Boletín
UNAM-DGCS-053
Ciudad Universitaria
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DESARROLLAN EN LA
UNAM OCHO HÍBRIDOS DE MAÍZ BLANCO Y SEIS VARIEDADES SINTÉTICAS DE AMARILLO
Investigadores de la Facultad
de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM desarrollaron ocho híbridos
de maíz blanco (PUMA) y seis variedades sintéticas de amarillo (Oro ultra y Oro
plus), con rendimientos superiores hasta 30 por ciento comparados con los
existentes en el mercado, como una alternativa para subsanar la demanda de
grano blanco y amarillo en nuestro país y reducir las importaciones.
Al respecto, Margarita Tadeo Robledo, académica de esa
entidad y quien encabeza el grupo de trabajo, informó que los híbridos de maíz
de grano blanco fueron registradas y ya están inscritas ante el Catálogo de
Variedades Factibles de Certificación (CVC), del Servicio Nacional de Inspección
y Certificación de Semillas (SNICS), dependiente de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), con
ello, cuando se incrementa la semilla, puede obtener etiquetas de
certificación, lo que es importante.
Lo anterior también significa
que el agricultor, explicó, al utilizar semilla con esta certificación, tendrá la seguridad de que son de buena
calidad y, por lo tanto, responderán a las características marcadas; es decir,
la planta no se enfermará ni será atacada por ciertos patógenos.
La también jefa del
Departamento de Ciencias Agrícolas de la FES señaló que los nuevos maíces, los
PUMA 1075, 1076, 1157, 1159, 1161, 1163, 1167 y 1169 los cuales han registrado
incrementos que van desde 15 hasta 30 por ciento, en las latitudes para las
cuales son aptos: los valles altos de México.
Incluso, destacó, en 2006
se sembraron 40 localidades del Estado de México con PUMA 1075 y 1076, y en
algunas se obtuvieron rendimientos de 9 a 10 toneladas por hectárea en condiciones
de riego, porque requieren cierta cantidad de humedad; cuando, por lo general,
con otras se llegan a cosechar sólo de dos a cinco toneladas.
Es decir, añadió, estas
variedades son una buena alternativa para mitigar la situación que vive nuestro
país en torno al maíz y la industria de la tortilla. Sin embargo, el principal
problema es la falta de apoyos hacia el medio rural, los pocos recursos que se
destinan al ámbito agrícola y la falta de infraestructura.
Comentó que el
mejoramiento de granos y semillas se ha dado tanto en universidades como en
otros institutos, pero el agricultor requiere más ayuda para contar con los
insumos a tiempo. Se tiene “el potencial y extensiones agrícolas para el
rendimiento que los mexicanos demandan, lo que se requiere es dar soporte al
campo”.
Tadeo Robledo recalcó que es
fundamental apoyar a quienes trabajan estas líneas de investigación, porque lo
que se busca es que el país sea autosuficiente en el consumo de maíz, que es la
base de la alimentación. Pero también cuidar el recurso genético, preservar los
maíces criollos, así como la diversidad genética, que es un patrimonio de
México y de la humanidad. Por ello mismo no es necesario recurrir a maíz
transgénico.
Recordó que su labor se ha
abocado a buscar variedades altamente productivas; es decir, que sean
competitivas con respecto a las que existen en el mercado. Si una nueva semilla
no rinde más que las existentes no tendrían razón de salir al mercado.
De esa forma, tanto en el
laboratorio como en el campo se realiza el proceso de mejoramiento genético y
los trabajos experimentales para comparar estos materiales con los que ofrecen
empresas privadas o generados en las universidades, refirió.
Otra de las ventajas de los
PUMA es que pueden estar al lado de los criollos sin ningún problema, si bien
hay intercambio de genes a través de polinización cruzada son favorables los
que se seleccionan, dijo.
Reveló que el propósito fundamental es el mayor
rendimiento, lo que se logra mediante materiales más sanos, resistentes al
ataque de patógenos o insectos, y que posee buenas características agronómicas.
Además, el agricultor quiere un grano blanco con las características adecuadas
para elaborar tortilla, y maíz amarillo para los diferentes subproductos que de
él se originen.
Los materiales
Margarita Tadeo expuso que estas
variedades de maíz blanco son híbridos, por lo que tienen tras de sí toda una
tecnología. Con ello se busca generar los mejores materiales acordes al área de
influencia de la FESC, que se ubica entre los mil 800 y los 2 mil 600 metros
sobre el nivel del mar.
Sostuvo que trabajan con maíz
blanco porque es el que tiene mayor demanda para la industria de la masa y la
tortilla; en tanto que el amarillo es óptimo para la alimentación pecuaria,
aves, cerdos, producción de huevo, etcétera. “Pero también se investigan maíces
azules y rojos, que tienen diferentes usos”.
En el caso de las variedades
de grano amarillo, indicó que comenzaron este proyecto a finales de los 90 y
principios de 2000, y hoy se tienen seis variedades sintéticas, tres de ellas
son los que han funcionado mejor en el campo y se promueven. Una de ellas se
distribuye en el Estado de México y las otras dos en el estado de Tlaxcala. Con
ellas el agricultor puede seleccionar su semilla por varios ciclos, y es una
opción para los productores que no cuentan con agua de riego y están en zonas
de temporales deficientes. Las variedades amarillas son sintéticas, en cambio
los híbridos son de grano blanco, aclaró.
La académica de la UNAM
aseveró que una de las principales ventajas de las primeras es que se pueden
utilizar en regiones poco húmedas o de temporal deficitario, y es factible que
se vuelva a sembrar su semilla durante cinco ciclos, lo cual abarata ese
insumo.
En el caso de los híbridos no,
porque se debe cambiar en cada periodo; es decir, expresó, deben ser usados por
productores de avanzada que decidan comercializar el grano y comprar su semilla cada año.
Estas variedades sintéticas
son de ciclos cortos lo que significa que florean a los 65 días y llegan a la
madurez fisiológica a los 135 días, una buena opción para quienes no disponen
de agua de riego. Con estas variedades se ha comenzado un proyecto de maíz
amarillo para evaluarlos y utilizarlos para elaborar diferentes sub productos.
Margarita Tadeo reconoció el apoyo del Programa de Apoyo
a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), del Centro
Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y en especial del
Centro de Enseñanza Agropecuaria de la FESC, encargado de la maquinaria,
preparación del terreno, aplicación de riego y de los diferentes productos
químicos requeridos para los trabajos experimentales.
Hasta el momento, algunas de
las variedades desarrolladas por los universitarios están distribuidas y
sembradas en el Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Michoacán y
Guanajuato. No obstante, se necesitan más pequeños productores para que
promuevan estos materiales que son competitivos y más baratos, concluyó.
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FOTO 01
Científicos de la
FES Cuautitlán de la UNAM desarrollaron ocho híbridos de maíz blanco (PUMA) y
seis variedades sintéticas de amarillo (Oro ultra y Oro plus).
FOTO 02
Los ocho híbridos
de maíz blanco y seis variedades sintéticas de amarillo, obtenidos en la UNAM,
tienen rendimientos 30 por ciento mayores a los comerciales, afirmó la
investigadora Margarita Tadeo Robledo.
FOTO 03.
El maíz blanco
tiene mayor demanda para la industria de la masa y la tortilla; en tanto que el
amarillo, para la alimentación pecuaria, aves, cerdos, producción de huevo,
revelan estudios de la UNAM.