Boletín
UNAM-DGCS-218
Ciudad Universitaria
DEBEN CIENTÍFICOS INCLUIR AL FORMALDEHÍDO EN LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD
DEL AIRE
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Afirmó Agustín García
Reynoso, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM
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Es un compuesto
químico cuya exposición merma la esperanza de vida actual, pues puede ser
causante de cáncer e incrementa sus efectos si se mezcla con sustancias como el
benceno, explicó
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Dictó la conferencia Evaluación de riesgos ambientales en la Ciudad de México
Los científicos encargados de analizar la calidad del aire deberían prestar mayor atención al formaldehído, compuesto químico cuya exposición merma la esperanza de vida actual, pues puede ser causante de cáncer e incrementa sus efectos si se mezcla con sustancias como el benceno, afirmó Agustín García Reynoso, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Al dictar la conferencia Evaluación de riesgos ambientales en la Ciudad de México, el especialista añadió que hasta ahora sólo se estudian las concentraciones de ozono, bióxido y monóxido de carbono, así como de óxidos de nitrógeno. Por ello, se requieren controles más estrictos de ese y otros contaminantes en los procesos industriales, para que las emisiones disminuyan.
Explicó que su presencia se
agrava si se considera que un ser humano consume alrededor de un kilogramo de
alimentos, cinco de agua y 20 kilogramos de aire al día.
Al hablar sobre análisis de
riesgos, García Reynoso recordó que se emplea en la toma de decisiones tanto
“en la salud humana como en el ambiente”. Es la cuantificación de las
consecuencias del peligro. El factor unitario se refiere a “cuánto puede
contribuir una concentración en el aire a que se incremente la probabilidad de
desarrollar una enfermedad cancerosa o no”.
Algunas fuentes pueden ser
ciertas sustancias químicas persistentes en el entorno, que causan molestias o
afectación a la salud, desde irritación de los ojos por ozono, hasta neoplasias
a causa del benceno o el formaldehído, expuso. Este último está presente en el
aire, cuya exposición y efectos deben ser estudiados con más detalle, refirió.
El científico detalló que en
la atmósfera existen compuestos que se clasifican en dos grandes grupos: los
contaminantes criterio (como bióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido
de carbono, partículas y plomo) y los tóxicos.
Los primeros provienen de
fuentes vehiculares, industriales y de la actividad cotidiana: al consumir gas
para bañarse o utilizar pinturas con base en aceite para las casas. Algunos se transforman y derivan en
productos tóxicos secundarios, como el ozono, aclaró.
Pero también existen otros
emitidos en cantidades menores. Son sustancias identificadas como cancerígenas
o mutagénicas que aún no están legisladas en México, advirtió.
Aunque, reconoció, ya hay
esfuerzos por generar un inventario de ellos, como el acetaldehído,
formaldehído, cloro, benceno y compuestos orgánicos persistentes, como los insecticidas.
García Reynoso señaló que una
de las maneras de medir el riesgo en la salud humana es mediante el número de
casos o incidencia de una enfermedad o por la pérdida de esperanza de vida. En
el caso del formaldehído hay estudios donde se ha comprobado que puede generar
cáncer en las vías respiratorias de animales. En Estados Unidos se tienen 124
casos al año de neoplasias atribuibles.
A través de evaluar la
exposición a contaminantes se puede caracterizar la probabilidad de ocurrencia
de un malestar o de la misma muerte. Es
decir, precisó, existe posibilidad de desarrollar una neoplasia al insertarse
en situaciones o factores de riesgo, como fumar o trabajar con solventes.
El formaldehído ambiental,
concluyó, es un compuesto importante en atmósferas contaminadas debido a su
reactividad y a sus efectos en la salud. Se encuentra en zonas rurales y
urbanas y también se genera por procesos fotoquímicos.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Agustín García
Reynoso, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM,
sugirió prestar mayor atención al formaldehído, causante de cáncer.
FOTO 02.
Al dictar la conferencia Evaluación de riesgos
ambientales en la Ciudad de México, Agustín García, del CCA de la UNAM, explicó
que se requieren controles más estrictos de contaminantes en procesos
industriales.