Boletín
UNAM-DGCS-230
Ciudad
Universitaria
·
Indicó Alejandro Astorga Almanza,
especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
·
La lógica del mercado ha avanzado más
rápidamente que las medidas punitivas y las de disuasión y contención, sostuvo
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Se ha pasado de ser un país de tránsito de
drogas a un potencial consumidor de éstas, advirtió la especialista Sigrid Arzt
·
Participaron en la mesa Sociohistoria del
tráfico de drogas en México, en el marco del Seminario Interinstitucional sobre
Violencia
La corrupción de las autoridades en distintos
niveles ha facilitado el desarrollo de organizaciones de narcotraficantes en
México. Una larga historia de deshonestidad institucionalizada ha creado
hábitos difíciles de modificar, consideró
Luis Alejandro Astorga Almanza, especialista del Instituto de
Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Durante la mesa Sociohistoria del tráfico de
drogas en México, en el marco del Seminario Interinstitucional sobre Violencia,
apuntó que el desplazamiento de un partido hegemónico en el poder y un Congreso
donde ninguna de las tres principales fuerzas tiene mayoría, abrieron la
posibilidad de comenzar a desarticular los nexos históricos y estructurales
entre algunos grupos que habían combinado la vida política y el tráfico de
drogas.
Según el investigador, de acuerdo con los
índices oficiales para medir los resultados de la lucha antinarcóticos, ha
habido avances. En realidad, la situación ha empeorado y aunque se han obtenido
más decomisos y capturas, cada vez hay más producción y mayor cantidad de gente
en este negocio.
En otros términos, señaló, la lógica del
mercado ha avanzado más rápidamente que las medidas punitivas y las de
disuasión y contención, puestas en
práctica desde principios del siglo XX.
El mensaje pareciera ser que mientras la
violencia se mantenga en niveles mínimos o tolerables socialmente, el negocio
puede continuar y desarrollarse hasta cierto límite, siempre y cuando no
intenten controlarlo minorías indeseables, detalló.
En el evento que tuvo lugar en el Auditorio
Principal de la Coordinación de Humanidades, Astorga Almanza dijo que,
paradójicamente, a mayores avances democráticos en la sociedad mexicana han
correspondido medidas que implican una mayor y más acelerada presencia militar
en los aparatos de seguridad en el país, como si el escenario inmediato más
probable fuera la guerra y no la esperanza de un proceso civilizatorio.
El
combate a los estupefacientes es un conflicto interminable, hasta convertirse
en un asunto de seguridad nacional, es eternizar la presencia castrense en su
erradicación, adoptar de manera mecánica la tesis del presunto vínculo
indisoluble de que terrorismo y tráfico de drogas desemboca en esa misma
estrategia, indicó.
Por su parte, Sigrid Arzt, directora de la
asociación Democracia, Derechos Humanos y Seguridad, advirtió que México ha
pasado de ser un país de tránsito a un potencial consumidor de estupefacientes.
Cuestionó
hasta qué punto los sectores civiles se han beneficiado de mantener en cierto
grado de fragilidad a entidades que han buscado mecanismos de
profesionalización o de hacerse con mejores herramientas criminógenas para
combatir fenómenos como éste.
Sin
duda, añadió, la seguridad nacional y el narcotráfico son hoy un problema, pero
habría que ver de qué manera ha sido modificado. Se debe puntualizar que la
manera como éstos son interpretados desde la administración oficial varía y
hoy, sin duda, ponen en evidencia que se arrastra una profunda debilidad
institucional.
Sugirió
la posibilidad de hacer un llamado a los legisladores para que exijan a las
autoridades a demostrar que en efecto, se incide en la problemática de la
delincuencia organizada.
Si
no se acaba con este flagelo, si esta situación no se comienza a trabajar, se
pueden llegar a conformar territorios aislados, adelantó.
Finalmente,
llamó a preguntar si como sociedad se quiere tener una policía militarizada, e
involucrar a una institución que ha estado lejana del escrutinio político en
tareas que demandan erradicar más violencia de la que se ha visto, y discutir
hasta dónde debe llegar el Estado con estos actos ilícitos.
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FOTO 1
La especialista
Sigrid Arzt advirtió en la UNAM que México ha pasado de ser un país de tránsito
a un potencial consumidor de estupefacientes.
FOTO 2.
Luis Alejandro Astorga, del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM, participó en la mesa Sociohistoria del
tráfico de drogas en México, en el marco del Seminario Interinstitucional sobre
Violencia.