Boletín
UNAM-DGCS-287
Ciudad Universitaria
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PROLIFERA EN MÉXICO LA PROSTITUCIÓN MASCULINA POR DEMANDA DEL TURISMO EXTRANJERO
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Señaló Gustavo de la Vega Shiota, académico
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
·
Esta actividad resurge en nuestro país en
los años 70 y aumenta en los 90
·
Adquiere auge como resultado de la pobreza
extrema, carencia de fuentes de empleo, conflicto de valores y búsqueda de
soluciones fáciles, agregó
La prostitución masculina en México se ha incrementado por la
creciente demanda del turismo extranjero, especialmente norteamericano. Esta
actividad resurgió en el país en los años 70 y proliferó en los 90, dijo
Gustavo de la Vega Shiota, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales (FCPyS) de la UNAM.
El académico aseguró que a pesar de la permanente censura moral,
también se vio impulsada por la pobreza extrema, la carencia de fuentes de empleo, el conflicto de valores y la
búsqueda de soluciones fáciles a problemas personales.
El maestro en sociología advirtió que pese a que en nuestro territorio
las autoridades tienen conocimiento de este fenómeno y saben que es un problema
de salud pública, carece de control y regulación.
Debido al tipo de actividad y a la escasa investigación al respecto,
puntualizó, no hay registros sobre la cantidad de servidores sexuales
masculinos –tal y como se autodenominan– existentes. Pero las principales
ciudades donde se practica son México, Monterrey y Guadalajara.
Se sabe, precisó, que cerca de 70 por ciento de su clientela son
homosexuales, y la ejercen niños, adolescentes y jóvenes, quienes al ser
entrevistados, arguyen que recurren a esta práctica por no tener recursos ni
empleo.
En
el caso de las urbes, especificó, el fenómeno es interesante, porque los sitios
donde se presentan los espectáculos para mujeres no son baratos y sus
asistentes son de clase media o alta. Son esposas de empresarios e
industriales, profesionistas, que argumentan estar descuidadas por su pareja
cuando se les pregunta. Otras son las divorciadas y viudas. Las casadas también
refieren que su cónyuge es desleal y, por tanto, corresponden de la misma
forma, añadió.
Antes de la liberación femenina en los años 70, las mujeres eran más
conformistas. El sexo era un acto de reproducción. Con el tiempo y mayor
información, difusión y reconceptualización, se dijo que el mismo derecho del
hombre lo tienen ellas en todos los aspectos, incluida la actividad coital;
pero se materializó hasta los 90, explicó el especialista.
A partir de entonces, indicó, la infidelidad femenina es más tolerada,
disimulada y aceptada. Ahora, incluso es un acto de prestigio, porque significa
que son maduras, seguras y de avanzada. Es equivalente al machismo y da cierta
reputación.
Ello, agregó, estuvo acompañado de un cambio en el mercado, con la
aparición de entretenimientos propios para mujeres, donde desfilan hombres con
cuerpos atléticos y bien formados, que además bailan o se mueven de manera
erótica.
Sin embargo, expuso, debido a los valores masculinos la prostitución
en varones no es tan censurada. Estos servicios, incluso son más solicitados
por las extranjeras, debido a que acuden a un territorio donde no corren el
riesgo de ser identificadas. En cambio, las locales tienen más limitaciones
para ello.
De la Vega Shiota aseveró que no es la primera vez que hay venta
carnal de este tipo en México; este fenómeno empezó a crecer en la década de
los 70, cuando los jóvenes del Pacífico la descubrieron como modo de empleo
fácil, placentero y de prestigio en sus grupos sociales.
En puertos como Vallarta, Mazatlán y, sobre todo, Acapulco, planteó,
acuden visitantes, en especial norteamericanos, que buscan al conocido
“lanchero” que, por sus características físicas –hombres morenos, regularmente
formados pero fornidos–, le resultan atractivos a las y los paseantes.
Los consumidores, mencionó, los persuaden para que les brinden
servicios, y sólo aplican la frase “toco y me voy”, sin ningún compromiso. En
la actualidad es así, porque con anterioridad se volvían sus amantes, que con
el tiempo les implicaba mayores gastos y exigencias.
Respecto a la Ciudad de México, el académico de la FCPyS manifestó que
los antros, cafeterías y bares donde se encuentra a los sexo–servidores se
encuentran sobre todo en colonias como la Roma y Zona Rosa; en Insurgentes,
entre la glorieta del Metro Chapultepec y Baja California; mientras que en el
sur también hay sitios de esta índole.
Igual que como sucede para promover la prostitución femenina, con la
masculina algunos varones entregan tarjetas en las calles, con información de
los prostíbulos. También muestran catálogos de hombres de diversas
características. Hay un repertorio de selección, señaló.
Gustavo de la Vega subrayó que en América Latina este comercio tiene
mayor fomento en Brasil y México, lo que no significa que en el resto de
naciones deje de practicarse. En el ámbito de la globalización, señaló, los
ofertantes de las grandes ciudades son promovidos mundialmente, pues se trata
de un fenómeno capitalista.
Dijo que en Asia también es abundante. En los casos de China, por
tradición hay venta de siervos; en tanto, en África todavía se puede comprar
una esclava. Pero, sale del concepto de pago por servicio sexual.
En Latinoamérica, los prostitutos tienen una característica:
fundamentalmente son adolescentes y jóvenes, entre 16 y 30 años de edad,
aclaró.
Luego
el sociólogo recordó que a pesar de que tanto la prostitución masculina como la
femenina son consideradas como un mal necesario, desde fechas recientes se
considera un “oficio” y se maneja con derechos laborales, agrupaciones y
sindicatos que luchan por su defensa.
Hablar del tema, apuntó, es referirse a la venta de un servicio de
placer carnal, que de origen se decía sólo lo practicaban las mujeres, lo cual
es falso.
En la Roma clásica, concluyó, ya se prostituían ambos sexos. En esa
época se alquilaban, vendían o prestaban mancebos o jóvenes. Ello obligó a
reglamentar la situación, de manera que el emperador Domiciano prohibió que
niños menores de 17 años participaran en esa actividad.
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PIES DE FOTO
FOTO 1.
Gustavo de la Vega Shiota, profesor de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, dijo que la prostitución masculina es
un fenómeno que en la actualidad carece de control y regulación.
FOTO 2
A partir de los años 90 creció la prostitución masculina por la mayor demanda de turismo extranjero, señaló Gustavo de la Vega Shiota, profesor de la FCPyS de la UNAM, quien dijo que 70 por ciento de la clientela son homosexuales.