Boletín
UNAM-DGCS-566
Ciudad Universitaria
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final del boletín
FALSO, QUE EL
CEREBRO NO PUEDA APRENDER EN LA EDAD
ADULTA
·
Señaló Federico Bermúdez Rattoni, del
Instituto de Fisiología Celular de la UNAM
·
Puede darse un crecimiento del sistema
nervioso central o un cambio morfológico en el encéfalo, debido a la
experiencia o entrenamiento intenso en etapas avanzadas de la vida, dijo
·
Memoria y el aprendizaje son dos elementos
ligados, pues uno depende del otro, expuso
Investigadores de la UNAM
demostraron que el cerebro adulto no es un órgano estático y debe seguir
ejercitándose en la edad adulta, porque tiene la posibilidad de incorporar
información durante toda la vida, informó Federico Bermúdez Rattoni, del
Instituto de Fisiología Celular.
"Es un mito que una vez
que somos viejos ya no podemos aprender; eso no es cierto", apuntó. Puede
darse un crecimiento del sistema nervioso central o un cambio morfológico en el
encéfalo, debido a la experiencia o entrenamiento intenso en etapas avanzadas
de la vida.
El científico añadió que se
trata de una lección importante, pues es contraria a la idea de que los adultos
no son capaces de adquirir nuevos conocimientos con la facilidad de las etapas
tempranas de la existencia. El sistema nervioso está preparado para recibir esos
datos, modificarlos, procesarlos y mantenerlos en el esquema recordatorio.
El reconocido científico
explicó que memoria y aprendizaje son dos elementos ligados, pues uno depende
del otro. La primera es el proceso mediante el cual se evoca lo asimilado,
mientras que aprender es la adquisición de información del medio ambiente.
Existen dos tipos de
memorización, expuso, la de corto y largo plazos. La primera no está bien
consolidada, es efímera, no dura mucho y puede perderse al paso del tiempo; la
segunda es permanente, es la que se mantiene por largos periodos, inclusive
toda la vida.
Mediante ciertos
procedimientos, tal adquisición pasa a formar parte del acervo de largo plazo;
se trata de su consolidación. "Es todo lo que somos, nuestra personalidad,
forma de ser, lenguaje corporal. Si por un momento la perdiéramos, si no
supiéramos quienes son nuestros abuelos, padres, nuestra familia, perderíamos
toda identidad", dijo.
En el laboratorio, Federico
Bermúdez y sus colaboradores buscan los mecanismos por los cuales se forman y
se evocan los recuerdos. Se ha visto que existen estructuras dentro del sistema
nervioso central involucradas en cada tipo.
Se sabe, por ejemplo, que el
hipocampo, una estructura por debajo de la corteza cerebral, participa en la
memoria espacial. Tanto personas con alguna lesión en él, como animales
experimentales, pierden la capacidad de aprendizaje, es decir, indicó, no
pueden adquirir información que les permita saber dónde están.
Existen otras estructuras,
como el núcleo caudado, estriado, involucrado en enfermedades como el mal de
Parkinson, que cuando se daña provoca la pérdida de ciertas habilidades motoras
(implícitas), sin dañar las cognoscitivas, aclaró.
Puede decirse que la memoria
está ubicada en todo el sistema nervioso central; algunas de sus partes están
más relacionadas con un determinado tipo. Se trata de una participación global,
de un esfuerzo en conjunto del cerebro, argumentó.
Su pérdida puede deberse a
varios factores, refirió Bermúdez Rattoni; como las lesiones en el encéfalo. Si
se afecta el hipocampo se pierde la capacidad de adquirir memoria, porque no se
consolida. Otra causa pueden ser las enfermedades neurodegenerativas.
De tal manera, precisó, se ha
visto que cuando un animal se sobre entrena en una tarea espacial, se presenta
un cambio morfológico. Esto es importante porque antes se pensaba que ya no
cambiaba en los adultos. Así se rompe este "dogma".
"Si sometemos a los
animales a un entrenamiento intenso aprenderán la tarea y modificarán su
estructura cerebral, en este caso el hipocampo, que les permite memorizar mucho
mejor la información que han adquirido a través de la experiencia por más largo
tiempo, que los animales que no fueron entrenados tan intensamente, en este
caso, para salir de un laberinto acuático".
Se observa una correlación entre
el número de contactos sinápticos y la memoria: a más relaciones mayor memoria
y viceversa. Tal incremento se debe al entrenamiento, el cual, sin embargo,
puede perderse si la actividad no es continua. Por ello, finalizó Federico
Bermúdez, hay que usar el cerebro.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Investigadores del IFC de la UNAM,
encabezados por Federico Bermúdez, demostraron que puede darse un crecimiento
del sistema nervioso central por entrenamiento en etapas avanzadas de la vida.
FOTO 02.
Durante toda la vida se puede aprender. El sistema nervioso central está preparado para recibir esa información, procesarla y mantenerla en la memoria, afirmó el especialista de la UNAM Federico Bermúdez.