06:00  hrs. 09 de Febrero de 2007

 

 

Boletín UNAM-DGCS-081

Cocoyoc, Morelos

 


Carlos Federico Arias Ortiz

                                                                                       

Pie de fotos al final del boletín

 

PARTICIPA NOBEL DE QUÍMICA EN EL XXV ANIVERSARIO DEL INSTITUTO DE BIOTECNOLOGÍA DE LA UNAM

 

 

El Premio Nobel de Química 1989, Thomas Cech, dictó una conferencia en el marco del XXV aniversario del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, en donde habló de sus estudios sobre la enzima telomerasa, relacionada con el crecimiento celular desmedido que se da en el desarrollo del cáncer.

 

Al abordar el tema When telomerase meets the chromosme end, expuso ante científicos del más alto nivel que junto con su equipo de investigación indaga sobre esa enzima, encargada de mantener los extremos de los cromosomas o telómeros del mismo tamaño.

 

En el Simposio Conmemorativo, Carlos Federico Arias Ortiz, director del IBt, afirmó que esta dependencia se ha situado de forma indiscutible como líder reconocido en su campo, tanto en el plano mexicano como extranjero.

 

Es sobresaliente el reconocimiento que ha ganado por la calidad de sus contribuciones en las diversas disciplinas que conforman la biotecnología moderna, así como por ser semillero de investigadores del más alto nivel, muchos de los cuales son líderes en universidades del país y de otras naciones, o bien, que se han incorporado al sector productivo nacional e internacional, especificó.

 

En su alocución, Thomas Cech, también miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, explicó que cuando un organismo es joven, las orillas de DNA tienen cierta extensión y particularidades; pero conforme pasa el tiempo, la célula envejece y se le hacen más cortas, hasta que no puede duplicarse y muere.

 

El también presidente del Instituto Médico Howard Huges dijo que la actividad de la telomerasa es importante para mantener el tamaño adecuado de los extremos de los cromosomas, y se ha descubierto que cuando hay cáncer, esta enzima se activa en exceso y los telómeros, necesarios para la replicación celular, se vuelven largos.

 

“Eso hace que las células del cuerpo se repliquen de manera más eficiente, y se creen tumores”, añadió. Por ello, una de las cuestiones médicas de los trabajos del Nobel es encontrar inhibidores o agentes que disminuyan su acción, a fin de controlar el crecimiento celular desmedido que se da en una neoplasia.

 

El profesor de la Universidad de Colorado, ubicada en Boulder, se refirió también a una vacuna contra ese padecimiento, creada bajo el mismo principio. Esta es una de tantas orientaciones en la búsqueda de una cura contra ese flagelo. En este caso, mencionó, ya hay estudios clínicos avanzados y es un enfoque prometedor.

 

Asimismo, Carlos Federico Arias Ortiz destacó que en estos 25 años, el IBt ha experimentado un crecimiento acelerado hasta volverse uno de los institutos más grandes de la Universidad, con cerca de 200 académicos y más de 250 estudiantes, la mayoría de posgrado.

 

El director resaltó el incremento sustancial de la vinculación de la entidad con el sector productivo desde su creación, aunque sigue siendo un área donde existen retos a enfrentar en los próximos años.

 

La calidad del IBt se evidencia con una importante cantidad de premios y reconocimientos de su personal, con cuatro premios Nacionales, seis Universidad Nacional, 10 de la Academia Mexicana de Ciencias, así como el nombramiento de sus investigadores como International Scholar del IMHH en 13 ocasiones, detalló.

 

Sin lugar a dudas, abundó el titular, los inicios de la biotecnología moderna en México, así como su posterior desarrollo, están íntimamente ligados a la historia del Instituto.

 

Recordó que a finales de los 70 se impulsó de manera decidida la creación del Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología, hoy IBt, que surgió de manera paralela a la revolución de la biología experimental a inicios de los años 80, con la aparición de técnicas de DNA recombinante y de ingeniería genética. “Se ofrecía la promesa, bien sustentada, de utilizar el conocimiento adquirido de los sistemas biológicos para generar desarrollos tecnológicos”.

 

Esta visión permitió crear, en 1982, un centro de investigación en el área. Su transformación en el actual Instituto, en 1991, marcó el inicio de una nueva etapa de plena consolidación de la entidad, agregó.

 

Arias Ortiz concluyó que este aniversario marca la oportunidad para refrendar los objetivos y misión del mismo, y renovar esfuerzos a fin de cumplir con el compromiso de impulsar la biotecnología en la Universidad y el país, “contribuyendo así a convencer a nuestra clase política de la importancia de la investigación y el desarrollo tecnológico para la economía y el bienestar de la población”.

 

El Simposio incluyó la participación de otros científicos, entre ellos, Fotis Kafatos, presidente del Consejo Europeo de Investigación y académico del Imperial College, de Londres; y Francisco Bolívar Zapata, investigador emérito del IBt y miembro de El Colegio Nacional.

 

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FOTO 1.

Carlos Federico Arias Ortiz y Thomas Cech previo a su participación en el Simposio Conmemorativo por el XXV aniversario del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

 

FOTO 2

Carlos Federico Arias Ortiz, director del Instituto de Biotecnología de la UNAM, afirmó que esta entidad se ha situado como líder reconocido en su campo, tanto en el plano mexicano como extranjero.

 

FOTO 3

Thomas Cech, Premio Nobel de Química 1989, dictó una conferencia en el marco del XXV aniversario del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Ahí habló de sus estudios sobre la enzima telomerasa.

 

FOTO 4

Asistentes a la conferencia When telomerase meets the chromosme end, efectuada en el marco del Simposio Conmemorativo por el XXV aniversario del Instituto de Biotecnología de la UNAM.