Boletín
UNAM-DGCS-093
Ciudad Universitaria
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Rafael
Navarro–González, del Instituto de Ciencias Nucleares, realizó este importante
hallazgo, cuyo análisis revela el tipo de clima y ecología que dominó el
noreste de África hace 15 mil años
·
Es la
primera vez que se fechó un rayo petrificado; abre una ventana a la
investigación mundial
·
Se demostró
que son “cápsulas del tiempo” que guardan información de la región donde se
formaron
·
La revista
más prestigiada en el área de las Geociencias, Geology, reproduce esta
investigación en su número de febrero
El investigador del Instituto
de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, Rafael Navarro-González, descubrió la
presencia de gases atrapados en burbujas de vidrio contenidas en un relámpago
petrificado colectado en el Desierto de Libia, en el Sahara, cuyo análisis
revela el tipo de clima y ecología que dominó el noreste de África hace 15 mil
años, en el pleistoceno tardío.
Este hallazgo demostró que hubo un cambio
sustancial en el clima del norte de África, el cual era más húmedo hace 15 mil
años, y que en forma gradual el Desierto del Sahara se está desertificando, es
decir, esta zona continúa su crecimiento.
Asimismo, redondeó, se descubrieron gases
contenidos en un relámpago petrificado, se fechó por primera vez una fulgurita,
y se demostró que estos rayos son “cápsulas del tiempo” que guardan información
del clima y ecología de la región donde se formaron.
Pese a que éstos son cambios naturales,
advirtió, se tiene evidencia de que desde la época de la Revolución Industrial
los niveles de dióxido de carbono han aumentado, así como la forma en que se ha
modificado la temperatura con la medición de hielos en zonas polares.
Esta
variación del clima, alertó, traería como consecuencia el aumento en el
nivel de los mares, el descongelamiento de las zonas polares y la ampliación de
las zonas desérticas como el del Sahara. Para México las repercusiones serían
una mayor desertificación en ciertas regiones del país.
En conferencia de prensa para dar a conocer
este descubrimiento, el director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN),
Alejandro Frank Hoeflich, afirmó que un científico mexicano, Rafael
Navarro–González, abrió “una nueva ventana” a la investigación mundial en esta
materia y, también, al pasado de nuestro planeta.
Afirmó que este hallazgo es un ejemplo de que
la ciencia básica tiene un impacto insospechado en la vida diaria e importancia
en el estudio del cambio climático, el cual es uno de los problemas más
importantes de nuestro tiempo.
Alejandro Frank consideró indispensable abrir
espacios y terminar con el “analfabetismo científico”, porque es fundamental
realizar investigación que permita descubrimientos de esta índole y poner un
mayor esfuerzo en el tren del desarrollo de la ciencia y la tecnología.
A su vez, el investigador del ICN Rafael
Navarro–González insistió en el cambio climático. Recalcó que la temperatura
del planeta se ha elevado 0.6 grados centígrados, tendencia correlacionada con
el incremento del dióxido de carbono, por lo que de seguir con esta propensión,
en 50 años la temperatura podría subir cuatro grados centígrados, con
consecuencias catastróficas irreversibles y entrar a una glaciación.
También, agregó, se alteraría el mapa de
relámpagos, pues con una modificación de un grado centígrado la cantidad de
rayos a nivel mundial aumentaría de manera sustancial, de un 10 a un 100 por
ciento en la producción de estas centellas.
Luego, Navarro-González explicó que con su
investigación se demostró que cuando se formó esta fulgurita, el clima de
Egipto era diferente al actual, es decir, mucho menos árido y más favorable a
la vida vegetal.
Actualmente, indicó, el Desierto de Libia es una
zona árida, carente de lluvia, donde no se producen relámpagos ni existe
vegetación, por lo tanto sus suelos no contienen materia orgánica.
La región que tiene este tipo de
características, anotó, se encuentra a 600 kilómetros al sur, en una franja llamada
Sáhel, que en árabe significa
semiárido.
El especialista sostuvo que se
trata de un hallazgo
importante, porque nunca se habían analizado los gases generados en el interior
de un rayo ni se había fechado ninguna formación geológica, a pesar de
que es importante saber cuándo se crearon las fulguritas.
Dio a conocer que la revista
más prestigiada en el área de las Geociencias, Geology –de la Sociedad Geológica de
América–, reproduce esta investigación en su número de febrero. El
estudio fue realizado por un grupo multinacional de científicos y estudiantes,
encabezado por Navarro-González, en la cual se fechó por primera vez un
relámpago petrificado.
Es decir, una centella de este tipo puede
congelarse en el tiempo cuando cae en suelos arenosos, funde la arena y forma
tubos de vidrio conocidos como fulguritas (del
latín fulgur, relámpago).
Navarro–González explicó que los rayos son minerales vítreos en forma de zanahorias huecas. Su presencia en el suelo es una
evidencia directa de tormentas y lluvia en el pasado.
Al analizar diferentes fulguritas del Desierto
de Libia, en Egipto, a Navarro-González le llamó la atención un espécimen en
particular que, a diferencia de las convencionales, no era hueca y en su
interior se encontraban diminutas burbujas de vidrio.
El experto del ICN estudió si podrían estar
llenas de gas, por lo que las abrió con un láser infrarrojo. Descubrió que
contenían dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO) y óxido
nítrico (NO).
Un análisis cuidadoso de su
composición elemental, abundó, demostró que se trataba de materia orgánica
presente en el suelo de Egipto que había sido oxidada a dióxido de carbono, monóxido de
carbono y óxido nítrico por las altas temperaturas del relámpago.
En su investigación sobre el origen de dicha materia orgánica, Navarro-González y su equipo de colaboradores analizaron los isótopos de carbono de los gases de la fulgurita.
Debido a que el componente principal de
este mineral es el silicio, se intentó fecharlo con una técnica llamada
termoluminiscencia, mediante la cual se mide la edad de un espécimen basada en
los daños ocasionados en la red cristalina del cuarzo, causada por la radiación
ionizante generada por el decaimiento de radioisótopos naturales presentes en
el suelo y por los rayos cósmicos.
Esta técnica, apuntó, es utilizada en
arqueología para fechar materiales de barro. Los resultados de este estudio
demostraron que la fulgurita se formó hace 15 mil años, durante el pleistoceno
tardío, cuando un rayo cayó en pastos y arbustos que habitaron los suelos de
Egipto.
Por ello, manifestó, en esa época el
Sahara estaba mucho más confinado al norte de África, y el sur de Egipto estaba
conformado por el Sáhel, esto es, un ambiente semiárido y no hiperárido. Dichos resultados demuestran que el clima
del planeta ha cambiado en épocas recientes.
Navarro-González comentó que este descubrimiento generó
un nuevo campo de investigación que permitirá estudiar el pasado del
planeta.
En la actualidad existe gran
cantidad de fulguritas almacenadas por décadas en cajones y/o exhibiciones de
museos y/o universidades, que guardan los misterios del clima pasado de nuestro
planeta.
Junto con la UNAM, en este
estudio participaron las Universidades de París 12–Val de Marne y
París 7–Denis Diderot de Francia; la Inspección Geológica de los Estados
Unidos (USGS) en Denver, Colorado; el Laboratorio de
Investigación Física de la India en Navrangpura; el Instituto de Investigación
para el Desarrollo de Nigeria en Niamey; la Administración Nacional de la
Aeronáutica y el Espacio (NASA) de los Estados Unidos en Moffett Field, California.
-oOo-
FOTO 01
Fulgurita o relámpago petrificado
estudiado por Rafael Navarro–González, investigador del ICN de la UNAM, quien
descubrió en su interior gases atrapados en burbujas de vidrio, que revelan el
tipo de clima y ecología que dominó el noreste de África hace 15 mil años.
FOTO 02
El director del Instituto de
Ciencias Nucleares de la UNAM, Alejandro Frank, afirmó que el descubrimiento de
gases en un relámpago petrificado abre “una ventana” a la investigación mundial
en la materia.
FOTO 03.
Alejandro Frank, director del
Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, aseguró que el científico mexicano
Rafael Navarro–González –a su costado– “abrió una ventana” al pasado de nuestro
planeta.
FOTO 04
Rafael Navarro–González, investigador
del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, descubrió gases atrapados en un
relámpago petrificado colectado en el Desierto del Sahara, cuyo análisis revela
el tipo de clima y ecología que dominó el noreste de África hace 15 mil años.
FOTO 05
Rafael Navarro–González,
investigador del Instituto de Ciencias
Nucleares de la UNAM, muestra un fragmento de un relámpago petrificado. El
especialista fechó por primera vez una fulgurita.
FOTO 06
Los relámpagos petrificados son
“cápsulas del tiempo” que guardan información del clima y ecología de la región
donde se forman, señaló Rafael Navarro–González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM,
quien muestra el fragmento de una fulgurita.