Boletín UNAM-DGCS-747
Ciudad Universitaria
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CONTINÚA LA ALTERACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, PESE A LAS ADVERTENCIAS DE LA NATURALEZA
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Advirtió Carlos Gay, director del Centro de Ciencias
de la Atmósfera de la UNAM
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El investigador universitario dijo que en el
próximo siglo la temperatura del planeta aumentará entre 1.5 y 6 grados
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Javier Urbina Soria, de la FP, aseveró que la
mayoría de la gente tiene dificultades para comprender las probabilidades de un
desastre ambiental en el mundo
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Ambos participaron en el “Primer Coloquio sobre las
dimensiones psicosociales del cambio ambiental global”
Pese a las advertencias que la naturaleza
se ha encargado de darle a la sociedad, como el huracán Katrina en Nueva
Orleáns, Estados Unidos, y de que en el próximo siglo la temperatura del
planeta se incrementará entre 1.5 y 6 grados centígrados, continúa la
afectación al medio ambiente, aseguró Carlos Gay García, director del Centro de
Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Durante su participación en el
“Primer Coloquio sobre las dimensiones psicosociales del cambio ambiental
global”, organizado por las Facultades de Psicología (FP) y Arquitectura (FA),
el investigador universitario calificó de preocupante “la indolencia de la
gente” ante esta situación.
Informó que en los últimos 150
años la Tierra se ha calentado poco menos de un grado centígrado. No obstante,
se estima que para el 2100 habrá un incremento de entre 1.5 y casi 6 grados.
“No sabemos qué puede ocurrir con esa temperatura porque no está en nuestra
experiencia. Sin embargo, son escenarios que se deben prever o por lo menos dar
una idea de lo que puede ocurrir y estar mejor preparados”.
Advirtió sobre la necesidad de
buscar la forma de transmitir a la sociedad en general este conocimiento. Porque,
si bien se sabe que tarde o temprano en el país ocurrirá un sismo, no se conoce
con precisión cuándo, porque es impredecible. Pero el aumento calorífero “casi
lo podemos fechar. No conviene quedar al margen, hay que actuar”.
En la Sala del Consejo Técnico
de la FA, Gay García dijo que hay evidencia de que el calentamiento global
continuará en el siglo XXI. Este proceso ha sido gradual, y así seguirá, dando
tiempo a que las naciones puedan manejar sus efectos, “siempre y cuando
respondan como debe ser”.
Sin embargo, consideró
factible que este fenómeno pudiera frenar la corriente del Golfo, lo que
ocasionaría inviernos más intensos, pérdida de la humedad del suelo, y vientos
en regiones del globo, donde se produce significativa cantidad de alimentos.
Investigaciones recientes
indican que una vez superada cierta temperatura umbral, ésta va a sufrir caídas
de hasta cinco grados en una sola década. Tales cambios podrían desencadenar
conflictos por la escasez de comida, agua potable y la dificultad en el acceso
a la energía, advirtió.
El escenario que se presenta
es de menos dos grados sobre Asia y Centroamérica, en Australia temperaturas
más frías, la sequía se prologa por décadas en regiones agrícolas y pobladas de
Europa, tormentas de invierno e intensificación de los vientos. “Por ello, es
necesario crear mejores modelos de predicción y de impactos”, reveló el
integrante del CCA.
Al respecto, Javier Urbina
Soria, académico y ex director de la FP, aseveró que la mayoría de la gente
tiene dificultades para comprender las probabilidades de un desastre ambiental.
Hay pocos análisis sobre las percepciones y modificación del clima, además de
otros aspectos.
Por ello, abundó, es
indispensable “realizar estudios que permitan conocer los fundamentos
psicológicos individuales y colectivos que en nuestro país se relacionan con el
cambio ambiental global”.
Estudiar sus dimensiones
psicológicas es complejo. Por ello, quizá, hay pocos trabajos que se han
enfocado directamente a ello. Las causas y consecuencias humanas de esto
comienzan con los individuos, quienes pueden o no percibir los efectos de sus
conductas y tomar o no medidas al respecto, indicó.
Explicó que los principales
elementos son la alteración climática, el calentamiento del planeta, el
adelgazamiento de la capa de ozono, las precipitaciones ácidas y la pérdida de
la biodiversidad. Por desgracia, “nos estamos concentrando en el cambio
climático y dejando de lado otros fenómenos”.
Estos procesos ocurren debido
al incremento en las concentraciones de bióxido de carbono, metano, óxido
nítrico, ozono en la troposfera y clorofluorocarbonos (CFC). Excepto los
últimos, agregó, estos gases existen de forma natural en la atmósfera y son
removidos hacia la biosfera mediante los ciclos bioquímicos.
Sin embargo, dijo, actividades
humanas como variar el uso del suelo, el consumo de combustibles fósiles y de
biomasa, la conversión de tierras húmedas a servicios urbanos y agrícolas, así
como la producción y liberación de los CFC han aumentado la presencia de dichos
gases a niveles que los procesos naturales no pueden remover.
Como resultado del
calentamiento del planeta se espera se derritan superficies importantes de
hielos polares, aumento en el nivel del mar, inundaciones de regiones costeras,
alteraciones climáticas regionales con crecimiento de precipitaciones, y el
subsecuente efecto en flora, fauna y agricultura, así como más desastres por
huracanes e inundaciones, expresó.
“Si bien desde las ciencias
naturales el estudio del cambio ambiental ha recibido significativos esfuerzos
y recursos, no ha ocurrido lo mismo con las ciencias sociales. De hecho, su
incorporación al análisis de estos procesos ocurrió en forma tardía, en 1986,
cuando el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales adoptó el primer programa
de análisis de las dimensiones humanas del cambio ambiental global, que se
estableció formalmente hasta 1990”, rememoró.
Desde entonces, ha sido
creciente el número de científicos naturales que postulan que el entendimiento
pleno del funcionamiento de estos fenómenos, sólo se alcanzará al incluir el
análisis de las actividades humanas, concluyó.
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PIES DE FOTO
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Javier Urbina, de
la Facultad de Psicología de la UNAM, consideró necesario hacer estudios que
permitan conocer los fundamentos psicológicos relacionados con el cambio
ambiental global en nuestro país.
FOTO 02
El calentamiento
global seguirá, de forma gradual, en el siglo XXI, dando tiempo a que las
naciones puedan manejar sus efectos, reconoció Carlos Gay, del Centro de
Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.