Boletín UNAM-DGCS-648
Ciudad
Universitaria
Felipe Ávila |
Felipe Ávila |
![]() |
![]() |
Pies de foto al
final de boletín
ES EL ZAPATISMO MOVIMIENTO AGRARIO POR ANTONOMASIA
·
Apuntó Felipe Ávila, del Instituto de
Investigaciones Históricas de la UNAM, durante la conferencia Zapata y
zapatismo
·
El escritor Enrique Semo refirió que esta
figura no se da en el vacío, no es un simple suceso repentino
·
Carlos Montemayor indicó que a lo largo del
siglo XIX se vulneró a las comunidades indígenas mucho más que en los tres
siglos de dominación colonial
·
Su pensamiento sigue vigente por la equidad
y género, y contra la violencia: Margarita Zapata
El zapatismo es el movimiento
agrario por antonomasia, no solamente de la Revolución Mexicana (RM), sino de
la historia de México. Es una de las corrientes sociales y políticas que más
influencia han tenido en el ámbito internacional, apuntó Felipe Ávila, del
Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
De ahí que Emiliano Zapata sea
el héroe nacional más reconocido en el mundo, junto con Francisco Villa, abundó
durante la conferencia Zapata y zapatismo, que organizó la Facultad de
Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional y la Fundación Zapata, misma
que fue moderada por la investigadora Patricia Galeana.
Fue una de las facciones más
radicales durante la Revolución, la que planteó con más fuerza la necesidad no
sólo de cambiar las estructuras agrarias vigentes en el país, sino que enarboló
reivindicaciones que implicaban una transformación de las bases económicas y
sociales que existían en aquella época.
En el Aula Magna de la FFyL
destacó que quizás el zapatismo sea el único movimiento que en sentido
estricto, justifica que se pueda hablar de lucha armada como un proceso
revolucionario, y no sólo como una insurrección regional. Tuvo la capacidad de
realizar una efectiva transformación en la región que estuvo bajo su control.
“El único proceso de reforma
agraria radical real y completo que se ha llevado a cabo en la historia de
México, tuvo lugar en los territorios dominados por el zapatismo entre 1914 y
1916”, resaltó.
Por su parte, el escritor
Enrique Semo refirió que un hombre del “tamaño” de Emiliano Zapata no se da en
el vacío, no es un simple suceso repentino. Es el resultado de la existencia
previa de un pensamiento rico y de una serie de movimientos sociales que
arrancan desde finales de la Colonia, que pueden ser incluidos en el agrarismo
mexicano.
El ex secretario de Cultura
del Gobierno del Distrito Federal
abundó sobre algunas de las ideas sociales antes de la aparición de Zapata y
durante la Revolución. “El agrarismo es una de las corrientes ideológicas y
políticas más duraderas e influyentes de la historia de México. Ya en la
primera mitad del siglo XIX se produjeron brotes precursores y hoy, a
principios del siglo XXI, conoce un renacimiento inesperado”.
Así, añadió, concebido en un
sentido amplio, tiene una historia que cubre 150 años y que aún evidentemente
no ha concluido. Hasta ahora se ha confundido frecuentemente el agrarismo como
un sector del liberalismo, del socialismo o del nacionalismo revolucionario,
quitándole así autonomía y vida propia.
Por su parte, el escritor
Carlos Montemayor, egresado de la FFyL, manifestó que figuras como Emiliano
Zapata y Francisco Villa son incomprensibles si se quieren reducir a una
personalidad destacada y a una decisión individual. Hay largos procesos
sociales que permiten la aparición de sujetos y acciones de esa magnitud.
El autor de Guerra en el
Paraíso, indicó que a lo largo del siglo XIX se despojó, se vulneró a las
comunidades indígenas mucho más que en los tres siglos de dominación colonial.
Explicó que la propiedad
comunal es una figura arcaica mientras
que la privada es la base del progreso y de la civilización. Por tanto, si
queremos ser un país avanzado debemos acabar con la visión primitiva de la
propiedad de la tierra, que la Colonia respetó.
De tal manera que en la
reagrupación continua de las comunidades indígenas por motivo de creación de
nuevos centros poblacionales, o la expansión de ganadería, el reacomodo de las
tierras comunales fue una constante acompañada de la modificación de mapas, de
asentamientos de territorio, aseveró.
Gran parte del concepto que
tenemos del zapatismo está vinculado desde antes de la RM, con un significado
que no solamente implica el reclamo social diferente, sino también su condición
inherente a la propia configuración cultural del mundo indígena mexicano.
A su vez, Margarita Zapata,
presidenta de la Fundación del mismo nombre, destacó que Emiliano Zapata es
patrimonio de México y la humanidad, y como tal “tenemos que trabajar en la
recuperación de su memoria, de su ideario, de su lucha; esa es una de las
razones por las cuales hemos creado esta organización”.
Concluyó que su pensamiento
sigue vigente a pesar de los tratados de libre comercio, la globalización, por
la equidad y género, y contra la violencia. Fue visionario y el primero en
sostener que el campesino no sólo debía dedicarse a trabajar su parcela, sino a
tener productividad, cómo comercializarla, a acceder a lo necesario para una
buena cosecha y competitividad del campo mexicano.
-0o0-
FOTO 1
Felipe Ávila, del
Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, destacó que el zapatismo es
el movimiento agrario por antonomasia. A su lado Margarita Zapata, presidenta
de la Fundación Zapata.
FOTO 2.
Felipe Ávila,
Margarita Zapata, Patricia Galeana, Enrique Semo y Carlos Montemayor, durante
la conferencia Zapata y zapatismo, que organizó la FFyL de la UNAM y la
Fundación Zapata.