Boletín
UNAM-DGCS-074
Ciudad
Universitaria
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Pies de foto al final del boletín
EFECTÚA LA UNAM COLOQUIO DE ESTUDIANTES DE DOCTORADO EN URBANISMO
·
Organizado
por el Programa de Maestría y Doctorado en Urbanismo de la Facultad de
Arquitectura
·
Hizo la
declaratoria inaugural, la coordinadora de este evento, María del Carmen Valverde
·
Tuvo como
propósito intercambiar conocimientos y analizar los avances en torno a las
investigaciones sobre desarrollo y progreso de las poblaciones
Con el propósito de
intercambiar conocimientos y analizar los avances en torno a las
investigaciones sobre desarrollo y progreso de las poblaciones, el Programa de
Maestría y Doctorado en Urbanismo de la Facultad de Arquitectura (FA) de la
UNAM efectuó el Primer Coloquio de Estudiantes de Doctorado en Urbanismo.
En la declaratoria inaugural,
la coordinadora de este evento, María del Carmen Valverde explicó que se
incluyeron trabajos terminados, otros en proceso y algunos que apenas
iniciaban.
“Es el primero de muchos
coloquios de doctorantes y solamente con este ejercicio de reunión e
intercambio de ideas se puede institucionalizar este tipo de eventos. La idea
es que periódicamente, y de manera pública, se evalúen tanto en su papel de
estudiantes como en el desempeño de los tutores del programa”, indicó.
Destacó el apoyo de las cinco
entidades participantes: las facultades de Arquitectura y de Estudios
Superiores Acatlán, e institutos de Geografía, Ingeniería e Investigaciones
Sociales. Es, dijo, el primero de muchos encuentros de estudiantes de doctorado
que se quieren institucionalizar.
En esta ceremonia se dieron
cita los directores: Jorge Tamés, de la Facultad de Arquitectura; Sergio
Alcocer, del Instituto de Ingeniería, y Rosalba Casas, del Instituto de
Investigaciones Sociales, entre otras personalidades.
Al dictar la conferencia Procesos
de urbanización y tamaños de ciudad: consideraciones para una política urbana
nacional, Boris Graizbord Ed, profesor de posgrado de la FA, aseguró que
actualmente es necesario orientar la inversión de infraestructura económica y
equipamiento social al conjunto de ciudades de 50 a 100 mil y de 100 mil a 500
mil habitantes.
Es necesario pensar no sólo en
la construcción física de las metrópolis como lo hicieron los gobiernos
revolucionarios de los años cincuenta y setenta. Un sistema urbano nacional,
dijo, es consistente con diferentes óptimos para diversas actividades.
El también investigador de El
Colegio de México expuso que un proceso de planeación no es hacer proyectos,
sino crear un instrumento que sea continuo para responder a esta dinámica, y
recordó que los niveles de eficiencia y productividad de las grandes ciudades
pueden ser semejantes en diferentes tamaños.
Un sistema jerárquico de
centros urbanos es una manera eficiente de organizar la producción y distribución
de bienes y servicios dentro de una región; es un mecanismo eficiente para
distribuir a la población en el territorio y permite la transmisión de
tecnología, propicia la especialización, división del trabajo, diferenciación
funcional de los centros y, por lo tanto, de complementariedad, detalló.
En su oportunidad, Eduardo
Ramírez Favela, doctorante en urbanismo de la Facultad de Ingeniería, recordó
que durante el siglo XX, el campo mexicano no era el mejor lugar para vivir y
trabajar, tampoco era la mejor forma de participar de manera justa en la
República. Aún hoy no existe un sistema de seguridad social para las familias
del sector agrícola como el que reciben los obreros.
Expresó que el continente
americano es el único lugar del mundo donde existieron 300 años de colonia, y
México generó la primera reforma agraria.
En la Torre de Ingeniería,
precisó que a partir de que el gobierno federal impulsó la economía con base en
la industrialización, a mediados del siglo XX, gran parte de la población
campesina emigró a las ciudades para emplearse como obreros de tiempo completo
y dejar de lado sus raíces rurales.
Al exponer su tesis doctoral,
Ramírez Favela aclaró que la respuesta económica al abandono de la tierra para
emigrar a las ciudades fue el arrendamiento de las parcelas. Los cambios
relevantes se dieron en las periferias de las ciudades.
Refirió que la venta ilegal de
lotes para asentamientos humanos en dominios ejidales y comunales a campesinos
migrantes que llegaron a las ciudades, reveló que ninguno de los tres ámbitos
de gobierno legisló ni estructuró programas para ordenar la expansión de las
ciudades, menos aún, previó los espacios para alojar a esta población.
En los últimos veinte años,
concluyó, se puso de manifiesto que las políticas surgidas del movimiento
revolucionario de 1910 entraron en crisis. En el campo el esquema de propiedad
y producción observaron graves problemas sustanciales al igual que el resto de
la economía.
Las mesas que constituyeron
este Coloquio versaron sobre: Desarrollo y Planeación Urbana; Desarrollo
Inmobiliario; Ciudad, Economía y Administración; Ambiente y Ciudad; Imagen y
Ciudad; Ciudad y Sociedad, y Vivienda y Ciudad.
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FOTO 1
Eduardo Ramírez
Favela, de la FI de la UNAM, precisó que a partir de que se impulsó la economía
con base en la industrialización, gran parte de la población campesina emigró a
las ciudades.
FOTO 2.
Iván San Martín,
Jorge Tamés, Carmen Valverde, Sergio Alcocer y Rosalba Casas en la inauguración
del Primer Coloquio de Estudiantes de Doctorado en Urbanismo en la Torre de
Ingeniería de la UNAM.
FOTO 3
Boris Graizbord Ed, profesor de posgrado de la FA de la UNAM, aseguró que es necesario orientar la inversión de infraestructura económica y equipamiento social de un conjunto de ciudades.