Boletín
UNAM-DGCS-067
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Universitaria
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Pies de foto al final del boletín
ATRAE A LA INDUSTRIA
NACIONAL Y EXTRANJERA NUEVO MATERIAL CREADO POR LA UNAM
Empresas nacionales y
extranjeras establecieron ya negociaciones con la UNAM para utilizar el
aglomerado de cascarilla de arroz, creado por expertos de la institución –cuya
patente está en trámite–, que puede ser utilizado para diferentes industrias,
como la de construcción, automotriz, aeronáutica, y para la fabricación de muebles y muros.
Es un material ignífugo, que
no propaga el fuego, impermeable, resistente a microorganismos, de bajo costo,
elaborado a base de cascarilla de arroz funcionalizada y resina polimérica.
Al respecto, Víctor Manuel
Castaño Meneses, director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada
(CFATA), adelantó que se espera en breve la firma de convenios con dos firmas,
una alemana y otra peruana, además de que existen conversaciones con otras
importantes empresas nacionales interesadas en utilizarlo.
Abundó que la licencia de uso
del aglomerado está valuada en varios cientos de miles de dólares. Se trata de
uno de los primeros resultados de una
vasta línea de investigación denominada “Tecnología Biológica”, la cual hace
uso de la física y la química para obtener
materiales a partir de sistemas naturales, como plantas y animales.
Así, de la cascarilla de
arroz, la cual contiene dióxido de silicio, los expertos también han avanzado
en la elaboración de un aditivo para cementos finos, que sirve a la industria
constructiva; carburo de silicio para la siderurgia, y nanopartículas de sílice
por vermicultura o cría de lombrices para las compañías de plásticos.
Por lo que respecta al
aglomerado, indicó que su patente está en trámite ante el Instituto Mexicano de
Propiedad Industrial, luego de 15 años de trabajo. “Nos llamó la atención que
un sistema completamente orgánico, como una planta, sea capaz de producir
materiales cerámicos como el dióxido de silicio”, componente que le da
propiedades.
Se obtiene a través de una
tecnología propia donde intervienen sustancias y métodos, que permiten que la
cascarilla se mezcle con resina plástica y se logre un material de gran
resistencia al impacto, moldeable, en el cual incluso se puede clavar, agregó.
Contrario al maderable, que
contiene celulosa –lo que representa un alimento para bacterias y hongos–, el
dióxido de silicio de la cascarilla de arroz es un cerámico, completamente
inerte que no es atractivo para los
microorganismos, explicó.
Por otro lado, detalló, los
aglomerados de madera se rompen fácilmente, mientras que el novedoso componente
permite incluso perforaciones. Otra de sus propiedades es que imposibilita los
incendios.
“En la industria de la construcción es importante tener una
legislación –como existe en Estados Unidos y Europa– para que los materiales
eviten la propagación del fuego y permitan a las personas escapar en caso de siniestro”,
refirió.
Por ser ignífugo, aseveró el
director del CFATA, el aglomerado es atractivo para la industria del automóvil
y aeronáutica, pues evita la combustión interna.
Sirve también para fabricar
muebles o puertas, por lo que una
conocida empresa alemana fabricante de camas está en negociaciones para
adaptar estas tecnologías a sus productos, al igual que una compañía peruana
que hace tarimas para aplicaciones médicas. Asimismo, se han acercado
empresarios colombianos productores de arroz, informó.
Hasta ahora, calculó, la UNAM
ha invertido unos 500 millones de pesos para el desarrollo del aglomerado de
cascarilla de arroz, el cual es de alta calidad a costos económicos.
Por otro lado, expuso, a
partir de este elemento también se ha avanzado en crear una tecnología para
obtener “sílice fumárica”, material que puede ser utilizado para crear cementos
especiales, finos, para aplicaciones diversas, con propiedades mecánicas.
Al respecto, especificó, se
han tenido conversaciones con cementeras para que adopten esta tecnología.
Normalmente, abundó, la sílice fumárica se obtiene de minas, pero con este
nuevo procedimiento se requerirán menos temperaturas de producción y el
material aparece limpio y puro.
También se ha desarrollado una
metodología para producir a baja gradación, carburo de silicio, que tiene una
enorme resistencia al calor extremo. Se
usa en la metalurgia y siderurgia para fabricar moldes y abrasivos.
Asimismo, a través de
vermicultura se alimenta a lombrices con cascarillas de arroz, lo que produce
nanopartículas de sílice, utilizable para nanotecnología, concluyó.
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FOTO 01
Se espera la
firma de convenios con dos empresas, una alemana y otra peruana, para
comercializar el aglomerado de cascarilla de arroz, afirmó Víctor Manuel
Castaño, director del CFATA de la UNAM.
FOTO 02
En el CFATA de la
UNAM se busca un aditivo para cementos finos; carburo de silicio para la
siderurgia, y nanopartículas de sílice por vermicultura, aseguró su titular,
Víctor Manuel Castaño.
FOTO 03.
El aglomerado de
cascarilla de arroz, creado en el CFATA de la UNAM, puede ser utilizado por
diferentes industrias, como la de construcción, automotriz, aeronáutica, y para
hacer muebles y muros.