12:30  hrs. 28 de Enero de 2007

 

 

Boletín UNAM-DGCS-053

Ciudad Universitaria


Margarita Tadeo

Pies de foto al final del boletín

 

DESARROLLAN EN LA UNAM OCHO HÍBRIDOS DE MAÍZ BLANCO Y SEIS VARIEDADES SINTÉTICAS DE AMARILLO

 

 

Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM desarrollaron ocho híbridos de maíz blanco (PUMA) y seis variedades sintéticas de amarillo (Oro ultra y Oro plus), con rendimientos superiores hasta 30 por ciento comparados con los existentes en el mercado, como una alternativa para subsanar la demanda de grano blanco y amarillo en nuestro país y reducir las importaciones.

 

Al respecto, Margarita Tadeo Robledo, académica de esa entidad y quien encabeza el grupo de trabajo, informó que los híbridos de maíz de grano blanco fueron registradas y ya están inscritas ante el Catálogo de Variedades Factibles de Certificación (CVC), del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), con ello, cuando se incrementa la semilla, puede obtener etiquetas de certificación, lo que es importante.

 

Lo anterior también significa que el agricultor, explicó, al utilizar semilla con esta certificación,  tendrá la seguridad de que son de buena calidad y, por lo tanto, responderán a las características marcadas; es decir, la planta no se enfermará ni será atacada por ciertos patógenos.

 

La también jefa del Departamento de Ciencias Agrícolas de la FES señaló que los nuevos maíces, los PUMA 1075, 1076, 1157, 1159, 1161, 1163, 1167 y 1169 los cuales han registrado incrementos que van desde 15 hasta 30 por ciento, en las latitudes para las cuales son aptos: los valles altos de México.

 

Incluso, destacó, en 2006 se sembraron 40 localidades del Estado de México con PUMA 1075 y 1076, y en algunas se obtuvieron rendimientos de 9 a 10 toneladas por hectárea en condiciones de riego, porque requieren cierta cantidad de humedad; cuando, por lo general, con otras se llegan a cosechar sólo de dos a cinco toneladas.

 

Es decir, añadió, estas variedades son una buena alternativa para mitigar la situación que vive nuestro país en torno al maíz y la industria de la tortilla. Sin embargo, el principal problema es la falta de apoyos hacia el medio rural, los pocos recursos que se destinan al ámbito agrícola y la falta de infraestructura.

 

Comentó que el mejoramiento de granos y semillas se ha dado tanto en universidades como en otros institutos, pero el agricultor requiere más ayuda para contar con los insumos a tiempo. Se tiene “el potencial y extensiones agrícolas para el rendimiento que los mexicanos demandan, lo que se requiere es dar soporte al campo”.

 

Tadeo Robledo recalcó que es fundamental apoyar a quienes trabajan estas líneas de investigación, porque lo que se busca es que el país sea autosuficiente en el consumo de maíz, que es la base de la alimentación. Pero también cuidar el recurso genético, preservar los maíces criollos, así como la diversidad genética, que es un patrimonio de México y de la humanidad. Por ello mismo no es necesario recurrir a maíz transgénico.

 

Recordó que su labor se ha abocado a buscar variedades altamente productivas; es decir, que sean competitivas con respecto a las que existen en el mercado. Si una nueva semilla no rinde más que las existentes no tendrían razón de salir al mercado.

 

De esa forma, tanto en el laboratorio como en el campo se realiza el proceso de mejoramiento genético y los trabajos experimentales para comparar estos materiales con los que ofrecen empresas privadas o generados en las universidades, refirió.

 

Otra de las ventajas de los PUMA es que pueden estar al lado de los criollos sin ningún problema, si bien hay intercambio de genes a través de polinización cruzada son favorables los que se seleccionan, dijo.

 

Reveló que el propósito fundamental es el mayor rendimiento, lo que se logra mediante materiales más sanos, resistentes al ataque de patógenos o insectos, y que posee buenas características agronómicas. Además, el agricultor quiere un grano blanco con las características adecuadas para elaborar tortilla, y maíz amarillo para los diferentes subproductos que de él se originen.

 

Agregó que en la actualidad trabajan en la búsqueda de una alta calidad proteínica de las variedades; es decir, con mayor contenido de lisina y triptofano, para que tenga un valor nutritivo más elevado.

 

Los materiales

Margarita Tadeo expuso que estas variedades de maíz blanco son híbridos, por lo que tienen tras de sí toda una tecnología. Con ello se busca generar los mejores materiales acordes al área de influencia de la FESC, que se ubica entre los mil 800 y los 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar.

 

Sostuvo que trabajan con maíz blanco porque es el que tiene mayor demanda para la industria de la masa y la tortilla; en tanto que el amarillo es óptimo para la alimentación pecuaria, aves, cerdos, producción de huevo, etcétera. “Pero también se investigan maíces azules y rojos, que tienen diferentes usos”.

 

En el caso de las variedades de grano amarillo, indicó que comenzaron este proyecto a finales de los 90 y principios de 2000, y hoy se tienen seis variedades sintéticas, tres de ellas son los que han funcionado mejor en el campo y se promueven. Una de ellas se distribuye en el Estado de México y las otras dos en el estado de Tlaxcala. Con ellas el agricultor puede seleccionar su semilla por varios ciclos, y es una opción para los productores que no cuentan con agua de riego y están en zonas de temporales deficientes. Las variedades amarillas son sintéticas, en cambio los híbridos son de grano blanco, aclaró.

 

La académica de la UNAM aseveró que una de las principales ventajas de las primeras es que se pueden utilizar en regiones poco húmedas o de temporal deficitario, y es factible que se vuelva a sembrar su semilla durante cinco ciclos, lo cual abarata ese insumo.

 

En el caso de los híbridos no, porque se debe cambiar en cada periodo; es decir, expresó, deben ser usados por productores de avanzada que decidan comercializar  el grano y comprar su semilla cada año.

 

Estas variedades sintéticas son de ciclos cortos lo que significa que florean a los 65 días y llegan a la madurez fisiológica a los 135 días, una buena opción para quienes no disponen de agua de riego. Con estas variedades se ha comenzado un proyecto de maíz amarillo para evaluarlos y utilizarlos para elaborar diferentes sub productos.

 

Margarita Tadeo reconoció el apoyo del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y en especial del Centro de Enseñanza Agropecuaria de la FESC, encargado de la maquinaria, preparación del terreno, aplicación de riego y de los diferentes productos químicos requeridos para los trabajos experimentales.

 

Hasta el momento, algunas de las variedades desarrolladas por los universitarios están distribuidas y sembradas en el Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Michoacán y Guanajuato. No obstante, se necesitan más pequeños productores para que promuevan estos materiales que son competitivos y más baratos, concluyó.

 

–o0o–


 

FOTO 01

Científicos de la FES Cuautitlán de la UNAM desarrollaron ocho híbridos de maíz blanco (PUMA) y seis variedades sintéticas de amarillo (Oro ultra y Oro plus).

 

FOTO 02

Los ocho híbridos de maíz blanco y seis variedades sintéticas de amarillo, obtenidos en la UNAM, tienen rendimientos 30 por ciento mayores a los comerciales, afirmó la investigadora Margarita Tadeo Robledo.

 

FOTO 03.

El maíz blanco tiene mayor demanda para la industria de la masa y la tortilla; en tanto que el amarillo, para la alimentación pecuaria, aves, cerdos, producción de huevo, revelan estudios de la UNAM.