Boletín
UNAM-DGCS-184
Ciudad
Universitaria
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PARTICIPA UNAM EN PROYECTO PARA ANALIZAR LOS CONTAMINANTES DEL AIRE DE LA CIUDAD DE MÉXICO
La UNAM participa
en un proyecto para analizar la transformación y el transporte de contaminantes
del aire generado por las megaciudades, tomando como objeto de estudio la
Ciudad de México.
Carlos Gay, director del Centro de
Ciencias de la Atmósfera, destacó en una ceremonia efectuada en el Teatro del
Museo de las Ciencias Universum, que la Universidad Nacional tiene una
intervención destacada dentro de esta propuesta monumental, el cual es
realmente importante para el planeta.
Agregó –acompañado por Rick Petty, Bruce
Doddridge y Anne Mari Schmoltner, además de Julia Tagüeña, directora general de
Divulgación de la Ciencia– que participan más de cien instituciones nacionales
y de Estados Unidos; asimismo, alrededor de 400 investigadores, de los cuales
70 son mexicanos, a los que deseó éxito y la generación de millones de datos a
los especialistas.
Por su parte, Luisa Molina, coordinadora
general del Proyecto Milagro, sostuvo que preocupan las megaciudades por
diferentes circunstancias, fundamentalmente sus impactos a escala local, como
los daños a la salud y cambios a la meteorología urbana; y a nivel regional,
con afectaciones a la agricultura y ecosistemas naturales, además de menor
visibilidad.
Explicó que estas urbes son aquellas que
tienen más de 10 millones de habitantes, las cuales han ido en aumento en los
últimos años. En 1950 sólo existía una: Nueva York; para 1995 eran 14, y en el
2015 se calcula que serán 21. En cuanto a las de cinco a 10 millones, en 1995
había siete; en el 2015 se estima que sean 37.
Se intenta responder a través del
Proyecto, cuál es la magnitud temporal y espacial de la nube de contaminantes
de las megaciudades, cómo y dónde se eliminan los elementos nocivos urbanos de
la atmósfera, y cuáles son los impactos regionales y globales de estas nubes de
polución, informó.
Sus cuatro componentes son, en primer
lugar, Mexico City Metropolitan Area-2006 (MCMA-2006). Éste estudiará las
emisiones y concentraciones dentro de la cuenca de la Ciudad de México, a
través de mediciones de aerosoles, compuestos orgánicos volátiles (COVs) y
otros gases.
Además de la radiación solar y parámetros
meteorológicos en diferentes puntos de la Zona Metropolitana del Valle de
México (ZMVM). Su análisis servirá para establecer los patrones de exposición
de la población a estos tóxicos y sus efectos sobre la salud.
En segundo, Megacity Aerosol Experiment in Mexico City (MAX-Mex). La campaña
abordará la formación y los cambios de composición de los aerosoles, la
distribución de su tamaño, el coeficiente de dispersión de luz, el de
absorción, y la profundidad óptica.
Asimismo, la incorporación específica del
hollín y los flujos de radiación en localizaciones verticales y horizontales,
seleccionadas en el aire de salida de un núcleo citadino bien caracterizado.
El estudio de campo programado se
concentrará en la identificación química, física y óptica de los aerosoles, su
transformación, incluyendo el envejecimiento de las partículas carbonáceas
durante su salida hacia las zonas regionales, y los efectos de la pluma de los
mismos que en la ciudad cobre el balance de radiación, dentro y cerca de esta
fuente urbana.
El siguiente, Megacity Impacts on
regional and Global Environments (MIRAGE-Mex), tiene como fin incrementar el
conocimiento sobre la manera en que las megaciudades del mundo afectan la
química del aire a escala regional y global, y cómo esto a su vez puede
influenciar el sistema meteorológico y el clima. Para lograrlo se realizará una
extensa serie de observaciones del estado químico y físico de la atmósfera, en
las regiones circundantes a la Ciudad de México.
Por último, el Intercontinental Chemical Transport Experiment-Phase B (INTEX-B)
hará énfasis sobre el aspecto regional-global del Proyecto, con vistas de dos
aeronaves, así como de diversos satélites. Una de ellas proporcionará datos
detallados de la química y aerosoles, mediante un sistema de muestreo directo
de aire y sensores remotos de láser, mientras la segunda máquina se enfocará en
aerosoles y sus impactos de radicación. Ambas harán análisis desde el Golfo de
México hasta la ZMVM.
Acerca de porqué se eligió a la Ciudad de
México como caso de estudio, Luisa Molina detalló que es una megaciudad
representativa de latitud tropical, por la existencia de inventarios de
emisiones y observación de calidad del entorno confiables, por experiencias
previas de excelente colaboración
científica con grupos mexicanos, además de la magnífica infraestructura
logística, y las campañas de investigación previas.
Se contará, indicó, con tres supersitios
de monitoreo ubicados en el Instituto Mexicano del Petróleo, en el Distrito
Federal; la Universidad Tecnológica de Tecámac, Estado de México, y el Rancho
La Bisnaga, cerca de Tizayuca, Hidalgo.
Respecto a los beneficios de la campaña,
destacó que de ella resultará la primera evaluación de la calidad del aire a
nivel regional; habrá un mejor entendimiento de la importancia relativa de
diferentes fuentes (urbana, incendios de biomasa, natural); mejora de modelos
meteorológicos y de situación aérea; mayor entendimiento de los procesos que
eliminan y transforman la contaminación atmosférica; oportunidades educativas
para estudiantes en México y en los Estados Unidos; posibilidades de
colaboración para investigadores y personal técnico de gobiernos estatales y
locales.
Luisa Molina agregó
que el Proyecto irá acompañado de un programa educacional, que incluirá visitas
guiadas a los sitios de monitoreo; información a través de un portal en
Internet (Windows to the Universe); talleres especializados para técnicos, posgraduados, niños y jóvenes, así como
exposición de carteles y conferencias de divulgación científica.
Es importante
resaltar que entre las instituciones mexicanas que participan, además de la
UNAM, están el Centro Mario Molina, la Comisión Ambiental Metropolitana, el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Fuerza Aérea Mexicana; los institutos
de Investigaciones Eléctricas, Mexicano de Tecnología del Agua, Nacional de
Salud Pública; las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Educación
Pública, de Gobernación, de la Defensa Nacional y la de Marina; y las
universidades Autónoma Metropolitana, de San Luis Potosí, del Estado de Morelos
y la Veracruzana.
De las
instituciones extranjeras sobresalen la National Aeronautics and Space
Administration (NASA), el National Center for Atmospheric Research (NCAR), la
National Science Foundation (NSF), y las universidades de Harvard, de
California, Hawaii y Houston.
-oOo-
FOTO 1
Científicos y
autoridades se reunieron en el Teatro del Museo de las Ciencias Universum de la
UNAM, para analizar la transformación y el transporte de contaminantes del aire
generado por las megaciudades.
FOTO 2.
Carlos Gay,
director del Centro de Ciencias de la Atmósfera, informó que la UNAM colabora con
más de cien instituciones nacionales y de Estados Unidos, para estudiar los
contaminantes de la Ciudad de México.
FOTO 3
Luisa Molina,
coordinadora general del Proyecto Milagro, sostuvo en la UNAM que se intenta
responder cuál es la magnitud temporal y espacial de la nube de contaminantes
de las grandes urbes.