Boletín UNAM-DGCS-651
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Raúl Trejo Delarbre, académico de la UNAM, dijo que los partidos se han
convertido en clientes de los medios informativos
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Se lleva a cabo el Seminario Propaganda y Publicidad en Campañas
Electorales en el Instituto de Investigaciones Jurídicas
Los partidos políticos se han convertido más
que en interlocutores en clientes de los medios de comunicación. De esta
manera, las empresas comunicacionales, por su poder, adquieren hoy en México la
condición de mediocracia, aseveró el investigador de la UNAM, Raúl Trejo
Delarbre.
Al participar en el Seminario Propaganda y
Publicidad en Campañas Electorales. Hacia la elección federal de 2006,
organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), puntualizó que
así como en el antiguo régimen el Estado subordinaba y manipulaba
clientelarmente a distintos sectores de la sociedad, ahora hay una
transformación de algunas de las instituciones políticas fundamentales en
clientes de los consorcios comunicativos más poderosos.
Este cambio, subrayó en la mesa “Propaganda
electoral y medios de comunicación”, moderada por Pedro Salazar, del IIJ, permite afirmar que las compañías
de comunicación tienen la condición de mediocracia, sin por ello soslayar que
todavía existe un Estado e instituciones con capacidad de cumplir con sus
responsabilidades jurídicas y políticas.
Raúl Trejo resaltó que esta condición
clientelar permite apreciar el viraje que el predominio mediático propicia en
las relaciones políticas en el país. Antes, todos los actores de la vida
pública formales o extrainstitucionales estaban controlados por el poder del
Estado, el cual actuaba con frecuencia de manera autoritaria o discrecional.
Sin embargo, dijo, reducida al ámbito del
mercado, la relación entre partidos y medios de comunicación está supeditada al
regateo de índole comercial y política.
Durante su participación, el director general
de Consulta Mitofsky, Roy Campos, opinó que en las elecciones de 2006 esperaría
que se registre una participación ciudadana del 60 por ciento, debido al nivel
de competencia política que habrá.
Comentó que dos elementos fundamentales que
aparecen en las encuestas desde hace cerca de año y medio son conocer la
experiencia y actividades de los candidatos, así como saber de dónde vienen los
recursos que utilizan en sus campañas electorales.
Los ciudadanos, añadió, también prefieren
campañas cortas y baratas, pero si llegan a ser de 90 días –como propone el
Ejecutivo–, lo que harán es aumentar el tiempo de precampañas.
En el caso de que éstas sean reguladas, señaló,
se vivirá lo que ha ocurrido este año, las pre precampañas, las cuales no
tienen ningún control y en el caso de que se creara un ordenamiento al
respecto, dijo, podría caerse en excesos.
Luego, dijo que un buen spot le da a un
político la oportunidad de entrar a cinco millones de hogares seis veces al
día. Esto es por lo que le invierten dinero a los medios de comunicación en
propaganda.
En su intervención, el académico de la
Universidad Iberoamericana, José Carreño, indicó que la absoluta falta de
reglas afecta a la realidad mexicana, por la tradición clientelista en las
relaciones de los informadores y las empresas de comunicación.
En función de este modelo de propaganda de los
medios, abundó, las firmas informativas promueven tanto en este país como en
Estados Unidos, las agendas y protegen los intereses de los actores con los que
se vinculan. Aquí, se realiza esta actividad de una manera abierta.
José Carreño manifestó que no sólo en las
instituciones y los actores públicos, particularmente los políticos en campaña,
la mediación de la información difundida por los medios está explícitamente
articulada con frecuencia a la propaganda en sentido estricto, a las pautas de
la publicidad pagada con relación a la información en los espacios de
comunicación.
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Roy Campos, Pedro Salazar, José
Carreño y Raúl Trejo Delarbre, durante el segundo día de trabajos del Seminario
Propaganda y Publicidad en Campañas Electorales, organizado por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM.