso, añadió el experto, se han derivado sustancias argentatinas que tienen esta propiedad no genotóxica y una actividad similar a los fármacos
anticancerígenos empleados en la clínica.
Otra planta estudiada por el científico es el cuachalalate
(Amphipterygium astringes), cuyos componentes tienen
efectos anti-inflamatorios. Asimismo, tiene actividad
citotóxica en células de cáncer. "Se han obtenido derivados que mejoran
con mucho la acción de las sustancias originales", adelantó.
Este vegetal tiene un gran mercado en nuestro país, tanto que las
poblaciones nativas de esta especie están a punto de desaparecer. "Antes
se conseguía con cierta facilidad alrededor de Cuernavaca, ahora hay que ir
hasta Guerrero. Si sigue el consumo indiscriminado lo más probable es que la
especie se extinga", alertó.
Se comercializa mucho, principalmente, en
Martínez Vázquez señaló que otras variedades estudiadas son las Casimiroas –tan sólo en México existen más de 10 especies– como
En tanto, los toronjiles (morado, blanco, chino) son ricos en flavonas y, por lo tanto, efectivos contra la ansiedad o la
depresión que presentan algunos individuos, relató.
El universitario sostuvo que en naciones como Japón y China siembran,
por ejemplo, el cuachalalate, para definir sus
propiedades. De ahí la urgencia de ocuparnos de esta riqueza que es del país y
no se aprovecha, enfatizó.
Mientras, el científico y su grupo continúan el análisis de las casimiroas del sureste del país, así como de una planta que
disminuye la glucosa en la sangre, llamada guereque.
Además, se ha comenzado a investigar a las cactáceas, como el garambuyo, ricas en esteroles y triterpenos.
Los trabajos, para los cuales se ha contado con la colaboración de
integrantes de los institutos de Investigaciones Biomédicas de
Por último,
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FOTO 01.
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Muchas especies
vegetales utilizadas de manera tradicional sí poseen efectos anti-inflamatorios, aunque la correlación no es del cien
por ciento, reveló