06:00 hrs.  28 de Septiembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-747

Ciudad Universitaria

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CONTINÚA LA ALTERACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, PESE A LAS ADVERTENCIAS DE LA NATURALEZA

 

·        Advirtió Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM

·        El investigador universitario dijo que en el próximo siglo la temperatura del planeta aumentará entre 1.5 y 6 grados

·        Javier Urbina Soria, de la FP, aseveró que la mayoría de la gente tiene dificultades para comprender las probabilidades de un desastre ambiental en el mundo

·        Ambos participaron en el “Primer Coloquio sobre las dimensiones psicosociales del cambio ambiental global”

 

Pese a las advertencias que la naturaleza se ha encargado de darle a la sociedad, como el huracán Katrina en Nueva Orleáns, Estados Unidos, y de que en el próximo siglo la temperatura del planeta se incrementará entre 1.5 y 6 grados centígrados, continúa la afectación al medio ambiente, aseguró Carlos Gay García, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

 

Durante su participación en el “Primer Coloquio sobre las dimensiones psicosociales del cambio ambiental global”, organizado por las Facultades de Psicología (FP) y Arquitectura (FA), el investigador universitario calificó de preocupante “la indolencia de la gente” ante esta situación.

 

Informó que en los últimos 150 años la Tierra se ha calentado poco menos de un grado centígrado. No obstante, se estima que para el 2100 habrá un incremento de entre 1.5 y casi 6 grados. “No sabemos qué puede ocurrir con esa temperatura porque no está en nuestra experiencia. Sin embargo, son escenarios que se deben prever o por lo menos dar una idea de lo que puede ocurrir y estar mejor preparados”.

 

Advirtió sobre la necesidad de buscar la forma de transmitir a la sociedad en general este conocimiento. Porque, si bien se sabe que tarde o temprano en el país ocurrirá un sismo, no se conoce con precisión cuándo, porque es impredecible. Pero el aumento calorífero “casi lo podemos fechar. No conviene quedar al margen, hay que actuar”.

 

En la Sala del Consejo Técnico de la FA, Gay García dijo que hay evidencia de que el calentamiento global continuará en el siglo XXI. Este proceso ha sido gradual, y así seguirá, dando tiempo a que las naciones puedan manejar sus efectos, “siempre y cuando respondan como debe ser”.

 

Sin embargo, consideró factible que este fenómeno pudiera frenar la corriente del Golfo, lo que ocasionaría inviernos más intensos, pérdida de la humedad del suelo, y vientos en regiones del globo, donde se produce significativa cantidad de alimentos.

 

Investigaciones recientes indican que una vez superada cierta temperatura umbral, ésta va a sufrir caídas de hasta cinco grados en una sola década. Tales cambios podrían desencadenar conflictos por la escasez de comida, agua potable y la dificultad en el acceso a la energía, advirtió.

 

El escenario que se presenta es de menos dos grados sobre Asia y Centroamérica, en Australia temperaturas más frías, la sequía se prologa por décadas en regiones agrícolas y pobladas de Europa, tormentas de invierno e intensificación de los vientos. “Por ello, es necesario crear mejores modelos de predicción y de impactos”, reveló el integrante del CCA.

 

Al respecto, Javier Urbina Soria, académico y ex director de la FP, aseveró que la mayoría de la gente tiene dificultades para comprender las probabilidades de un desastre ambiental. Hay pocos análisis sobre las percepciones y modificación del clima, además de otros aspectos.

 

Por ello, abundó, es indispensable “realizar estudios que permitan conocer los fundamentos psicológicos individuales y colectivos que en nuestro país se relacionan con el cambio ambiental global”.

 

Estudiar sus dimensiones psicológicas es complejo. Por ello, quizá, hay pocos trabajos que se han enfocado directamente a ello. Las causas y consecuencias humanas de esto comienzan con los individuos, quienes pueden o no percibir los efectos de sus conductas y tomar o no medidas al respecto, indicó.

 

Explicó que los principales elementos son la alteración climática, el calentamiento del planeta, el adelgazamiento de la capa de ozono, las precipitaciones ácidas y la pérdida de la biodiversidad. Por desgracia, “nos estamos concentrando en el cambio climático y dejando de lado otros fenómenos”.

 

Estos procesos ocurren debido al incremento en las concentraciones de bióxido de carbono, metano, óxido nítrico, ozono en la troposfera y clorofluorocarbonos (CFC). Excepto los últimos, agregó, estos gases existen de forma natural en la atmósfera y son removidos hacia la biosfera mediante los ciclos bioquímicos.

 

Sin embargo, dijo, actividades humanas como variar el uso del suelo, el consumo de combustibles fósiles y de biomasa, la conversión de tierras húmedas a servicios urbanos y agrícolas, así como la producción y liberación de los CFC han aumentado la presencia de dichos gases a niveles que los procesos naturales no pueden remover.

 

Como resultado del calentamiento del planeta se espera se derritan superficies importantes de hielos polares, aumento en el nivel del mar, inundaciones de regiones costeras, alteraciones climáticas regionales con crecimiento de precipitaciones, y el subsecuente efecto en flora, fauna y agricultura, así como más desastres por huracanes e inundaciones, expresó.

 

“Si bien desde las ciencias naturales el estudio del cambio ambiental ha recibido significativos esfuerzos y recursos, no ha ocurrido lo mismo con las ciencias sociales. De hecho, su incorporación al análisis de estos procesos ocurrió en forma tardía, en 1986, cuando el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales adoptó el primer programa de análisis de las dimensiones humanas del cambio ambiental global, que se estableció formalmente hasta 1990”, rememoró.

 

Desde entonces, ha sido creciente el número de científicos naturales que postulan que el entendimiento pleno del funcionamiento de estos fenómenos, sólo se alcanzará al incluir el análisis de las actividades humanas, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

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Javier Urbina, de la Facultad de Psicología de la UNAM, consideró necesario hacer estudios que permitan conocer los fundamentos psicológicos relacionados con el cambio ambiental global en nuestro país.

 

 

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El calentamiento global seguirá, de forma gradual, en el siglo XXI, dando tiempo a que las naciones puedan manejar sus efectos, reconoció Carlos Gay, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.