Boletín
UNAM-DGCS-428
Ciudad Universitaria
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REQUIERE MÉXICO
DARLE UN MANEJO ADECUADO AL AGUA SUBTERRÁNEA
·
Señaló Gabriela Ángeles Serrano, del
Centro de Investigaciones sobre América del Norte de
·
El país tiene delimitados 653 acuíferos,
de los cuales 104 presentan un estado crítico debido a un mal manejo de la
extracción, informó
·
Los veneros subterráneos representan más
del 90 por ciento del líquido dulce en el planeta, dijo
·
Es necesario un acuerdo conjunto para
proteger esos volúmenes y crear una agenda de protección de los acuíferos transfronterizos en el mundo, propuso
El agua subterránea es estratégica para el país, al tener un potencial
mayor que la superficial; sin embargo, hasta el momento este recurso ha tenido
un manejo inadecuado, advirtió Gabriela Ángeles Serrano, del Centro de
Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de
La investigadora universitaria, quien dirige el proyecto Implicaciones
de las políticas del manejo de agua subterránea en la transformación ambiental
de las regiones fronterizas de América del Norte, informó que en
A pesar de sus posibilidades, señaló, su mal empleo comienza a tener
fuertes repercusiones en la frontera entre Estados Unidos y la nación mexicana,
donde, entre otros efectos, se ha disminuido el nivel de cuerpos superficiales
y escurrimientos como el río Bravo, lo que impacta directamente los humedales,
que son ecosistemas asociados con las descargas subterráneas. En todos los
estados fronterizos se han visto alteraciones y también en el lado
estadounidense.
Recordó que los veneros subterráneos representan más del 90 por ciento
del líquido dulce disponible en el planeta.
En la actualidad, EU hace todo lo posible para proteger sus volúmenes,
incluso a costa del potencial mexicano, pero como no se tiene un tratado en la
materia no hay forma de evitarlo; por ello, es necesario un acuerdo conjunto al
respecto en el marco de una agenda de cooperación para la protección de los
acuíferos transfronterizos en el mundo, propuso.
Subrayó
que, por ejemplo, el revestimiento de cemento que en el país vecino se realiza
al canal Todo Americano, cancelará las filtraciones hacia nuestro territorio y
además de los costos económicos y sociales, dañará la recuperación del acuífero
compartido entre ambas naciones.
Añadió
que a mediano plazo, los agricultores del lado mexicano tendrán gran dificultad
para obtener líquido en sus pozos en calidad y cantidad aceptable. De seguir la
tendencia se perderán las descargas naturales en la ribera del Mar de Cortés y
con ello la biota asociada a la zona.
Ángeles Serrano afirmó que estos problemas podrían generar pugnas al
interior del país, porque habrá falta de cohesión social entre el gobierno
federal y los diferentes intereses locales; es decir, “el revestimiento del
canal referido es una bomba de tiempo que podría dar lugar a diversos
conflictos en los próximos diez años”.
Por ello, lamentó que hasta el momento los tratados internacionales de
México no regulen los veneros subterráneos, sino sólo los superficiales.
Además, tanto al norte como al sur se tiene poco conocimiento sobre los
acuíferos y cómo se comparten. No se sabe quién tiene más agua ni quién la
ocupa más.
Incluso, el mismo gobierno estadounidense asegura no poder normar lo que
no se conoce. Sin embargo, eso sólo le da más ventajas a quienes poseen mayor
capacidad para mejorar sus sistemas de extracción y distribución.
La investigadora del CISAN precisó que el reto es complejo y por un
largo periodo. Por ello se debe trabajar en diversas áreas y con grupos
interdisciplinarios para crear esquemas de cooperación bilaterales o entre
ciudades, con el fin de administrar de manera conjunta, tanto en lo referente a
la cantidad que se puede bombear, como en la protección de los sistemas de agua
subterránea.
Ángeles Serrano aseguró que en la frontera norte los yacimientos tienen
un potencial importante. De hecho, en eras geológicas anteriores en el norte
del país había bosques húmedos en las ahora regiones áridas y semiáridas, pero
cuyas formaciones geológicas todavía almacenan gran cantidad de líquido. Al
igual que el sur-oeste de Estados Unidos.
Dijo que el acuífero más importante de Estados Unidos, el de Ogallala, llega al norte de Texas y cubre más de cuatro
estados de
Sostuvo que uno de los principales problemas es no saber cómo manejar
el agua subterránea. Refirió que desde hace siglos se conoce cómo optimizar el
líquido superficial. Desde hace al menos un milenio se tienen sistemas
hidráulicos para conducir los escurrimientos hacia las zonas de riego; en
cambio, el flujo subterráneo tiene apenas unos cien años de utilizarse
intensivamente.
Por tanto se requiere un mayor entendimiento del recurso. Por ejemplo,
los ríos y presas tienen un periodo de respuesta casi instantáneo; en cambio,
el de los acuíferos es más lento, y el impacto por su manejo no se tiene en
cinco o diez años, sino en 20 o 50, detalló.
En
este aspecto, la labor institucional también es importante, pues si por un lado
se cuida la calidad o los efectos al ambiente y a los ecosistemas y por otro la
cantidad, “no habrá articulación entre instancias para enfrentar situaciones
complejas”.
En todo caso, aclaró, es necesario trabajar en cuestiones políticas y
de negociación, y compaginar los intereses entre diferentes órdenes de gobierno
y autoridades, industriales, agricultores y
Gabriela Ángeles concluyó que cuando las cuencas subterráneas están
compartidas por gobiernos con sistemas de regulación diferentes, puede haber
conflicto, porque mientras uno tiene más preocupación o posibilidad para regular
sus sistemas, quizá el otro posea menor capacidad técnica e institucional para
manejar y regular la extracción del agua.
–o0o–
FOTO 01.
Gabriela Ángeles
Serrano, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de
FOTO 02
De los 653
acuíferos delimitados y reconocidos de manera oficial por México, 104 se
encuentran en estado crítico por el mal manejo de la extracción, afirmó la
investigadora universitaria Gabriela Ángeles.