Boletín UNAM-DGCS-771
Ciudad Universitaria
![]() |
Pie de fotos al
final del boletín
AÚN NO IMPLEMENTAN LOS JOVENES CONDUCTAS PARA PREVENCIÓN DEL SIDA: FÁTIMA FLORES
·
Aseguró la académica de la Facultad de
Psicología de la UNAM, a pesar de tener información
·
Entre ellos existe poco nivel de
diferenciación entre el VIH y SIDA, y el uso del condón está asociado más a evitar
un embarazo, que esta enfermedad, indicó
·
Es preciso disminuir el estigma y la
discriminación relacionados con este mal, consideró Carlos Magis, director de
Investigación Operativa del CENSIDA
·
Participaron en la mesa redonda Reflexiones
acerca de la investigación e intervención en poblaciones vulnerables en el
contexto del VIH/SIDA
A pesar de tener la
información, los jóvenes no implementan conductas para prevenir el SIDA, afirmó
Fátima Flores, profesora de posgrado de la Facultad de Psicología (FP) de la
UNAM.
En este sector de la población
no hay coherencia entre el discurso y la práctica. Entre ellos existe poco
nivel de diferenciación entre el VIH y SIDA, y el uso del condón está asociado
más a evitar un embarazo, que esta enfermedad, indicó.
Al participar en la mesa
redonda Reflexiones acerca de la investigación e intervención en poblaciones
vulnerables en el contexto del VIH/SIDA, la académica dio a conocer algunos
resultados de su investigación Representación social. Género y salud, donde informó
que hasta el momento se han encontrado en ese padecimiento elementos
psicológicos como el miedo, el yo distante y la defensa frente al estigma.
Esto incluye también el
rechazo y la representación social de la persona, porque en ella existe un sentimiento
de degradación presente en el nivel de afrontamiento de esta enfermedad,
puntualizó en el auditorio “Luis Lara Tapia” de la FP.
En las personas que viven con
VIH/SIDA se observan diversos mecanismos de reacción frente al mal. En lo
psicológico, existe una incredulidad ante el padecimiento, sentimientos de
rechazo hacia sí mismo y motivación ante la muerte. Hay desesperanza, lo cual
genera episodios de angustia, depresión y brotes de ansiedad, que repercuten en
la salud mental del enfermo, refirió.
Asimismo, abundó, hay un
aislamiento y distancia del contexto afectivo; trabajo interno como herramienta
de asimilación; episodios proyectivos y fantasías del futuro como defensa
frente al miedo a fallecer; además, hay una reconstrucción de eventos importantes
de su historia y la búsqueda de motivos que lo llevaron a esa situación.
A su vez, Carlos Magis,
director de Investigación Operativa del CENSIDA, aseveró que las campañas
generalizadas no sirven, hacen falta otras enfocadas a grupos específicos, es
decir, aquellos que tienen comportamientos sexuales o conductas de riesgo bien
definidas.
En la actualidad, mencionó,
hay pocos estudios sobre la prevención de VIH en México; no obstante, es mayor
la prevalencia entre personas que intercambian jeringas y los hombres que
practican el sexo con personas de su mismo género.
Al hacer campañas específicas,
subrayó, no se busca inducir a nadie a la homosexualidad o al uso de las drogas
u otras sustancias, porque se dirigen a quienes ya son usuarios y homosexuales;
lo único que se quiere es evitar la infección.
Asimismo, es preciso disminuir
el estigma y la discriminación relacionados con la enfermedad y grupos más
afectados, ya que se consideran factores que dificultan los esfuerzos de
prevención y atención, para lo cual también es indispensable la colaboración de
distintos sectores, consideró.
Por su parte, María Luisa
Estrada, del Programa Estatal VIH/SIDA Morelos, indicó que la situación actual
de esta pandemia en esa entidad tiene una tendencia descendente, tanto de la
morbilidad como de la mortalidad.
Se han incrementado más el
número de transmisiones sexuales perinatales y las asociadas a usuarios de
drogas inyectables. Esto llama la atención porque es un estado central que no
estaba vinculado con el uso de estupefacientes, refirió.
La prevalencia en las mujeres,
indicó, es de cuatro a uno en comparación con la nacional, que es de seis a
uno. Asimismo, la transmisión activa entre la población heterosexual es de 59.5
por ciento de los casos, mientras en la homosexual, incluyendo bisexuales, es
de 34.2 por ciento.
En su oportunidad, René Leyva,
investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, habló sobre un trabajo
hecho con migrantes de Centroamérica y México y señaló: “Pensar en que se va a
hacer una política regional para prevenir el VIH/SIDA y atender a personas
infectadas en la frontera, es una equivocación”.
En la actualidad, destacó, hay
una escasa experiencia en el desarrollo de estrategias preventivas para la
atención de estos grupos migrantes; existen escasas redes sociales de apoyo,
así como procesos de estigma y discriminación.
No obstante, puntualizó, los
resultados de esta investigación han permitido visualizar el problema político
de la frontera Sur. Junto con ello, se han asignado recursos importantes para
trabajar el asunto de la movilización fronteriza y su relación con el contagio
de VIH/SIDA.
También, la información
generada a partir de este análisis ha servido para la toma de decisiones en el
ámbito de la salud pública, pero basada en la evidencia, concluyó.
-oOo-
FOTO 01.
Pese a contar con
la información necesaria, los jóvenes no implementan conductas para prevenir el
SIDA, alertó Fátima Flores, profesora del Posgrado de la Facultad de Psicología
de la UNAM.
FOTO 02
Carlos Magis,
René Leyva, María Luisa Estrada y Fátima Flores durante la mesa redonda
“Reflexiones acerca de la investigación e intervención en poblaciones
vulnerables en el contexto del VIH/SIDA”, efectuada en la UNAM.