Boletín UNAM-DGCS-810
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al
final del boletín
·
Señaló Luis Alberto Vargas, del Instituto de
Investigaciones Antropológicas de la UNAM
·
Ello a pesar de ser una actividad cotidiana
en la cual se empeña tiempo y esfuerzo, agregó
·
Participó en el XIV Congreso
Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán
La alimentación, una actividad cotidiana
en la cual se empeña tiempo y esfuerzo, ha sido un tema poco atendido en los
estudios antropológicos, consideró Luis Alberto Vargas, del Instituto de
Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Al intervenir en el
XIV Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán,
agregó que la mayor parte de los trabajos etnográficos al respecto se
restringen a listas de productos consumidos en las cocinas. Por otra parte, no
se hace ningún énfasis en la forma de preparación, ingesta y demás aspectos que
tienen que ver con el proceso biocultural alimentación-nutrición, y mucho menos
el papel que juega en la medicina.
Al explicar en qué
consiste este último fenómeno, señaló que destaca el hecho de que en la
alimentación del ser humano está involucrada su naturaleza morfológica corporal
y está influida por la cultura. Por ejemplo, un novio invita a su pareja a
tomar un café, un pastel; en realidad no busca que ella se hidrate o recupere
la energía perdida, sino una oportunidad para lograr intimidad durante la
conversación.
Luis Alberto Vargas
resaltó que los alimentos son transformados de dos formas: de manera
físico-química, y de ser un producto de la naturaleza en uno cultural, es
decir, en platillos y bebidas. En el caso de los sistemas médicos, en muchos de
ellos se encuentra que las viandas son utilizadas para dos cuestiones
fundamentales: el fomento de la salud y como parte del tratamiento terapéutico,
área que no ha sido estudiada en las etnomedicina y la cual se debe explorar
mucho más.
No puede olvidarse,
indicó, que los nutrimentos juegan un papel esencial en la vida, y que muchas
veces pueden tener otro distinto. Por ejemplo, el epazote, el cual utilizado en
pequeñas cantidades es un excelente condimento; pero si es usada en cantidad
mayor se tiene un medicamento eficaz contra las lombrices intestinales, y si se
excede es un veneno que puede llegar a matar.
En la Antigua
Escuela de Medicina, donde ofreció la conferencia magistral Alimentación y
etnomedicina, Luis Alberto Vargas recalcó, por otra parte, que la ciencia
actual ha demostrado que algunos productos alimenticios se pueden transformar
en nutracéuticos, es decir, comida que al mismo tiempo tiene un poder
farmacológico.
Un ejemplo es la
soya, la cual se consume en los países de oriente y en donde se ha visto que
las mujeres tiene menos problemas con la menopausia que las occidentales, “lo
cual se deba al hecho de que los componentes de la soya tienen una actividad
parecida a los estrógenos, y que probablemente esto ayuda a que la transición
durante el climaterio sea mejor”.
El investigador
comentó que se acostumbra comer lo que es familiar, pero si va con el médico
por diabetes, impondrá una dieta con alimentos no degustados con frecuencia.
Esa situación es para los pacientes comunes y corrientes difícil, y cuando se
está en situaciones interculturales, como sería el caso de los nosocomios para
indígenas en América Latina, se observa que resulta insatisfactoria pues se
enfrentan a una comida totalmente occidentalizada.
De esa manera,
insistió, el conocimiento sobre las formas de alimentación juega un papel
importante también en aquella parte de la etnomedicina, donde se adecuan los
servicios de salud para las necesidades de los pacientes.
Los retos en alimentación y etnomedicina
en nuestro país son reconocer la ingesta tradicional, identificar aquellos
productos que son valiosos, rescatar recetas y formas de preparación sanas,
baratas e higiénicas y reincorporarlos a nuestra dieta, añadió.
Al mismo tiempo,
tratar de controlar –no se puede eliminar– el exceso de consumo de ciertos
productos, freír exageradamente e ingerir gran cantidad de grasas, que son
responsables de la epidemia de obesidad que se vive en este momento, concluyó.
-oOo-
FOTO 01.
Algunos productos alimenticios se
pueden transformar en nutracéuticos, comida que al mismo tiempo tiene poder
farmacológico, consideró Luis Alberto Vargas, del IIA de la UNAM.
FOTO 02
Luis Alberto Vargas, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, participó en el XIV Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán .