Boletín
UNAM-DGCS-647
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final del boletín
LOS PELIGROS
GEOLÓGICOS DEL DISTRITO FEDERAL EN ATLAS QUE ELABORAN EN LA UNAM
·
Adelantó Armando García Palomo, coordinador
del Servicio Geológico Metropolitano del Instituto de Geología, encargado de esta
tarea
·
Se conocerán los orígenes, causas y efectos
de estos fenómenos a fin de prevenir desastres, dijo
·
También permitirá saber la ubicación,
extensión y carácter de estos riesgos que amenazan a las diferentes
delegaciones políticas, apuntó
El Servicio
Geológico Metropolitano del Instituto de Geología (IG) de la UNAM elabora el
Atlas de Peligros Geológicos del Distrito Federal, a través del cual se
conocerán los orígenes, causas y efectos de esos fenómenos, con el fin de
prevenir desastres, informó su coordinador, Armando García Palomo.
Asimismo, precisó, permitirá saber la ubicación,
extensión y carácter de los riesgos geológicos que amenazan a las diferentes
delegaciones políticas, para incrementar las medidas de mitigación en caso de
contingencia. Además, ofrecerá las herramientas necesarias para planificar
mejor las obras civiles en la Ciudad de México y, así, evitar al máximo el
crecimiento urbano hacia zonas de alta vulnerabilidad.
García Palomo
dijo que si se genera un sismo en el Pacífico como el de 1985, las
demarcaciones más afectadas serán las del poniente: Cuauhtémoc, Azcapotzalco,
Benito Juárez, y parte de Coyoacán y Xochimilco.
Subrayó que la
capital en general está en riesgo de sufrir seísmos, vulcanismo, hundimientos,
agrietamientos, inundaciones y desgajamiento de cerros: todos los peligros
propios de la cuenca de México, por ello es necesario adelantarse a posibles
desastres.
Apuntó que la primera fase del Atlas se concluyó y
entregó al gobierno del Distrito Federal en 2005. Comprende diferentes planos:
geológico, de susceptibilidad a procesos de remoción en masa, altimétrico, de
pendientes, de crecimiento urbano (1700-2000) y de peligro sísmico.
“El mapa de la expansión de la mancha urbana –señaló
García Palomo– es una forma de representar el crecimiento de la Ciudad de
México, que antes de 1845 ocupaba sólo una parte de lo que ahora es la
delegación Cuauhtémoc”. En 1940 comenzó el ensanchamiento hacia partes
montañosas como Santa Catarina, Guadalupe, Atizapán, Las Cruces y Chichinautzin.
Para el 2000 ya no había dónde construir en zona plana y se pasó al norte y
poniente.
De continuar este proceso hacia las partes altas, de
recarga de agua, “disminuirá el nivel de los acuíferos. Esto podría tener
relación con hundimientos y agrietamientos del suelo. De ahí que sea necesario
evaluar dichas zonas para fundamentar políticas públicas de planificación y
ordenamiento territorial”, refirió García Palomo.
El mapa geológico plasma el tipo y edad de los cuerpos
rocosos que conforman la cuenca de México, lo que permite conocer su evolución
geológica. Es básico para interpretar fenómenos sísmicos, hidrometeorológicos y
geomorfológicos, aclaró.
En él se observa, ejemplificó, que las delegaciones
Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa están sobre las laderas
del inactivo volcán San Miguel,
constituido por derrames de lavas andesíticas y estructuras dómicas
erosionadas; así como encima de amplios abanicos piroclásticos y
volcanoclásticos, constituidos por depósitos granulares cortados por largos y
profundos valles fluviales.
El mapa altimétrico muestra el relieve de la región. Es
de gran utilidad para identificar las zonas con mayores posibilidades de
desprendimiento de rocas, ubicadas en Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Magdalena
Contreras, Milpa Alta, Tlalpan y Xochimilco, indicó.
El de susceptibilidad a procesos de remoción en masa
conjuga la litología –tipo de rocas, fracturas y materiales granulares en
laderas–, las formas de emplazamiento (rodamientos, volteos, deslizamientos
rotacionales y traslacionales, así como los flujos de lodo o de declives) y las
pendientes mayores a 30 grados, añadió.
También, enfatizó, permite identificar áreas
potencialmente afectables o con alguna problemática específica, con lo que se
pueden fundamentar decisiones de protección civil y desarrollar proyectos que
eviten, prevengan o mitiguen el efecto por deslizamiento de laderas.
El mapa de peligro sísmico muestra las zonas más
susceptibles a la sismicidad de la zona del Pacífico, donde se origina la mayoría
de los movimientos que afectan a la Ciudad de México. Se realizó con base en la
dispersión de ondas de un seísmo con foco ubicado en la costa de Michoacán,
similar al del 19 de septiembre de 1985.
El Distrito Federal también está expuesto a los tremores
originados en Tehuacán, Puebla; Venta de Bravo, en el límite de Michoacán y el
Estado de México; e incluso en puntos dentro de su mismo territorio. García
Palomo y su equipo reconocieron decenas de fallas activas en las sierras de Las
Cruces, de Guadalupe y Nevada.
Adelantó que a finales de año podrían dar a conocer el
mapa de fallas y ya preparan los de hundimiento, agrietamiento, vulcanismo e
inundaciones.
Luego elaborarán los de cada delegación política, para
identificar colonias, calles o comunidades en riesgo. Las más críticas son
Gustavo A. Madero, Xochimilco y Tláhuac, porque ahí se detectó afectación por
deslizamiento de ladera y otros fenómenos.
Las zonas de alto riesgo sísmico para edificios de 13 a
20 niveles se encuentran en los perímetros Tláhuac, Xochimilco, Benito Juárez,
Iztacalco, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero; de seis a 10, en Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan, parte
central de Coyoacán y Gustavo A. Madero, y de uno a tres en Xochimilco,
Iztapalapa, Iztacalco, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero.
Las de mayor deslizamiento de laderas son Milpa Alta,
Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón y parte de
Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero.
La cuenca de México está delimitada por las sierras de
Las Cruces (volcanes con flujos piroclásticos y depósitos de caída, avalancha
y lahar), de Chichinautzin
(monogenéticos activos, como el Paricutín), Nevada (Popocatépetl), de
Santa Catarina y de Guadalupe, detalló.
El 30 por ciento del Distrito
Federal está en zonas planas, mientras el 70 restante es montañoso. Las fallas
de taludes son un fenómeno frecuente en la zona de laderas, sobre todo durante
periodos de actividad sísmica o de precipitación pluvial intensa, concluyó.
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FOTO 1
Armando García Palomo, coordinador del Servicio Geológico Metropolitano
del Instituto de Geología de la UNAM, habló sobre el Atlas de Peligros
Geológicos del Distrito Federal, que ahí se elabora.
FOTO 2.
El Atlas de Peligros Geológicos del Distrito Federal,
elaborado en la UNAM, busca adelantarse a posibles desastres por inundaciones,
desgajamiento de cerros y seísmos, entre otros fenómenos.
FOTO 3
Si se generara un sismo como el de 1985, las
demarcaciones más afectadas serán Cuauhtémoc, Azcapotzalco y Benito Juárez,
según se desprende de un Atlas de riesgos elaborado en el IG de la UNAM.