Boletín
UNAM-DGCS-907
Ciudad
Universitaria
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INSUFICIENTE, LA
EXPRESIÓN DE AFECTO EN LAS FAMILIAS MEXICANAS
·
Revela la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de
las Familias, ENDIFAM, coordinada por Cecilia Rabell, del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM
·
Cerca de 13 millones de personas consideran poca
o nula la manifestación de cariño en sus casas, dijo la especialista
·
Tal percepción es mayor en el estrato
socioeconómico más bajo y disminuye paulatinamente hasta los de mayor nivel,
afirmó
Una quinta parte de
los hogares mexicanos declara que es poco o ninguno el cariño que se prodigan
los miembros de la familia entre sí. Es decir, cerca de 13 millones de personas
consideran insuficiente o nula la expresión de afecto en sus casas, según se
desprende de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Familias (ENDIFAM),
coordinada por Cecilia Rabell, del Instituto de Investigaciones Sociales de la
UNAM.
La investigadora explicó que tal
percepción es mayor en el estrato socioeconómico más bajo (28 por ciento) y
disminuye paulatinamente hasta los de mayor nivel (con el 15). Tales datos
confirman que para un número importante de individuos, sobre todo aquellos
ubicados en los peldaños inferiores de la distribución monetaria, la manifestación
de amor es claramente insuficiente.
"Se trata de
un fenómeno preocupante, de una falla fuerte, de un aspecto deficitario en la
dinámica de la vida intrafamiliar del México actual", precisó la
investigadora universitaria.
La ENDIFAM, recordó
Cecilia Rabell, fue una investigación encargada por el Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia. "Un comité académico que presido –y
donde participaron la también integrante del IIS, Marina Ariza; María Eugenia
D'Aubeterre y Patricio Solís, de la Universidad de Puebla y El Colegio de
México, respectivamente– definió cómo se iba a observar esta dinámica”; se
puntualizaron temas considerados relevantes y novedosos.
El estudio,
realizado mediante 23 mil 839 cuestionarios aplicados en todas las entidades
del país y en localidades de menos de dos mil 500 habitantes y hasta más de un
millón, muestra que los hogares nucleares siguen siendo los más frecuentes y la
proporción, un poco más de dos terceras partes del total, no ha variado en 23
años, aunque aumentaron los unipersonales.
La experta sostuvo
que la realización de la ENDIFAM buscó abordar temas que no han sido tratados
en otros estudios nacionales, como observar a la familia abarcando a los
parientes y personas cercanas, más allá de los corresidentes; y conocer algunas
de las características importantes de su dinámica, así como los cambios que ha
tenido a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En ese período se
dieron los procesos que transformaron sus relaciones y papel social, como el
aumento de la escolaridad entre niños y jóvenes, el ingreso creciente de las
mujeres al mercado laboral y el mayor control de los nacimientos, argumentó.
Además, aclaró, la
familia forma parte de un sistema que incluye a parientes, vecinos y amigos,
quienes constituyen un recurso permanentemente disponible y movilizado en caso
de necesidad de algún miembro o del grupo mismo. En ese sentido, se recabó
información “sobre diversas características de los parientes en línea
ascendente (padres, suegros) y descendente (hijos) de las personas
encuestadas".
De ese modo,
apuntó, los entrevistados (de 18 años o más, residentes en el territorio
nacional, en viviendas particulares) respondieron cuestiones como escolaridad,
relaciones de pareja, intercambios de bienes y servicios, ocupación y primer
trabajo, calidad de la vida intrafamiliar y valores, entre otros puntos.
La ENDIFAM arrojó
que en la vida cotidiana, las personas que residen en áreas urbanas, hombres y
mujeres, declaran haber dado ayuda con mayor frecuencia que las que habitan en
localidades rurales. Eso ocurre más entre mujeres, y con mayor continuidad en
el nivel socioeconómico más alto, reveló.
En situaciones de
crisis, como la muerte de un pariente cercano, enfermedad grave, accidente,
problemas financieros serios o de trabajo, 80 por ciento de las familias ha
recibido ayuda. "A mayor nivel socioeconómico, más redes poseen los
individuos y más apoyo tienen", afirmó.
Por otra parte, la
cercanía geográfica entre hijos e hijas y su madre, refirió Cecilia Rabell, es
un indicador de la fuerza que puede tener el lazo entre ellas.
La "geografía
de la familia" dice mucho acerca de esa relación, que es uno de los
vínculos más fuertes: en las localidades rurales los vástagos abandonan el
hogar parental más temprano que en las urbanas. No obstante, viven en la misma
colonia o barrio que su progenitora en 25 por ciento, a diferencia de lo que
ocurre en sitios citadinos, donde esa cifra sólo alcanza el 18, adelantó.
"Casi una
tercera parte del total vive en el mismo pueblo o ciudad que su madre. Se puede
decir que hay una fuerte cercanía, especialmente en zonas rurales",
reiteró.
Relativo al empleo,
los individuos lo buscan a través de la información y contactos que les
facilitan parientes, amigos y conocidos. La ayuda alcanza 32 por ciento entre
los jóvenes de 18 a 24 años, y se reduce a 18 para quienes tienen entre 40 y 59
años, aseveró.
Estas redes juegan
un papel más importante durante las etapas iniciales de la trayectoria
ocupacional. Se recurre con más frecuencia a los padres; luego a los hermanos,
tíos y primos; también es importante la ayuda de parientes políticos, de los
suegros en particular, expuso.
Esta encuesta
servirá para dar luz sobre una serie de aspectos que pueden ser importantes en
la toma de decisiones de las políticas públicas; ese es el siguiente paso,
concluyó.
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FOTO 1
Una quinta parte
de los hogares mexicanos declara que es poco o ninguno el cariño que se
prodigan los miembros de la familia entre sí, según la Encuesta Nacional sobre
la Dinámica de las Familias, coordinada por Cecilia Rabell, del IIS de la UNAM.
FOTO 2.
Cecilia Rabell,
del IIS de la UNAM, dijo que en México los hogares nucleares siguen siendo los
más frecuentes y la proporción no ha variado en 23 años, aunque aumentaron los
unipersonales.