Boletín
UNAM-DGCS-518
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Universitaria
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INVESTIGAN EN LA
UNAM LA ALIMENTACIÓN DE LOS HABITANTES DE TEOTIHUACÁN Y CAMPECHE
Expertos del Instituto de
Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM realizan un proyecto para
determinar la alimentación de los antiguos mexicanos en un sector de
Teotihuacán (Teopancazco), y el sitio arqueológico El Tigre, en Campeche, el
cual busca principalmente conocer el
aporte de carne, a partir de restos óseos humanos y de animales que contienen
información metabólica.
El jefe del Laboratorio de
Paleozoología de esa entidad, Raúl Valadez Azúa, y el estudiante de posgrado,
Bernardo Rodríguez Galicia, explicaron que el análisis de los huesos permite
estimar los hábitos alimenticios a través de la determinación de elementos
traza, como estroncio, bario y zinc.
En entrevista, detallaron que
el zinc manifiesta una dieta rica en recursos cárnicos; estroncio, alimentación
con alto contenido de vegetales, y el bario, en recursos marinos.
Así, el proyecto Arqueozoología
y elementos traza tiene entre sus objetivos obtener información científicamente
demostrable acerca de patrones de alimentación de antiguos mexicanos, que
habitaron entre el año 500 al mil de nuestra era, el centro de México y
Campeche.
El método de trabajo es tomar
muestras de huesos humanos y animales para hacer el conteo de elementos traza,
a partir de la hipótesis de que el acceso a la carne que tenían estas personas,
estaba determinado por esquemas sociales o tradiciones.
Con ello se destruiría la
creencia de que en el México antiguo el consumo de carne era un evento aislado,
en todos los niveles o épocas, idea desarrollada en siglos pasados por el hecho
de que en Norteamérica no existió el ganado doméstico.
En función de esta dieta,
apuntaron, se puede reconocer aspectos de organización social que tenían
impacto en el esquema de alimentación de estas personas.
De acuerdo con los
especialistas, las características que hacen al hueso resistente a la
degradación son las mismas que lo convierten en un excelente depósito del
pasado bioquímico y de la actividad nutricional del individuo en estudio.
El hueso, abundaron, contiene
además del fosfato de calcio y colágeno, otros elementos que se encuentran en
cantidades pequeñas como: aluminio, arsénico, bario, bromo, cloro, cobalto,
estroncio, vanadio, zinc, entre otros.
De éstos, agregaron, el
estroncio, bario y zinc pueden utilizarse como indicadores de la paleonutrición, ya que su presencia
dentro de la materia ósea está ligada a los patrones alimenticios de los
organismos.
Los restos humanos y animales
que forman parte de este esfuerzo, precisaron, son materiales que se obtienen
de los trabajos arqueológicos, tales como, el proyecto: Teotihuacán, elite y
gobierno, de Linda Manzanilla, y del sitio arqueológico El Tigre en Campeche,
del cual es responsable Ernesto Vargas.
Los expertos concluyeron que
en esta línea de investigación, iniciada en enero, habrá una colaboración con José
Luis Rubalcaba, del Instituto de Física de la UNAM, para el análisis de los
datos.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Raúl Valadez
Azúa, del IIA de la UNAM, y el estudiante de posgrado Bernardo Rodríguez
Galicia, buscan patrones de alimentación de los antiguos mexicanos en
Teotihuacán y Campeche.
FOTO 02.
Investigadores
del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM analizan huesos de
animales y humanos en el México prehispánico, para conocer las características
de su alimentación.