Boletín
UNAM-DGCS-188
Ciudad Universitaria
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AFIRMAN MEXICANOS
QUE ES DIFÍCIL ORGANIZARSE PARA CAUSAS COMUNES
·
Señaló
·
Un 56 por ciento lo considera complicado,
y 85 por ciento acepta que no ha participado en grupos organizados, refirió el
analista político
·
Escepticismo y epopeya son palabras clave
para caracterizar a la historiografía de los movimientos de Independencia y
revolucionario: Álvaro Matute, investigador emérito
·
Intervinieron en el Congreso Internacional
Hacia la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de
En
México el 56 por ciento de la población considera que es difícil organizarse
como ciudadanos para trabajar en una causa común, y 85 por ciento acepta que no
han participado en grupos organizados, afirmó
Al intervenir en el Congreso Internacional Hacia la conmemoración del
Bicentenario de la Independencia y del Centenario de
Asimismo, mencionó, casi un 44 por ciento de los habitantes tiene poca
fe en que las acciones ciudadanas puedan incidir en los asuntos de gobierno, y
cuatro de cada diez aceptan no tener ningún interés por ayudar en algún
problema de su comunidad.
Si bien, por estos datos citados uno podría dejarse ir por el camino de
la desilusión y la desesperanza, hay otra lectura posible: la incipiente
ciudadanía en nuestro país ha surgido a pesar de una serie de obstáculos que
lentamente se han quitado del camino, apuntó en el auditorio Mario de la Cueva
de la Coordinación de Humanidades.
Explicó que el término “ciudadanía” se refiere a derechos plasmados en
ordenamientos legales, pero al mismo tiempo habla de participación, energía y
acción en mano.
Hoy sabemos que el cimiento de una cultura ciudadana sana y vigorosa,
se asienta en el respeto interpersonal. Si no aceptamos a los otros y
entendemos que nuestros derechos son los suyos, quiere decir que no lo hemos
inculcado como una pieza central de un mundo de libertades, enfatizó.
Precisamente, acotó, han sido movimientos ciudadanos los que han
logrado la ampliación de libertades que posteriormente son consagradas en
regímenes democráticos. “Una sociedad con valores políticos liberales bien
aceptados, caminará hacia ese sistema”.
Ante este panorama, sugirió: “Una década de educación cívica que se
sume a la escuela nos conduciría, sin duda, a un horizonte mucho más alentador.
La cultura cívica y la ciudadanía no surgen ni por generación espontánea ni a
partir del juego de partidos, ni como resultado del crecimiento económico. Es
también fruto de la voluntad”.
Por su parte, Álvaro Matute, investigador emérito del Instituto de
Investigaciones Históricas, dictó la conferencia magistral Escepticismo y
epopeya. Ensayo de la historiografía comparada sobre las revoluciones de México,
en donde consideró que ambas son las palabras clave con las cuales se puede
caracterizar a la historiografía de los movimientos de Independencia y
revolucionario.
Manifestó que historiografía y conciencia histórica no corren
paralelas, a menos que la última quede como patrimonio exclusivo y excluyente
de los especialistas. “Ciertamente están vinculadas, la segunda no es
concebible sin la primera, pero ésta es la que da forma a aquello que los
hechos van configurando sin importar, al principio, el deslinde entre lo
verdadero y lo falso”.
La conciencia histórica, aclaró, es más libre porque no se tiene que
ceñir a ningún dictado disciplinario. Simplemente se cree o no en los hechos
que contiene o en las interpretaciones que se les da.
Es posible que se formen más rápidamente los mitos que las verdades
históricas, las cuales muchas veces se enfrascan en luchas sin tregua ni
cuartel contra los primeros y no siempre resultan victoriosas, advirtió.
Independencia y Revolución recorren dos trayectorias diferentes,
aseguró, pero gracias a los apoyos provenientes de la teoría literaria es
posible apreciar la gran tensión existente entre la epopeya y el escepticismo,
entre el romance y la sátira, entre la voluntad de creer y la verdad
descarnada.
No se trata propiamente de procesos históricos. El hecho de que sean
acontecimientos de los siglos XIX y XX los coloca de lleno en un juego de
interpretaciones que abarcan todas las gamas posibles, desde la colocación del
pedestal hasta la denostación.
Al hacer uso de la palabra, Javier Garciadiego, profesor e investigador
de El Colegio de México, dictó la conferencia magistral 1910: del viejo al
nuevo Estado mexicano y aseguró: “Hoy debemos cumplir los reclamos de
En la actualidad, recalcó, las soluciones sociales y las propuestas
políticas deben involucrarnos a todos. “Así, las reflexiones centenarias
permitirán entender que reclamos como los de 1910 no son conyunturales, ni
ubicados en un cierto momento histórico, sino que son más bien los objetivos
que impone nuestro desarrollo como país”.
Por ello, cumplir los propósitos de aquel año, hará de México una
nación más justa y democrática, puntualizó.
El historiador comentó que 1910 es uno de esos extraños años donde se
producen reflexiones que van de lo esencialmente histórico a lo propiamente
especulativo. “Fue un parteaguas auténtico que marcó el final e inicio de
sendos periodos”.
La lucha armada trajo la primera participación protagónica y autónoma
de grupos populares en toda la historia nacional. Así, se pasó de un movimiento
opositor electoral a una auténtica revolución que redefinió la naturaleza del
país y de su propia historia, indicó.
Pero 1910, subrayó, fue mucho más que este intento de cambio político,
también fue el año en que grupos sociales drásticamente excluidos durante el Porfiriato,
presentaron sus numerosos agravios sociales.
En su oportunidad, Christon I. Archer, director del Centro de
Investigaciones sobre América Latina de la Universidad de Calgary, Canadá, presentó
la conferencia magistral México en 1810: fin del principio, principio del fin,
y aseveró que con el derrocamiento de Iturrigaray, las escisiones entre los
gachupines y los criollos se hicieron más patentes.
De hecho, subrayó, los enfrentamientos entre estos grupos sociales son
la más clara evidencia de que iba a ocurrir una confabulación de las minorías
en el futuro.
Se puede decir que en esa época hubo varias fracturas en la política de
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FOTO 01
Christon I.
Archer, de la Universidad de Calgary, Canadá, presentó en la UNAM la
conferencia magistral México en 1810: fin del principio, principio del fin.
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El profesor e
investigador Javier Garciadiego aseveró en la UNAM que las reflexiones
centenarias permitirán entender que reclamos como los de 1910 son objetivos que
impone nuestro desarrollo como país.
FOTO 03.
FOTO 04
Álvaro Matute,
investigador emérito del IIH de la UNAM, dijo que escepticismo y epopeya son
palabras clave para caracterizar a la historiografía de los movimientos de
Independencia y revolucionario.