Boletín
UNAM-DGCS-923
Ciudad
Universitaria
![]() |
![]() |
Pie de fotos al
final del boletín
CARECE MÉXICO DE PROGRAMAS
PARA DETECTAR NIÑOS CON CREATIVIDAD SOBRESALIENTE
Entre 3 y 7 por
ciento de los alumnos de educación primaria en México, sobre todo de los
primeros grados, tiene creatividad sobresaliente o son talentosos; sin embargo,
no se cuenta con programas de detección temprana ni de atención, aseguró
Fabiola Zacatelco Ramírez, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza
de la UNAM.
Advirtió que en
nuestro país los profesores de nivel básico no poseen la información adecuada
para identificar a menores con potencial, “que no necesariamente es académico,
puede ser deportivo, artístico, cultural, de liderazgo u otro”. A veces, se le
llega a catalogar como un niño con problemas de aprendizaje o conducta.
Por ello, la
responsable interina de la Residencia en Educación Especial del Programa de
Maestría y Doctorado en Psicología, señaló que trabajan en la elaboración de un
manual para los mentores, que permita descubrir a los infantes que poseen
habilidades, con el fin de aprovecharlas.
Por lo general,
explicó, los maestros pasan mucho tiempo con ellos, por lo que si se les
proporcionan las capacidades necesarias, pueden hallar en el salón de clase a
los que tengan talento. Así, estarán en posibilidades de canalizarlos de manera
específica.
Dijo que un niño
con creatividad sobresaliente suele ser inquieto, terminar pronto sus tareas y
leer. Además, tiene mucha información y cuestiona al docente, por lo que a
veces se genera cierta problemática en el aula, sobre todo cuando el profesor
no está enterado del tema, y lo llega a catalogar como un infante disruptivo,
con falta de atención y problemas de conducta, cuando en realidad está pidiendo
más conocimiento.
“Si recibe una
preparación por medio de un manual, folleto o cuestionario donde corrobore con
una lista las características de un pequeño en esta situación, tendrá las
capacidades para detectarlo y estimularlo”, detalló.
Cuando el infante
no recibe los estímulos que requiere empieza a conformarse, a adecuarse a la
norma, se retrae y no manifiesta su potencial. Es decir, comienza a apartarse,
ya no cuestiona, transige con lo que le dan o se integra a un grupo en el que
actúa como alumno promedio, añadió.
Fabiola Zacatelco
mencionó que esta situación repercutirá en su desarrollo profesional, porque
podría haber sido un buen escritor, atleta o matemático. Pero se le frenó en
algún momento y su virtud ya no se expresa como antes.
La psicóloga
universitaria, quien junto con profesoras y alumnas del posgrado realiza su
labor en primarias de Iztapalapa, subrayó que pese a que en la zona hay muchas
carencias en las aulas y los mentores laboran con herramientas limitadas, se
detectan niños con atributos sobresalientes.
Se busca, apuntó,
que los chicos desarrollen sus capacidades de manera natural. Uno de los
propósitos de la educación especial es trabajar en escenarios naturales y que
el menor no sea segregado, sino que se integre a su aula y comunidad, y cuente
con el apoyo requerido dentro de la escuela.
Reconoció que sería
complicado sacarlos de su ámbito, porque “no se tienen instituciones que los
apoyen de manera específica”. Podría crearse una que les brindará ayuda pero al
pasar a secundaria, preparatoria o licenciatura, sería difícil tener
instituciones de ese tipo, que abarcaran todos los grados escolares. Se deben
desenvolver y potenciar sus habilidades donde están.
Por su parte,
Aurora González Granados, académica de la misma Facultad, resaltó que se ha trabajado
en el bajo aprovechamiento en aritmética, específicamente con fracciones, y en
rechazo escolar. Al detectar las dificultades más serias que se presentaban se
encontró que tenían rezagos en español y matemáticas, sobre todo en quinto y
sexto grado.
Respecto al segundo
fenómeno, expuso que trabajan sobre el tipo de acontecimientos que pueden
provocar que el alumno no quiera ir a la escuela o en ella no realice las
actividades solicitadas. “Se busca proporcionarles estrategias para superar sus
problemas académicos, ofreciendo apoyos a la comunidad escolar y a la familia
que favorezcan este tipo de tácticas y superar su situación en vez de
esquivarla”.
Por lo general, el
niño que no quiere asistir a las aulas es por algún tipo de limitación. En
ocasiones se debe a que el profesor no favorece su integración al grupo, pero
sobre todo a que, por algún motivo, no cumple con las demandas de la
institución, expresó.
Ello puede
representar un desarrollo positivo, que el estudiante, al sentirse limitado,
analice qué está haciendo mal, qué le falta y qué tipo de habilidades requiere
para empezar a generar cambios. Ello depende de los alicientes que le den en la
familia, la iniciativa propia, sus niveles de inteligencia y otros factores,
aclaró.
En ocasiones se
siente incapaz de superar sus limitaciones, y puede optar por no intentar
superar su situación académica, pero sí buscar el apoyo de otros, o destacar en
otras áreas o situaciones. Otros se alejan, encuentran satisfactores más para
sentirse valorados en otros contextos y se ausentan o desertan, indicó.
En la medida en que
sea posible ofrecer a lo profesores orientaciones y estrategias para trabajar
con estos alumnos se pueden tener buenos logros, concluyó González Granados.
–o0o–
FOTO 1.
México no cuenta
con programas para atender a niños con creatividad sobresaliente, aseguró
Fabiola Zacatelco, académica de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de
la UNAM.
FOTO 2
Fabiola
Zacatelco, de la FES Zaragoza de la UNAM, informó que elaboran un manual para
que profesores de educación básica detecten a niños con creatividad
sobresaliente, a fin de potenciarlos.