Boletín
UNAM-DGCS-920
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Apuntó
Francisco Javier Rodríguez Gómez, profesor de la Facultad de Química de la UNAM
·
Se
ha detectado que entran al país productos sobre los que no se tiene ningún
control de calidad y, aunque son baratos, no poseen normas de cuidado, señaló
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La
normatividad internacional permite hasta 200 gramos de componentes orgánicos
volátiles por litro, mientras que lo aceptado en México son 450; es decir, más
del doble, dijo
El mercado mundial de pinturas y
recubrimientos registra un marcado interés por eliminar los metales pesados,
específicamente plomo y cromo, en aquellos que sean anticorrosivos, además de
buscar un nulo o bajo impacto ambiental, señaló Francisco Javier Rodríguez
Gómez, profesor de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
El especialista añadió que la
importancia en el manejo de estos materiales radica en que están presentes en
todos lados, por lo que se hace necesario saber si dañan al entorno.
“Elegir una pintura no es cualquier
cosa: tal vez sea sencillo emplearla para pintar la reja de una casa, pero no
para el uso que le da una empresa; hay que consultar a quienes tienen una
especialidad en Ingeniería de materiales para poder tomar una buena decisión,
eficiente”, explicó.
Resaltó que en esta entidad
universitaria el trabajo relacionado con pinturas se efectúa desde hace años.
“El grupo de Corrosión de la FQ se ha dedicado a evaluarlas y por eso se tienen
buenos contactos con la industria”.
Gracias a esta tarea se ha detectado que
entran al país pinturas sobre las que no se tiene ningún control de calidad y,
aunque son baratas, no poseen normas de cuidado: como fecha de caducidad,
contenido de sólidos, origen, para saber si son de buena, mediana o alta
factura, aunque existen ya herramientas suficientes para clasificarlas, dijo.
Los recubrimientos, expresó, pueden
clasificarse de varias formas. Una de ellas es con base en su función (contra
la corrosión, acabado estético, que protegen de manera mecánica). También con
base en su naturaleza: metálicos (galvanizado, por ejemplo), inorgánicos
(pavonado) y orgánicos (pinturas, esmaltes, lacas o barnices).
Particularmente, sostuvo, los
anticorrosivos son barreras que se aplican en los metales para disminuir
justamente la velocidad de desgaste. Se busca que sean aislantes, que separen a
la superficie del medio ambiente, donde hay oxígeno, agua, iones, contaminantes
o partículas que pueden atacar el sustrato, sean maderas, cementos, plásticos,
metales y, en un dado caso, que sea estético.
Ante este panorama,
se buscan resinas que tengan pocos componentes orgánicos volátiles (VOC, por
sus siglas en inglés), como pinturas en polvo, base agua y de altos sólidos
(que básicamente se aprecia como una pasta que se aplica con técnicas
especiales), refirió.
La normatividad en muchas naciones,
agregó, permite que haya hasta 200 gramos de VOC por litro de pintura, aunque
se discute si se baja aún más, mientras que lo aceptado en México son 450, es
decir, más del doble.
Rodríguez Gómez acotó también que
esta situación se agrava, porque mucha de la materia prima de esos productos se
obtienen del petróleo. Por ello, se ha trabajado con la evaluación y
formulación de nuevos pigmentos libre de aquellos y de nuevos agentes
secantes.
Otra directriz serían los
tratamientos de conversión libre de cromo. Ello tiene que ver, aclaró el
investigador, “con el hecho de que en ocasiones las superficies metálicas son
lisas, tanto que la pintura no se adhiere; entonces, para causar una rugosidad,
se le da un tratamiento de conversión química con cromato, pero es tóxico”.
Ahora se usan otras opciones, pero
ninguna tiene su efectividad; por eso se trabaja en ese sentido, concluyó.
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FOTO 1
Los anticorrosivos son barreras que se aplican en los metales
para disminuir justamente la velocidad de desgaste, señaló Francisco Javier
Rodríguez Gómez, profesor de la Facultad de Química de la UNAM.
FOTO 2.
El mercado mundial de pinturas y recubrimientos registra un marcado interés por eliminar los metales pesados en los anticorrosivos dijo el investigador del a UNAM Francisco Javier Rodríguez Gómez.