Boletín
UNAM-DGCS-529
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EL CONSUMO DE
ALCOHOL EN MUJERES EMBARAZADAS PUEDE AFECTAR EL PRODUCTO
·
Afirmó María Dolores Jiménez Farfán, de la Facultad de Odontología de la
UNAM
·
Provoca el síndrome del feto alcoholizado, que se caracteriza por
alteraciones en el sistema nervioso central, peso y talla bajos al nacer, y
defectos craneofaciales, dijo
·
Para evitar este mal, la única manera es no ingerir alcohol durante el
embarazo, explicó
El consumo de alcohol en
mujeres embarazadas puede provocar en el producto el síndrome del feto
alcoholizado (SFA) que se caracteriza por alteraciones en el sistema nervioso
central, peso y talla bajos al nacer, y defectos en el desarrollo de
estructuras craneofaciales como hueso, cartílago y órganos dentarios.
Así lo explicó la doctora
María Dolores Jiménez Farfán, investigadora del Laboratorio de Inmunología de
la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de
Odontología (FO), quien agregó que aunque el SFA es la expresión más negativa
de los efectos de las bebidas embriagantes durante el desarrollo embrionario,
los hijos de madres alcohólicas no siempre presentan todas las características
mencionadas.
Señaló que la incidencia
de este padecimiento se estima entre el 0.05 y 0.3 por ciento a escala mundial;
"si lo comparamos con otros síndromes quizá no sea el más prevalente, pero
en países como Sudáfrica ya se habla de un cuatro por ciento".
No se debe perder de vista que
estos datos corresponden a la casuística del síntoma propiamente dicho y que
muchos otros casos al no presentar sus características clínicas pueden pasar
desapercibidos, con lo cual las cifras podrían incrementarse, aclaró.
"En México no existe una
estadística sobre este síndrome como en muchas otras enfermedades; pero sabemos
que el alcoholismo va en aumento sobre todo entre las mujeres, y que ese
incremento se relaciona con el consumo a edades cada vez más tempranas",
puntualizó.
En la mujer, produce
alteraciones en el ciclo menstrual y ovulatorio. Por esta razón, explicó, en
ocasiones ella se da cuenta de que está embarazada semanas después de lo que
una mujer abstemia lo haría. Eso tiene graves efectos porque en las primeras
etapas del desarrollo embrionario se llevan a cabo los procesos de proliferación
y diferenciación en los órganos, aparatos y sistemas. Si se alteran estos
mecanismos habrá consecuencias que se manifestarán como congénitas.
La experta aclaró que además
del consumo crónico de bebidas alcohólicas, existen otros factores asociados
que pueden influir para que se presenten estos males, tales como la
susceptibilidad genética o la edad de la madre, entre otros.
El diagnóstico puede
complicarse porque algunas de sus características no son exclusivas del
padecimiento. Sin embargo, dijo, el clínico entrenado, además de observar las
particularidades faciales, debe forzosamente auxiliarse con una adecuada
historia clínica que le permita identificar el consumo prenatal de alcohol
materno y el patrón de éste.
En ciertos casos se observa
una reducción en la talla craneal –un órgano más pequeño–, alteraciones en el
crecimiento maxilar y mandibular (hasta un 15 a 20 por ciento, lo cual impedirá
la correcta posición de los dientes), puente nasal plano y variaciones en la
estructura y morfología dental, entre otros, agregó.
Los defectos sobre cartílago y
hueso craneofaciales presentan grados variables de recuperación, dado que las
células cartilaginosas y osteogénicas se mantienen activas después del
nacimiento y algunos niños llegan a alcanzar una apariencia normal. Otros
factores como la nutrición pueden influir en esta recuperación, abundó.
Pero "cualquiera se
preguntaría qué tiene que ver el diente con las otras alteraciones sistémicas
provocadas por el alcohol. Algunas de las células de la cresta neural, que son
pluripotenciales y que dan lugar al sistema nervioso central del feto, migran a
la zona maxilofacial en etapas tempranas del desarrollo embrionario,
combinándose con el tejido conectivo y dan lugar al hueso, cartílago, músculos, tendones y la mayor
parte de las estructuras dentales", expuso.
Es decir, indicó, que diversas
estructuras faciales derivan de aquellas células que van a dar lugar al sistema
nervioso central; porque provienen de la misma "estirpe", y son
susceptibles al alcohol.
Desde finales de los años 70
se reportó que los hijos de mujeres alcohólicas presentaban clínicamente
problemas en la estructura del esmalte dental; empero, no se aclaró cuál era su
origen, recordó.
El alcohol puede provocar
alteraciones importantes en el tamaño del órgano dentario y en la conformación
de la corona dental –la morfología no es la adecuada, las cúspides son más
cortas y, la estructura del esmalte se encuentra hipomineralizada–, refirió.
Es decir, añadió, las células
se encuentran alteradas en calidad y cantidad para formar una estructura
orgánica que sea la base del depósito de los minerales requeridos. El esmalte
en estas condiciones será susceptible a otro tipo de daños futuros, como las
caries.
"Microscópicamente
podemos evidenciar que las células que se encargan de producir el esmalte
tienen dañado su patrón de diferenciación y secreción", detalló.
Para evitar las alteraciones
observadas en el SFA, argumentó la doctora Jiménez Farfán, la única manera es
no ingerir alcohol. “Cualquier mujer que tenga planeado embarazarse debe evitar
por completo el consumo de bebidas alcohólicas. Experimentalmente se ha
comprobado que hasta en concentraciones bajas puede provocarse daño”.
Las principales aportaciones
para el entendimiento del síndrome del feto alcoholizado han sido resultado de
los estudios experimentales que se hacen en animales, reconoció.
En el Laboratorio de
Inmunología de la FO actualmente se trabaja con la expresión de factores de
crecimiento, una familia grande de glicoproteínas que son moléculas encargadas
de regular los procesos de proliferación, diferenciación y secreción, es decir,
se encargan de la comunicación intracelular, célula-célula y célula-matriz
extracelular, que en el desarrollo embrionario son importantes para que un
órgano alcance su correcto desarrollo, aseveró.
Por la importancia de sus
investigaciones, tan sólo el año pasado dos artículos científicos de la
investigadora y sus colaboradores aparecieron en la portada de la revista
internacional Birth Defects Research especializada en teratología (estudio de
las malformaciones). "Podemos considerarnos un grupo pionero y el único en
México que trabaja este modelo (diente) con teratógenos", informó.
Lo que hacemos, subrayó, es
analizar el patrón o cambios que se presentan en las estructuras de tipo
carbohidrato durante el desarrollo dental y mandibular, y cómo se relacionan
con la morfología alterada ósea y dental.
La combinación de estos
factores nos ha permitido establecer una teoría de lo que ocurre en el caso
específico del órgano dentario cuando se presenta el síndrome del feto
alcoholizado, adelantó.
A pesar de que este estudio no
es nuevo –fue iniciado en la Universidad de Tohoku, Japón, a finales de los
años 80 por el doctor Juan Carlos Hernández Guerrero, también investigador del
Laboratorio de Inmunología de la FO–, es hasta ahora que la biología celular y
molecular nos abren las puertas para profundizar en este tema y dar un nuevo
enfoque a la investigación odontológica, especificó.
Además, para dar un entendimiento más claro del síndrome,
se ha establecido colaboración con especialistas en bioquímica de la Facultad
de Medicina, y otros más del Instituto Nacional de Neurología. "Formamos
un grupo bien consolidado e interactuamos no solo con odontólogos, sino con
médicos, patólogos y químicos", externó.
El modelo dental ofrece una
gama de información que nos puede llevar a entender cómo son los procesos que
generan daños no solamente en el diente, sino en otras estructuras como el
sistema nervioso central e inmunológico, finalizó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
María Dolores
Jiménez, del Laboratorio de Inmunología de la FO de la UNAM, aseguró que el
consumo de alcohol en mujeres embarazadas puede provocar defectos en el producto.
FOTO 02.
El consumo de
bebidas embriagantes puede provocar alteraciones en el tamaño del órgano
dentario y en la conformación de la corona dental, dijo María Dolores Jiménez,
de la FO de la UNAM.