Boletín
UNAM-DGCS-003
Ciudad
Universitaria
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final del boletín
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También buscan incrementar el rendimiento y
acelerar el crecimiento de la planta, indicó Federico García Jiménez, del
Instituto de Química
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Dijo que éste ha sido uno de los proyectos más interesantes
que se han hecho en nuestro país acerca del tequila
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Por lo general el agave tiene un tiempo de
maduración que fluctúa entre siete y ocho años, expresó
Ante el gran
incremento en la demanda de agave para la producción de tequila, investigadores
del Instituto de Química (IQ) de la UNAM trabajan en la aceleración del
crecimiento de la planta, en su rendimiento y la reducción del tiempo requerido
para su maduración, al tratar de acortar su ciclo agrícola.
Federico García
Jiménez, integrante del IQ y quien encabeza la investigación, destacó que éste
ha sido uno de los proyectos más interesantes que se han hecho sobre esta
bebida en nuestro país.
Explicó que por lo
general el agave tiene un tiempo de maduración que fluctúa entre los siete y
ocho años. Ello está relacionado con sus características, ya que crece en
terrenos poco fértiles, y lentamente.
Su desarrollo,
agregó, culmina con el brote de una inflorescencia o quiote –especie de rama
que parte del centro del maguey y que crece horizontalmente hasta cinco metros
en algunas variedades–, para guardar azúcares hasta la etapa de florecimiento.
“Un quiote de agave
tequilero crece de 20 a 25 centímetros diarios, y de él surgen las flores. La
planta trabaja todo este tiempo acumulando azúcares y al final el brote
requiere gran parte de ella”, refirió.
Lo mismo ocurre con
todas las variedades: el del tequila, maguey pulquero y mezcalero. En el caso
particular del agave el renuevo de las flores no es anual, ni de temporada,
sino que es variable, depende de la especie, tarda en crecer, y puede fluctuar
entre 4 y 8 años; ello también obedece a las condiciones de lluvia y cultivo
que se tengan, detalló.
Además, abundó el
especialista, no sólo se relaciona con el ejemplar en sí o de sus
características, sino de la cantidad de agua que haya acumulado durante un
periodo de evolución normal.
Reveló que la
crisis por falta de agave azul no es el fondo real del problema, sino que ocupa
muchos terrenos agrícolas que podrían ser utilizados para sembrar otros productos
que requieren menor tiempo. Es decir, aprovechar algunos sembradíos anuales en
lugar de esta planta, que tarda siete u ocho años en producir y generar
ganancias.
Por otro lado,
apuntó, se ha visto que cada vez se procesa un mayor número de piñas que ni
siquiera han iniciado su maduración. Ello provoca un rendimiento bajo porque
aún no poseen las características necesarias para tener una cantidad de azúcar
suficiente.
García Jiménez
aseguró que de acuerdo con la generación de tequila realizada en el pasado,
esas partes del agave deben tener un peso promedio de entre 40 y 50 kilos; no
obstante, se llegan a procesar algunas de 20.
Informó que en
relación con el peso total de la planta, el porcentaje de azúcares que
contienen no es alto, se estima sólo entre 10 y 14 por ciento de ella.
Asimismo, resaltó,
el rendimiento depende de la etapa de maduración, porque es el periodo en donde
acumula más dulce, pues durante gran parte de su vida se emplean para su
desarrollo, la formación de las hojas o el crecimiento de raíces.
Federico García
expresó que se requiere una buena etapa de destilación y un adecuado proceso de
extracción de azúcares.
El químico de la
UNAM comentó que los consorcios que manejan bebidas alcohólicas son conglomerados
multinacionales, que “han cambiado la tendencia de comercialización del
tequila, y los intereses que se mueven detrás de esta industria se han
modificado, con consecuencias para todos los sectores.
Advirtió que
además, el hecho de que una transnacional compre empresas nacionales afecta de
diversas maneras, pues una parte importante de las utilidades se queda en sus
manos. Sin embargo, desde el punto de vista de la colocación tienen los medios
para ampliar los mercados.
Es decir, la venta
del tequila se ha visto beneficiada porque hoy tiene una distribución
internacional, que no había hace 50 ó 60 años, cuando apenas llegaba a Estados
Unidos y otros países de América. Era una bebida casi desconocida y hoy se le
reconoce alrededor del mundo, concluyó.
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FOTO 01
Federico García,
del Instituto de Química de la UNAM, dijo que ante el incremento en la demanda
de agave para producir tequila trabajan en la aceleración del crecimiento de la
planta.
FOTO 02.
En el Instituto de Química de la UNAM se busca incrementar el rendimiento del agave azul y reducir el tiempo para su maduración, informó el investigador universitario Federico García.