06:00 hrs. 12 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-427

Ciudad Universitaria

 

 

 Pie de fotos al final del boletín

 

NECESARIO, ESTABLECER MEDIDAS LEGALES CONTRA LA EXPLOTACIÓN DE MENORES EMPACADORES

 

·        Indicó Víctor Inzua Canales, profesor de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM

·        Aproximadamente unos nueve mil infantes se desempeñan en las grandes tiendas de autoservicio; dos terceras partes lo hacen en la cadena Walmart, informó

·        Llamó a establecer una “norma oficial efectiva” que garantice las condiciones de trabajo y de seguridad social que los empleadores deben ofrecer a los llamados “cerillos”

·        Las propinas que se les ofrece, fluctúan entre 40 y 150 pesos en un lapso de cinco horas. Si llegan a doblar el día, entonces pueden alcanzar 300 pesos, dijo

 

A pesar de que la labor de los menores empacadores de las tiendas de autoservicio está clasificada como actividad de explotación, no se promueven medidas legales para sancionar con precisión a los actores involucrados en dichos delitos, señaló Víctor Inzua Canales, profesor de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

Los dueños de estas tiendas comerciales violan la protección jurídica y social de estos niños, de acuerdo con la normatividad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), detalló. Por ello, llamó a establecer una “norma oficial efectiva” que garantice las condiciones de trabajo y de seguridad social que los empleadores deben ofrecer a los llamados “cerillos”.

Sin duda, agregó el también antropólogo social, esto representa una de las más inmediatas preocupaciones del proceso de modernización que se gesta en el país. Los dueños de las tiendas deben cumplir con una relación contractual adecuada que implique las garantías de la ley, incluyendo salario y servicios médicos.

 

Aunque se trata de una forma de explotación infantil “menos deplorable”, es responsabilidad de las autoridades proteger a los menores. Tal fenómeno se hace presente cuando los supermercados niegan que exista una relación laboral con estos niños, y con ello eluden dar prestaciones a cambio de permitirles empacar las mercancías esperando una propina que con frecuencia no llega, dijo.

 

Desde hace años el catedrático de la ENTS realiza investigaciones con grupos vulnerables, sobre todo entre niños “cerillos”. “El estudio solamente se refiere a una de las actividades que se establece en el trabajo infantil urbano: los empacadores de mercancía en los centros comerciales”, apuntó.

 

Es una población que no tiene contrato, sueldo base ni derecho alguno; no obstante, es obligada por la empresa a cumplir requisitos formales como si fueran empleados: cubrir horarios, responsabilidades y hasta son castigados o amonestados si infringen las reglas o normas estipuladas, detalló.

 

La Ciudad de México tiene aproximadamente unos nueve mil menores que se desempeñan en las grandes cadenas de autoservicio. De ellos, explicó Víctor Inzua, dos terceras partes lo hacen en establecimientos de la cadena Walmart.

 

Informó que la mayoría proviene de familias pobres que con su actividad contribuyen al ingreso del hogar. Las propinas o ayuda simbólica que se les ofrece, fluctúan entre 40 y 150 pesos en un lapso de cinco horas. Si llegan a doblar el día entonces pueden alcanzar 300 pesos.

 

La economía informal no es un fenómeno nuevo, ha sido una constante en la realidad productiva mexicana. De acuerdo con la OIT gran parte de la población se encuentra inmersa en ella, como sería el caso de los “cerillos”, expuso Víctor Inzua.

 

Tal actividad, concluyó el especialista en culturas populares, ha ganado relevancia y evidente incremento en los últimos años, como resultado de un crecimiento escaso y errático, propiciado por las políticas de evidente corte neoliberal.

 

-o0o-

 

FOTO 01.

 

El catedrático de la ENTS de la UNAM, Víctor Inzua, aseguró que los dueños de las tiendas deberían cumplir con una relación contractual adecuada con los “cerillos”, que incluya la seguridad social.

 

 

FOTO 02

 

Víctor Inzua, profesor de la ENTS de la UNAM, señaló que los menores empacadores son una población que carece de contrato, sueldo base y prestación alguna.