14:00 hrs.  24  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-386

Palacio de Minería


José Luis Calva (1)

José Luis Calva (2)

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

FRÁGIL, EL CRECIMIENTO SOSTENIDO POR EL PAÍS

 

 

De 2004 a la fecha el país ha mantenido un crecimiento sostenido “con alfileres” porque no se sustenta en instrumentos de largo plazo ni en una política macroeconómica, industrial, educativa o de recursos humanos en general, afirmó José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, durante la celebración del Seminario Nacional Agenda del Desarrollo 2006-2020.

 

“Si en México no ha pasado algo peor en cuanto a estallidos sociales es porque nos acostumbramos al estancamiento. Pero si alguien hubiera previsto a finales de los años 70 que los salarios mínimos nacionales perderían 69 por ciento de su poder adquisitivo y el de los campesinos productores de maíz 50 por ciento, no lo hubiéramos creído”, aseveró.

 

Esta situación ha significado para México la pérdida de billones de dólares entre 1983 y 2005, de ingresos que pudieron haberse generado si la economía mexicana se hubiera comportado conforme a su crecimiento potencial; es decir, de haberse aprovechado nuestra capacidad productiva existente.

 

En el Auditorio Bernardo Quintana del Palacio de Minería, reconoció que en América Latina no se puede regresar a manejos “populistas” de una variable macroeconómica. Pero el peligro más grave que se tiene es que haya temor al cambio, como ocurrió en Brasil, a impulsar las modificaciones políticas y económicas que la nación requiere.

 

Para Guadalupe Mántey, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FESA), el problema con la estrategia que se ha seguido y que debe modificarse, es que nos vuelve vulnerables a la volatilidad de los flujos de capital internacional.

 

Este no es sólo un problema de perfeccionar lineamientos, sino de analizar los riesgos que tienen los ya existentes, que nos hacen dependientes de decisiones ajenas, como el alza de las tasas de interés en Estados Unidos o un conflicto que pueda surgir en otro país latinoamericano y que cause incertidumbre a los inversionistas, sobre mercados emergentes como el de México, señaló.

 

En el Seminario organizado por diversas instituciones educativas, consideró que la política cambiaria, monetaria y crediticia es “terriblemente” vulnerable al comportamiento de los mercados internacionales.

 

Empero, se debería estar acostumbrado a este tipo de fenómenos porque la estabilidad del peso está sostenida por el influjo de capital externo. Si bien éste permite estabilizar el tipo de cambio y abatir la inflación, nos hace poco competitivos en los mercados y se agrava el déficit comercial, subrayó.

 

Guadalupe Mántey advirtió que se debe estar consciente de que en una crisis cambiaria se pueden perder reservas a razón de dos mil millones de dólares por día, como sucedió en Brasil. De hecho, en 1994 salieron de nuestro país 20 mil millones en un mes.

 

A su vez, Nora Ampudia, de la Universidad Panamericana, explicó que hoy día tenemos dos problemas, uno relacionado con los flujos de capital y otro con la inoperatividad de la política económica enfocada hacia el desarrollo. Es decir, nos caracterizamos por un buen comportamiento en cuanto a baja inflación, estabilidad de tipo de cambio y menor déficit fiscal, pero también por un nulo reflejo de estos éxitos en el sector económico, en especial en materia de empleo.

 

Recalcó que los problemas laborales son los que generan mayor desconfianza en la sociedad y los que influyen en la pobreza del país.

 

Por ello, el gran reto para el próximo gobierno es tener una visión de mediano y largo plazos, enfocada a la generación de empleos. Para ello, tendrá que aplicar una política monetaria, fiscal, cambiaria e industrial objetiva y centrada, argumentó.

 

En ese sentido, Arturo Guillén, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, dijo que el reto de la próxima administración será iniciar un programa que redistribuya el ingreso y permita un modelo de desarrollo distinto. No obstante, las resistencias al cambio son fuertes.

 

Indicó que no es nuevo que los fenómenos de ajuste de los mercados y de crisis financieras se presenten en ciertas coyunturas. “Tenemos un cambio en la política monetaria en EU que afecta a un mercado como el mexicano, que depende de los flujos especulativos del capital. Ello explica la sobrevaluación de la Bolsa, que no se ajusta en términos del comportamiento de la economía a real”.

 

En su turno, Marco Chávez, de El Colegio de México, detalló que el objetivo de una política económica que piense en las mayorías es la redistribución de la riqueza. Lamentablemente, las políticas públicas de estabilización y las reformas estructurales que hoy se instrumentan en México no lo conseguirán.

 

Por último, Germán Alarco, de la Universidad Panamericana, concluyó que hay factores externos en la caída del mercado de valores, y también endógenos, por lo que necesariamente la Bolsa se tendrá que ajustar, porque las ganancias obtenidas no tienen fundamento real.

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FOTO 01.

José Luis Calva, Arturo Guillén y Germán Alarco durante la celebración del Seminario Nacional Agenda del Desarrollo 2006-2020, en el Palacio de Minería de la UNAM.

 

FOTO 02

Guadalupe Mántey, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, dijo que la política cambiaria, monetaria y crediticia es vulnerable al comportamiento de los mercados internacionales.

 

FOTO 03

La especialista Nora Ampudia aseveró en la UNAM que los problemas laborales son los que generan mayor desconfianza en la sociedad y los que influyen en la pobreza del país.