Boletín
UNAM-DGCS-536
Ciudad Universitaria
![]() |
![]() |
Pie de fotos al
final del boletín
·
Podría ser una de las principales opciones
en las próximas décadas, aseguró Maria Teresa Orta Ledesma, del Instituto de
Ingeniería de la UNAM
·
Su aplicación en el campo produce cultivos
con mejores características y rendimientos, añadió
·
Esa sustancia ataca no sólo a las bacterias,
como sucede con el cloro, también mata virus, protozoarios y algunos organismos
pluricelulares, explicó
En las próximas décadas, el
uso de aguas residuales tratadas con ozono podría ser una de las principales
opciones para impulsar la producción en el sector agrícola de nuestro país,
reconoció Maria Teresa Orta Ledesma, investigadora del Instituto de Ingeniería
(II) de la UNAM.
La académica universitaria trabaja desde hace más de 20
años en la materia, ya que su tesis de maestría Aprovechamiento de Agua
residual en Riego Agrícola constituyó la base para el Anteproyecto de Norma en
México en 1985, misma que más tarde se convirtió en la Norma Oficial Mexicana
NOM-003-ECOL-1997.
Señaló que las investigaciones que hasta el momento ha
llevado a cabo revelan que dicha aplicación para riego agrícola produce
cultivos con mejores características y mayores rendimientos que con otros
métodos, incluso comparadas con riego con agua residual sin tratamiento y con
agua potable.
En la actualidad trabajan en
un pequeño invernadero del II, en el vertido de agua residual tratada con ozono
en rábanos, fresas y lechuga. Este último, un cultivo sensible, considerado
como estandarizado, es decir, si es regado con algún producto o sustancia
tóxica de inmediato se nota, ya que disminuye su crecimiento y el color de las
hojas cambia, apuntó.
Sin embargo, Orta Ledesma dijo
que aún no se ha establecido
estadísticamente en qué porcentaje se incrementa el rendimiento de esos
cultivos. Por lo pronto, lo más importante es analizar la desinfección.
Indicó que la utilización de
ozono no sólo ataca a las bacterias, como es el caso del cloro, sino que
también mata virus, protozoarios y hasta algunos organismos pluricelulares.
“Ese es uno de los principales
atractivos del ozono, por lo que es una tecnología ampliamente utilizada en las
plantas de tratamiento de agua potable. No obstante, su empleo en instalaciones
donde se tratan aguas residuales para riego está más restringida, y no hay
infraestructura en el mundo por su costo”, reveló.
La investigadora universitaria comentó que por el momento
comparan los resultados obtenidos por este método con los de otros
tratamientos, como el fisicoquímico, así como con riego con agua potable y
residual cruda sin tratar, y hasta el momento se han obtenido cultivos de
mejores características cuando se usa
el ozono.
Reconoció que su aplicación es
un método costoso. No obstante, si los beneficios se asocian con los resultados
alimenticios alcanzados hasta el momento, el costo se abate.
Además, afirmó, este
procedimiento no tiene ninguna desventaja, ya que no genera subproductos
tóxicos. En Europa, por ejemplo, cuando se usa en tratamiento de agua, sólo
están restringidos en líquido potable los bromoformos (que pertenecen a los
haloformos), que sería el único tóxico que podría formarse, pero en
concentraciones mínimas. Este compuesto no esta limitado en agua residual para
reuso.
Es común que todos los días
“estemos tomando haloformos (en la forma de cloroformos) por medio del cloro
que se utiliza para potabilizar el agua, pero en cantidades elevadas”, dijo la
especialista.
De hecho, el cloroformo y
otros compuestos carcinogénicos como organoclorados pueden formarse cuando el
cloro reacciona con otras sustancias que ocurren naturalmente en el agua, por
ejemplo materia vegetal en descomposición. Las plantas en el océano también
producen pequeñas cantidades de estas sustancias, abundó.
De ahí en fuera, explicó la
investigadora, no hay ningún subproducto que forme tóxicos, siempre y cuando la
tecnología sea bien utilizada. Si al agua se le aplican dosis intermedias puede
generar productos intermedios de oxidación que en un momento dado sí pudieran
ser más tóxicos.
Informó que hasta el momento
no hay estudios científicos internacionales sobre este tipo de investigación,
aunque sí hay aplicaciones prácticas. Por ejemplo, las cámaras en donde se
guardan algunos cultivos son desinfectadas con ozono. “Es una técnica
diferente, pero guarda cierta relación, lo cual revela que la presencia de esta
sustancia favorece a los cultivos en varios aspectos”.
Consideró que esta nueva
tecnología tiene muchas posibilidades de aplicarse en la República Mexicana,
sobre todo porque el producto que se va a obtener es de mejor calidad. A fin de
cuentas eso es lo más atractivo para los agricultores.
Lamentablemente, apuntó, hasta
el momento el principal problema es que los campesinos se resisten al
tratamiento convencional del agua residual que reciben. Con este método se
ahorrarán fertilizantes, porque al agua no se le eliminarán los nutrientes y el
terreno no se volverá salino. Además, se obtiene un producto más grande. Si se
verifican estos beneficios, no habrá oposición a utilizarla.
Las zonas más importantes que
utilizan aguas residuales para riego son: área metropolitana de la ciudad de
México, Puebla, Chihuahua, León e Irapuato, Guanajuato, entre otras 51
ciudades. Asimismo, los cultivos principales son vegetales que se consumen
crudos, detalló.
De acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud (OMS) en 2001 morían, en promedio, 30 mil personas al día
por enfermedades hídricas. El agua es un transmisor de enfermedades infecciosas
intestinales y en nuestro país ocupó el cuarto lugar de mortalidad en niños
menores de un año.
Por ello, dijo que esta línea
de investigación tiene mucha perspectiva, ya que no sólo se observará lo
redituable que es en cuanto a la producción de cultivos, sino también lo útil
que es la tecnología para la protección de la salud. En México el método que
más se utiliza es la cloración, pero el ozono sólo se emplea en tres plantas de
agua potable, dos en la ciudad de México y otra en Guadalajara, Jalisco.
Maria Teresa Orta aseguró que
como científicos “nosotros no sólo investigamos, sino también formamos gente
capacitada, porque si no hay personal que conozca las tecnologías y que las
difunda difícilmente se podrán aplicar, porque siempre hay temor de aprovechar
algo cuyo manejo desconocemos”.
“Ese es uno de nuestros
papeles, formar infraestructura humana que conozca la tecnología, que vea sus
utilidades, sus beneficios y cómo compite. Eso hará que en un momento dado
nuestro país mejore en cuanto al conocimiento que tengan de las innovaciones
que en otras partes del mundo ya se usan”, concluyó la especialista.
– o0o –
PIES DE FOTO
FOTO 01
Maria Teresa
Orta, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, dijo que en las próximas décadas,
el uso de aguas residuales tratadas con ozono podría impulsar la producción
agrícola en México.
FOTO 02.
La investigadora de la UNAM, Maria Teresa Orta, junto con su equipo de trabajo del Instituto de Ingeniería, buscan métodos para tratar aguas residuales.