13:20  hrs. 18 de Septiembre de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-697

Ciudad Universitaria

 


Carlos Arteaga Basurto

Pie de fotos al final del boletín

 

CONSTITUYE LA POBREZA EL GRAN PROBLEMA DEL SIGLO XXI

 

 

La pobreza es el gran problema del siglo XXI, generado por la desigualdad en el ingreso y en la distribución de la riqueza, al que no se le ha dado la atención que requiere, afirmó Carlos Arteaga Basurto, director de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

Aseguró que el modelo neoliberal vigente no sólo no resolvió los rezagos del pasado, sino que empeoró otros, al grado de que en México los polos se han agudizado y cada vez hay más pobres y menos ricos, aunque estos últimos se apropian de los recursos.

 

Al dictar la conferencia Política Social y Salud, dentro del Segundo Simposio Los Retos Actuales del Trabajo Social en las Neurociencias, Arteaga Basurto dijo que a raíz de este sistema han surgido nuevas variantes de la pobreza, como la exclusión social. “Antes se hablaba de marginados y hoy de excluidos; es decir, población que nunca ha tenido acceso a ningún servicio de salud, educativo y cultural”.

No obstante, añadió, si una nación desea un progreso adecuado y romper la desigualdad, no puede descuidar la formación y la salud; empero, en el modelo actual, la modernización del Estado representó el abandono de su tarea interventora y de bienestar, para dar paso a un régimen basado en la libre concurrencia de las fuerzas de mercado, en la privatización de la economía y la liberalización.

 

“Un país que quiere crecer tiene que invertir en salud y educación, porque sólo una población sana y con niveles culturales elevados puede impulsar el desarrollo”, sentenció en el Aula Magna del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez.

 

El director de la ENTS informó que las cifras revelan que en nuestro país hay cerca de 60 millones de pobres, de los que aproximadamente 40 millones viven en situación de pobreza extrema.

 

Es decir, alertó, el modelo neoliberal no ha sido benéfico ni incluyente, y los efectos generados sobre todo en lo social son significativos: hay escasez de empleo, disminución del sector formal e incremento de su contraparte.

 

Advirtió que no se puede hablar de disminución de la pobreza, cuando el trabajo informal es el que predomina y las remesas de los migrantes son la segunda fuente de ingresos para México.

 

Aclaró que no es un problema unidimensional, sino que lo constituyen grupos heterogéneos en nuestro territorio. No es lo mismo los desposeídos de Oaxaca o Chiapas, que los de la Ciudad de México. Tienen características diferentes, aspectos que requieren estudios específicos y, por lo tanto, sus demandas y necesidades son opuestas, tanto en materia educativa como de salud.

 

Comentó que para atacar la pobreza hay dos líneas de trabajo: impulsar un programa de desarrollo social, en donde uno de los factores principales es acabar con la desigualdad en la distribución del ingreso, o generar planes de compensación, en donde se sustituyen demandas o requerimientos de la población más afectada, sin generar cambios en la estructura económica del Estado.

 

En ese sentido, Carlos Arteaga mencionó que lo que ha hecho el gobierno mexicano en el último sexenio, ha sido desarrollar estrategias compensatorias.

 

Abundó que la economía nacional está ligada necesariamente a la estadounidense, y muchas de las tendencias o directrices que se siguen en el sector financiero en el país están orientadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el gobierno de Estados Unidos.

 

Por ello, argumentó, “es necesario entender el papel de México en el contexto global. El liderazgo que se tenía hasta hace pocos años en política exterior en Latinoamérica se ha perdido, y lo han detentado naciones como Venezuela, Brasil, Chile y Argentina”.

 

Subrayó que hablar de una reforma política en el área de la salud o en cualquier otra implicaría contar con recursos, pero mientras no se tengan es difícil avanzar en una reestructuración de los sistemas.

 

Sin ellos “no hay beneficios posibles ni desarrollo de capital humano; se carece de productividad, no hay posibilidades de competir internacionalmente ni de generar empleos; tampoco hay formas de combatir la pobreza, no se estimulan las cadenas de proveedores y la promoción de la seguridad en la sociedad queda relegada”, agregó.

 

Para avanzar en salud, primero hay que entender que es un asunto de competencia pública y no puede dejarse en manos privadas, debe ser una obligación y una responsabilidad del Estado, porque es un derecho social consagrado en la Constitución mexicana, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

Carlos Arteaga Basurto, director de la ENTS de la UNAM, dictó la conferencia Política Social y Salud, dentro del Segundo Simposio Los Retos Actuales del Trabajo Social en las Neurociencias.

 

 

FOTO 02

 

Un país que quiere crecer tiene que invertir en salud y educación para impulsar el desarrollo, sentenció Carlos Arteaga, director de la ENTS de la UNAM, en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.