Boletín
UNAM-DGCS-131
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Universitaria
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SON ADICTAS AL TABACO 250 MILLONES DE MUJERES EN EL MUNDO
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Indicó Nazira Calleja Bello, profesora de la
Facultad de Psicología de la UNAM
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Su consumo se asocia con riesgo de suicidio,
depresión, ansiedad y trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia,
refirió
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Dictó la conferencia Mujer y tabaco, en el
auditorio Sotero Prieto del Palacio de Minería
Son adictas al tabaco 250 millones de mujeres
en el mundo, con todas las implicaciones que su consumo tiene para su salud y
el entorno, pues se asocia con riesgo de suicidio, depresión, ansiedad,
trastornos alimentarios (anorexia o bulimia); así como con la ingesta de
alcohol y otras drogas, afirmó Nazira Calleja Bello, profesora de la Facultad
de Psicología (FP) de la UNAM.
Al dictar la conferencia Mujer y
tabaco, en el auditorio Sotero Prieto del Palacio de Minería, acotó que en la
actualidad el tabaquismo está considerado como una pandemia global. Es la
primer causa de muerte prevenible y al año ocasiona el deceso de cinco millones
de personas.
Asimismo, abundó, este hábito le
produce múltiples alteraciones que se conjugan con funciones estrogénicas y
ováricas, por lo cual presenta menstruación dolorosa, fertilidad reducida,
menopausia prematura, cánceres cérvico-uterinos y de mama, y osteoporosis.
En el embarazo, los riesgos se
acentúan con gestación ectópica o fuera del útero, aborto, muerte neonatal,
placenta previa, ruptura de membranas y parto prematuro, indicó la psicóloga en
el marco de la XXVIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Si fuma durante la lactancia,
advirtió, reduce el aporte y calidad de la leche al bebé y éste puede presentar
bajo peso, neumonía, bronquitis y todas las afecciones relacionadas con el
sistema respiratorio y circulatorio.
En la infancia los menores expuestos
generan retraso en el desarrollo, enfermedades cardiovasculares, diabetes,
obesidad, cólicos y, en los últimos años, se ha encontrado que el déficit de
atención y la hiperactividad también están asociados con esta adicción,
destacó.
Además, refirió, una madre es modelo
para sus hijas; de hecho, en un estudio reciente realizado entre alumnas de
secundaria, al preguntarles cuándo probaron por primera vez el cigarro
indicaron que su mamá fue quien se los facilitó.
Explicó que la nicotina –además de
ser adictiva químicamente– también lo es psicológicamente, por eso es tan
difícil dejar de fumar.
Recordó que hasta hace apenas unas
décadas las mujeres no lo hacían, pues estaba mal visto; sin embargo, en los
últimos años las tabacaleras han jugado un papel clave en la cultura social y
económica de los países al influir en ellas para que consuman tabaco.
Para estas empresas, aseveró, ésta
es su mayor oportunidad de negocios, porque la conducta adictiva femenina es
distinta a la del hombre. A ellas les es más difícil dejar el cigarro, y es
posible que tenga mayor éxito una marca dirigida a este sector, con dosis
relativamente más altas de nicotina.
En ese contexto, puntualizó, el reto
corporativo es hacer que las mujeres tengan un comportamiento de apego a largo
plazo. Por eso les hacen cigarros atractivos: largos, extradelgados, de colores
claros, con sabores que les gusten y aromas adecuados.
Además, aclaró, por medio de la
mercadotecnia hacen que sea “sexi”, social, a la moda, divertido, romántico,
emancipador, adelgazador, saludable y glamoroso.
Particularmente, dijo, la publicidad
dirigida a las mujeres jóvenes enfatiza las necesidades psicológicas de
confianza en sí mismas, libertad, independencia y empoderamiento.
En cambio, añadió, para las adultas
los anuncios responden a las necesidades de placer, relajación, aceptación
social y escape del estrés cotidiano, y si además saben fumar con elegancia es
una virtud.
Comentó que en la actualidad, muchas
organizaciones no gubernamentales, gobiernos nacionales y organismos
internacionales se han preocupado por remediar esta problemática, sobre todo
porque los costos por atender a personas con enfermedades crónicas derivada del
tabaco son altos.
Para ello, suscribieron el Convenio
Marco para el Control del Tabaco, el cual parte del hecho de que el tabaquismo
es una adicción aceptada y, por tanto, es preciso cambiar el entorno social y
desestimular el consumo de cigarro, expuso.
Entre las medidas que se toman, se
pide a los países incrementar el impuesto a este producto; etiquetar las cajas
con advertencias claras y visibles; prohibir el uso de términos engañosos como
“suaves, ligeros o bajo en alquitrán” y su publicidad; educar y hacer
conciencia de los efectos del tabaco; ofrecer servicios de apoyo para dejar de
fumar y proteger a la población de su contaminación, concluyó.
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FOTO 1.
Consumir tabaco en el embarazo
acentúa los riesgos de gestación fuera del útero, aborto, muerte neonatal,
placenta previa, ruptura de membranas y parto prematuro, señalan expertos de la
UNAM.
FOTO 2
Nazira Calleja Bello, de la FP de la UNAM, informó que el consumo de tabaco en las mujeres se asocia con riesgo de suicidio, depresión, ansiedad y trastornos alimentarios, como anorexia o bulimia.