Boletín
UNAM-DGCS-897
Ciudad Universitaria
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final del boletín
INJUSTA, LA
DISTRIBUCIÓN DE LA ATENCIÓN A LA SALUD EN NUESTRO PAÍS
·
Afirmó Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito de la
Facultad de Medicina de la UNAM
·
Participó en el Simposio Internacional Bioética, salud
y justicia social, inaugurado por el director de la FM, José Narro
·
El avance científico se opone a rezagos sociales
como la carencia de agua potable y drenaje que sufren miles de seres humanos,
señaló el titular de esa entidad
·
También intervinieron Alexander Capron, y Thomas
Pogge, de la International Association of Bioethics
La distribución de la atención
a la salud en México es injusta y viola los derechos de una parte importante de
la población, lo que representa una falta de ética, advirtió Ruy Pérez Tamayo,
profesor emérito de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Añadió que el acceso desigual
a la atención médica es un problema porque interfiere con los fines específicos
de la medicina, durante el Simposio Internacional Bioética, salud y justicia
social, el cual fue inaugurado por el director de la FM, José Narro Robles,
quien indicó que hoy más que nunca la inestabilidad, ambición y desesperanza
son una realidad más que una amenaza para los seres humanos.
Ejemplificó los contrastes que
se dan entre los avances de la ciencia y los rezagos de la sociedad, al
precisar que más de 2 mil 200 millones de seres humanos no tienen acceso a
sistemas sanitarios, y más de mil 200 millones no tienen agua potable en pleno
siglo XXI, al tiempo que en algunos países de África la esperanza de vida es de
40 años.
Al retomar su exposición en
este Simposio organizado por la FM, el Colegio de Bioética AC y la
International Association of Bioethics, Ruy Pérez precisó, que los objetivos de la atención médica son
preservar la salud, curar o aliviar y siempre acompañar y consolar al enfermo, así como evitar las
muertes prematuras e innecesarias, los
cuales se cumplen mejor cuando la relación médico-paciente es óptima, se establece en forma oportuna, hay
capacidad profesional y las instituciones cuentan con los medios para ello.
Por lo tanto, todo lo que
favorezca ese binomio será éticamente bueno y todo lo que interfiera con
ello, malo. La escasa o nula
accesibilidad a este tipo de servicios de un sector importante de la población,
sea por problemas educativos, geográficos o económicos, dificulta todo el
proceso y por lo tanto es una falta médica, refirió.
El también presidente del
Colegio de Bioética AC, afirmó que en el país existen tres grandes sistemas de
atención a la salud, entre ellas las instituciones privadas que atienden al
sector económicamente más favorecido,
que no es mayor al diez por ciento.
Los institutos Mexicano del
Seguro Social (IMSS) y el de Seguridad y Servicios Sociales para los
Trabajadores del Estado (ISSSTE), entre otras, tienen afiliados a empleados
asalariados y sus familiares, que suman 40 por ciento de la población, detalló.
Por su parte, la Secretaría de
Salud, con sus institutos nacionales, otorga servicios al resto de los habitantes, la mayor parte de ellos de
comunidades rurales, agregó.
Pérez Tamayo apuntó que el
presupuesto per cápita en cada una de estas tres ramas es diferente, lo que se
refleja no sólo en la distinta
accesibilidad a las tecnologías
diagnósticas y terapéuticas de segundo y tercer nivel, sino en la calidad de la
atención médica de primer nivel.
El experto recordó que la injusticia
social en México es un problema que data del siglo XVI, cuando se establecieron
dos clases sociales en la Nueva España.
Así, ésta también incluye la atención insuficiente a la educación,
comunicaciones, y saneamiento ambiental.
Pérez Tamayo apuntó que en
nuestro país la toma de conciencia de esta situación ha llevado a intentar
remediarlo con el Seguro Popular, cuyo objetivo es hacer accesible la atención
a la salud a la población que hasta ahora no ha tenido ese beneficio.
Sin embargo, expuso que los
problemas que deben resolverse son muchos y complejos, ante la limitación de
los recursos y la insuficiencia de instituciones y equipos para enfrentar la
demanda con una oferta de buena calidad.
Precisó que el trabajador
libre que adquiere un seguro popular
puede asistir cuando su salud lo requiere a las instancias ya existentes, pero éstas ya se encuentran
sobresaturadas por la demanda, siempre mayor que sus capacidades.
Pese a ello, reconoció, no se
construyen nuevas instituciones no sólo
para aliviar a las que ya existen, sino para poder ofrecer servicios de calidad
a la nueva avalancha de pacientes
creada por el seguro popular.
En su oportunidad, Thomas
Pogge, de la International Association of Bioethics, ofreció una conferencia en
la que expuso que el régimen de patentes provoca que los fármacos no puedan ser
pagados por los pobres. Si dicho sistema se impone en las poblaciones
desposeídas, al quitarles el acceso a los genéricos, no tiene ninguna
justificación moral.
El también doctor en Filosofía
de la Universidad de Harvard hizo una propuesta alternativa que consiste en
instituir, además de las patentes existentes, una nueva que podría denominarse
“número dos”, la cual no permitiría a los inventores cobrar precios de
monopolio, sino por el contrario, cualquiera tendría acceso a este
conocimiento, lo que propiciaría una
competencia de mercado libre en la manufactura
y fabricación del medicamento.
Así su precio bajaría casi al
costo marginal de producción. El incentivo para inventar nuevos fármacos sería
un pago con fondos públicos, en
proporción al impacto del remedio en la
carga de enfermedades y en beneficio de la salud pública, explicó.
En la inauguración del Simposio, que se efectuará hasta
el 11 de noviembre, también participó Alexander Capron, presidente de la
International Association Bioethics, quien concluyó que cuando se habla de
bioética existen diferentes puntos de vista de acuerdo a las distintas
culturas, en temas tales como los embriones o los fetos o el genoma humano,
entre otros.
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FOTO 01
José Narro
Robles, director de la FM de la UNAM, inauguró el Simposio Internacional Bioética,
salud y justicia social, donde reconoció que grandes poblaciones carecen de
servicios sanitarios.
FOTO 02
El Simposio
Internacional Bioética, salud y justicia social, efectuado en la Facultad de
Medicina de la UNAM, contó con una amplia asistencia de jóvenes universitarios.
FOTO 03
Alexander Capron, presidente de la
International Association Bioethics, señaló en la UNAM que cuando se habla de
bioética existen diferentes puntos de vista de acuerdo a las distintas
culturas.
FOTO 04
Ruy Pérez Tamayo,
profesor emérito de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirmó que la ética
médica consiste en preservar la salud, curar o aliviar, y siempre
acompañar y consolar al enfermo.
FOTO 05
Thomas Pogge, de
la International Association of Bioethics, habló en la UNAM del régimen de
patentes, el cual provoca que los fármacos no puedan ser pagados por los
pobres.