Boletín
UNAM-DGCS-556
Ciudad Universitaria
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final del boletín
INDISPENSABLE,
INCREMENTAR LA CALIDAD DE VIDA DE LA
POBLACIÓN
·
Afirmó Patricia Meraz Ríos, jefa de la
División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM
·
La problemática social provoca más
afectaciones a la salud psicológica de las personas, argumentó
·
Se puede definir como un estado
autogenerado, basado en vínculos saludables y satisfactorios, dijo
Los avances en ciencia y tecnología han incrementado la
esperanza de vida de las personas, pero no su calidad, pues ello implica la
aparición de mayor número de enfermedades crónico-degenerativas, apuntó
Patricia Meraz Ríos, jefa de la División de Educación Continua de la Facultad
de Psicología de la UNAM.
También advirtió que la problemática social cada vez
provoca más afectaciones a la salud psicológica de la gente, pues hoy nadie
escapa a situaciones de pobreza, violencia urbana y familiar, inestabilidad y
presiones laborales, además de adicciones, abuso de menores, delincuencia, rezagos
en materia educativa y cuestionamiento de valores.
Recordó que la calidad de vida
ha generado interés desde tiempos remotos; sin embargo, su aparición como
categoría es reciente y, por lo mismo, su conceptualización está en
construcción.
En un primer momento, dijo,
estuvo relacionada con los problemas de medio ambiente y el deterioro de las
condiciones en las sociedades urbanas. Luego se extendió al ser humano, quien
empezó a asociar ese estado subjetivo con la búsqueda de una existencia plena,
que en el terreno de las ciencias siempre tuvo conflictos.
Entonces, abundó, llegó la
necesidad de construir indicadores y se involucraron elementos como la cultura.
Poco a poco se empezó a definir como una noción más integradora, en donde están
todas las áreas de la vida y se le dio un carácter multidimensional.
Es decir, ya no hay un solo
factor, sino que está mediado por lo cultural, determinado por la percepción
social y la autovaloración que le da el sujeto; así como por las múltiples
relaciones que establezca consigo mismo, con los otros y con el medio ambiente,
puntualizó.
En ese sentido, señaló, la
calidad de vida se puede definir como un estado autogenerado, basado en
vínculos saludables y satisfactorios de los individuos con ellos mismos, con
sus semejantes y con la sociedad en general, y se manifiesta por medio de
comportamientos o actitudes enmarcadas en un contexto y de acuerdo con el rol
social.
La psicóloga comentó que
existen varias formas de acercarse a esta problemática: como satisfacción expresada
con las condiciones de vida; la combinación de componentes objetivos y
subjetivos; un amalgama de condiciones de existencia, la complacencia
particular, ponderada por escalas de valores,
aspiraciones y expectativas.
Con este marco de referencia, en esta División se creó un
programa capaz de responder a las preguntas que se hacen los seres humanos
respecto de dicho bienestar, pero con la perspectiva de una Psicología que ha
construido formas alternativas y científicas para desarrollar ese estado al
transformar condiciones fácticas, pero al mismo tiempo respetando la
idiosincrasia, cultura y nivel de un sujeto, destacó.
Se quiere fomentar entre los participantes el
reconocimiento de sus capacidades y el establecimiento de un compromiso
personal en la mejoría de su propia calidad de vida, acotó.
También, resaltó, crear un
espacio para la autorreflexión y la toma de conciencia. “En la actual sociedad
el tiempo para pensar se pierde y se ve como infructuoso. Es un espacio para
reflexionar, comparar, analizar y disfrutar, y que sí se puede tomar pero con
un sentimiento de culpa, porque la gente no lo ve como algo productivo y
gratificante”.
El programa se imparte en seis
talleres con una intención específica y un objetivo general: bienestar subjetivo
con recursos desde la persona y reconocimiento de sus propias capacidades,
precisó.
El primero es Autoestima
saludable y en él se parte de la valoración que la gente hace de sí misma. Si
no hay una percepción sobre quién soy, qué cualidades tengo, qué características
me definen, en qué etapa de mi vida me encuentro, qué cosas he dejado o
construido, qué he logrado y en qué me he desviado, no se puede hablar de
satisfacción; por ello, se promueve la autovaloración objetiva, autoaceptación
y aprovechamiento de los recursos naturales, agregó.
El cuerpo y las emociones es
el segundo e indica todo lo que se puede hacer, decir, plasmar y comunicar a
través de las emociones, refirió. Le sigue La Comunicación, porque muchas veces
no se establece un canal donde se pueda conocer lo que quiere y busca en el
otro.
Las Relaciones de pareja es el
cuarto y ahí se valoran pautas, identifican qué hace que la unión se friccione,
crezca o se fortalezca y genere dinámicas mucho más funcionales y productivas.
Sigue las Relaciones Humanas Satisfactorias donde se buscan vínculos que
faciliten el contacto humano y la solución de conflictos.
Por último, en Los legados
familiares se analizan las fortalezas y retos de la herencia generacional, pues
a veces se piensa que lo que dejaron “quienes nos educaron es una carga, sin
valorar esas raíces, ni pensar que a partir de ellas se tiene la oportunidad de
transformar”, expresó.
Esta actividad propicia que
los participantes adquieran los conocimientos y técnicas psicológicas para relacionarse
de manera más saludable con su entorno cotidiano, optimizar su comunicación,
establecer relaciones humanas más armónicas y solucionar problemas cotidianos
de la vida personal, familiar y social, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
La investigadora
de la UNAM Patricia Meraz afirmó que la problemática social afecta la salud
psicológica y mental de las personas, lo que merma su calidad de vida.
FOTO 02
La calidad de vida está mediada por la cultura, determinada por la percepción social y la autovaloración del sujeto, señaló Patricia Meraz, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.