Boletín
UNAM-DGCS-292
Ciudad
Universitaria
![]() |
![]() |
Pies de foto al final del boletín
·
Señalaron
los participantes en la conferencia ¿Existe América del Norte?, realizada en la
UNAM
·
Alejandro
Álvarez, de la Facultad de Economía, precisó que el modelo de unificación de
Europa ha sido un proceso largo y cooperativo en general
·
Stephen
Clarkson, de la Universidad de Toronto, dijo que la hegemonía norteamericana ha
aumentado, pero tiene frente de sí el desafío de la globalización
·
Rosío
Vargas, del CISAN, indicó que lo más claro es la unilateralidad de Estados
Unidos en el TLCAN, con la imposición de normas, reglas y medidas
La
integración de América del Norte ha sido claramente hegemonizante y montada en
asimetrías, no como en el caso europeo, con un saldo evidente de polarización,
coincidieron en señalar los participantes en la conferencia ¿Existe América del
Norte?, la cual fue realizada en la UNAM.
En
este evento académico –organizado por el Centro de Investigaciones sobre
América del Norte–, Alejandro Álvarez, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, precisó que el modelo de
unificación de Europa ha sido un proceso largo y cooperativo en general.
Asimismo,
ha sido consensuado y políticamente más sostenible; en forma explícita se
planteó el problema de buscar limar los desequilibrios regionales dentro de la
zona. Además, sostuvo, dada la complejidad de las relaciones en el viejo
continente, optaron por una densa trama institucional.
De
forma inversa, en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) las desigualdades se plantearon como virtudes, de tal forma que se
juntasen “la mano de obra joven y barata de México, los recursos naturales de
Canadá y la tecnología y economía de Estados Unidos”, arguyó.
Además,
indicó Alejandro Álvarez, se ha visto que la experiencia ha sido polarizante,
cuando se ofreció que no iba a ser así, pues se “nos iba a afianzar en la senda
del crecimiento y de la homogeneización” hacia el desarrollo.
Otro
punto es que la trama institucional establecida fue deliberadamente débil. “Lo
más complejo que se planteó fue el Banco de Desarrollo de América del Norte, al
cual nunca se le dieron recursos”, añadió.
Desde
el punto de vista social fue devastador, aún dentro de la Unión Americana,
opinó el experto de la UNAM.
En
realidad, continuó Alejandro Álvarez, lo que destaca en la construcción de
América del Norte, que geográficamente existe, es que los estadounidenses
impusieron reglas locales, regionales o hemisféricas de acuerdo con sus
intereses. El resultado es una red no tan visible ni grande, ni con un aparato
de operación como el europeo. “En sí, refleja el proceso de globalización que
nuestro vecino del norte ha promovido, esto es, ni es lineal, ni simétrico, ni
ascendente, sino siguiendo el pensamiento neoliberal”.
Las
tendencias, aseveró, “son preocupantes y su proyección desoladora”. Se necesita
con urgencia una orientación de largo plazo de estos procesos, que tenga
sentido positivo, porque lo otro es simplemente un desborde hegemónico sobre su
periferia y los demás miembros tienen dificultades de carácter político y
social.
En el auditorio Mario
de la Cueva, Stephen Clarkson, de la Universidad de Toronto, Canadá, resumió
sus estudios sobre América del Norte en varios argumentos. El primero, que las
instituciones del TLCAN “no son lo que parecen, sino mucho menos”. Con alguna
excepción, dijo, son débiles: “no tiene un Ejecutivo, Legislativo, ni una
administración seria, sino grupos de trabajo no importantes”. Lo anterior ha
aumentado el poder de la Unión Americana sobre sus vecinos.
Empero,
la región, en algunos sectores económicos en donde la proximidad geográfica
tiene un papel importante, es más de lo que parece. En general, la hegemonía
norteamericana ha aumentado temporalmente, pero tiene frente de sí el desafío
de la globalización.
Incluso,
en otros sectores que parecen similares en los tres países, en los que hay una
regulación común, no se trata de interés en la gobernanza continental sino que
es un reflejo de la situación global.
Respecto
a los asuntos de seguridad y defensa, señaló que después del 11 de septiembre
de 2001 América del Norte es exactamente lo que parece, al sostener relaciones
intergubernamentales dominadas por Estados Unidos, quien ha impuesto sus deseos
sobre México y Canadá.
Refirió
que es evidente que en esta zona la hegemonía ha crecido, y “no existe esta
región en un sentido europeo”, aunque sí puede decirse que es un espacio
geográfico formado por tres países con tres relaciones bilaterales distintas.
Por
su parte, Rosío Vargas, del CISAN, dijo que lo más claro es la unilateralidad
de Estados Unidos –el país hegemónico– en este acuerdo, con la imposición de
normas, reglas y medidas. Además, el TLCAN ha permeado por su filosofía
política exterior, que es la defensa preventiva.
Destacó,
acompañada por la investigadora Silvia Núñez, que las investigaciones de
Stephen Clarkson son serias: tiene una cantidad enorme de fuentes de primera
mano, como entrevistas y visitas de campo en los tres países.
Sus
contribuciones, concluyó, son originales y en términos teóricos tiene la virtud
de llevar más allá de lo que hasta ahora han sido los enfoque tradicionales de
ver el TLCAN y los procesos de integración.
-oOo-
FOTO 01.
Rosío Vargas, Stephen Clarkson,
Silvia Núñez y Alejandro Álvarez, durante la conferencia ¿Existe América del
Norte?, la cual fue realizada en la UNAM.
FOTO 02
Stephen Clarkson, Silvia Núñez y
Alejandro Álvarez, en la conferencia ¿Existe América del Norte?, en la UNAM,
donde este último habló de la asimétrica integración de América del Norte.