14:20 hrs. 2 de Julio de 2007

  

Boletín UNAM-DGCS-406

Mérida, Yucatán


José Francisco Valdés

Pie de fotos al final del boletín

 

ORGANIZA UNAM LA MÁS IMPORTANTE CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE RAYOS CÓSMICOS

 

 

El Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM organiza la edición número 30 de la Conferencia Internacional de Rayos Cósmicos (ICRC, por sus siglas en inglés), donde especialistas de todo el orbe analizarán estas radiaciones, las cuales pueden tener incidencia en la vida y clima de la Tierra.

 

El encuentro, a desarrollarse del 3 al 11 de julio en la ciudad de Mérida, Yucatán, y auspiciado por la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada, es el más importante en todo el mundo en esta rama del conocimiento. Se celebra cada dos años y en esta ocasión contará con la participación de alrededor de mil asistentes, procedentes de los cinco continentes.

 

De esa forma, México albergará por segunda ocasión este magno evento. La primera fue en 1955, con motivo de su quinta edición, y al frente del comité organizador estuvo Manuel Sandoval Vallarta, pionero de la Física mexicana y latinoamericana.

 

En rueda de prensa, José Francisco Valdés Galicia, director del IGf y presidente del Comité Organizador nacional de la Conferencia, destacó la importancia de este tema para la vida cotidiana, ya que “hoy día se habla de que el Sol puede afectar el clima a través de los rayos cósmicos, que son partículas cargadas que ionizan a la atmósfera”.

 

Acompañado por el Premio Nobel de Física 1980, James W. Cronin, y por José Loría, de la Universidad Autónoma de Yucatán, comentó que el Sol es una estrella y cuando sufre grandes explosiones se pueden detectar a través de los rayos cósmicos.

 

Además, en la Tierra en ocasiones ocurren perturbaciones en las comunicaciones en los celulares y la radio en general, que se deben a grandes explosiones en ese astro.

 

En ese sentido, James W. Cronin, catedrático de la Universidad de Chicago, subrayó que México es un país importante para la investigación en general, y en particular en el área de rayos cósmicos.

 

Precisamente, recordó, uno de los experimentos cruciales para determinar la naturaleza de estas emanaciones fue propuesto por Manuel Sandoval Vallarta. “Ello habla de la tradición que hay en el país en este tipo de estudios”.

 

Por otra parte, Valdés Galicia subrayó que a pesar de que aún están a debate los mecanismos por los cuales el Sol modifica el clima terrestre, entre los considerados más importantes están los rayos cósmicos.

 

Estas radiaciones generan en la atmósfera carbono 14 y también berilio 10, que se deposita en los glaciares. Mediante el análisis de ambos elementos es posible estudiar la intensidad del ciclo de actividad solar y eso se puede correlacionar con sus efectos en el ambiente, añadió.

Son partículas cargadas de alta energía que cuando atraviesan la atmósfera crean iones y se vuelven nucleadores, los cuales arrastran gotas de agua y eso genera nubes, que provocan que los rayos del Sol no pasen, dijo.

 

“Ese es un mecanismo a través del cual los rayos cósmicos pudieran afectar directamente a los seres humanos. Hay otros que tienen que ver con embolias, ataques al corazón, pero aún no están bien determinados. Sin embargo, sí pueden incidir sobre la vida y el clima de la Tierra”, sentenció.

 

Para Lucas Nellen, del Instituto de Ciencias Nucleares e integrante del mismo Comité, dichos rayos, como son parte de la radiación natural, pueden provocar mutaciones.

 

Indicó que el campo magnético de la Tierra normalmente protege de la radiación cósmica de la más baja energía y de alta intensidad. Empero, tiene sus ciclos y a veces desaparece. En este momento los rayos pueden llegar a la superficie y la atmósfera no ofrece defensa y puede inducir tasas más elevadas de alteraciones en los organismos.

 

No obstante, reconoció que aún no está comprobado que todos los saltos en la evolución tengan correlación con ello, aunque sí puede ser una fuente de contribución para el desarrollo de los seres vivos en algunos momentos de la historia.

 

Valdés Galicia coincidió en que el campo magnético es como una coraza contra los rayos cósmicos. Pero “sí hay indicios serios de que algunas mutaciones se pueden generar por ellos”.

 

Señaló que son la única información material del universo, pues son partículas elementales. Más del 90 por ciento son núcleos de hidrógeno o protones, es una lluvia que llega de forma constante y continua a la Tierra.

 

Además, hay evidencias de que este bombardeo viene de tiempos remotos, desde hace decenas de miles de años, quizá desde el nacimiento del Sol, y provienen de objetos astrofísicos desde el origen del Universo, y proveen información sobre él, refirió.

 

Son mensajeros del cosmos, de las estrellas, y dilucidar tales datos permitirá saber cómo puede estar estructurado el medio interestelar, qué tipo de objetos astrofísicos son capaces de producir estas partículas. “Se descubrieron en 1912 y hoy día aún nos se sabe exactamente de dónde vienen y cómo llegan hasta nosotros”, recordó.

 

Respecto a la Conferencia, el director del IGf expuso que fue difícil obtener la sede. Se requiere una tradición en este campo de estudio, y un grupo numeroso y maduro, de forma que se pueda contar no sólo con infraestructura sino también con los recursos humanos para organizarla. Por ello, “es un orgullo y una gran responsabilidad”.

 

Se cuenta con casi mil 100 trabajos que se presentarán durante ocho días, con cuatro sesiones paralelas, además de conferencistas invitados.

 

El objetivo es revisar lo que se ha hecho en la materia durante los últimos dos años, porque en ese tiempo ha habido nuevos experimentos, otros se han planeado y unos más han crecido y tienen resultados importantes, y es el momento de presentarlos a la comunidad, expresó.

 

Informó que en la Universidad hay varios trabajos importantes sobre el tema, y algunos resultados se darán a conocer en este evento mundial. Es un foro en donde se pueden mostrar los avances y la madurez de los científicos nacionales, porque en los últimos 10 ó 15 años el área de rayos cósmicos se ha desarrollado más en México.

 

La Conferencia es posible gracias al apoyo de instituciones como la BUAP, INAOE, UMSNH, CINVESTAV, UAM, SEP, CONACYT, IPN, AMC, CLAF, GRUPO COMEX, ROTOPLAS, TELMEX, gobierno de Yucatán, Ayuntamiento de Mérida, Sociedad Mexicana de Física y el Laboratorio TANDAR de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina.

 

 

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FOTO 01

José Loría, James W. Cronin y José Francisco Valdés, durante la rueda de prensa donde se informó de la XXX Conferencia Internacional de Rayos Cósmicos, organizada por la UNAM.

 

 

FOTO 02.

El Nobel de Química James W. Cronin, acompañado por José Francisco Valdés, dijo que México es un país importante para la investigación en general, y en particular de rayos cósmicos.